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La inversión en capacidad de producción de modelos con precios más bajos, es la estrategia para masificar la electromovilidad
En medio de la veloz carrera para coronarse como los principales desarrolladores de autos eléctricos a nivel mundial, la posición de liderazgo de fabricantes como Tesla o BYD enfrenta un creciente desafío de compañías tradicionales del sector que apuntan a captar cuotas importantes de venta mediante agresivas estrategias comerciales, sumado a acciones para asegurar la viabilidad y estabilidad de sus modelos productivos.
Las apuestas se basan sobre la necesidad de masificar este mercado, en un escenario en el cual factores como la incertidumbre económica internacional y los efectos de la inflación hacen que las personas estén menos dispuestas a gastar en bienes de lujo.
La respuesta a nivel de la industria ha sido desplegar sus capacidades para ofertar vehículos eléctricos a menor precio. En esa línea, Ford anunció que reducirá en 8% el valor de su modelo Mustang Mach-E tras una medida similar implementada por la firma que encabeza Elon Musk. Eso sí, esa estrategia de posicionamiento implica costos, ya que Ford planea aumentar su producción de Mach-E de 78 mil unidades a 130 mil al año, objetivo que buscará cumplir junto con la implementación de esfuerzos por aminorar el impacto en esta inversión en la rentabilidad.
Asimismo, tanto Nissan como Chevrolet también orientaron sus planes a la producción de modelos con valores cada vez más bajos.
La reducción de precios no es el único camino que está siguiendo la industria. Por ejemplo, BYD reveló que en el crecimiento de 458% en sus ventas en 2022 con respecto al año anterior, fue decisiva la capacidad de desarrollar sus propios componentes claves como chips y baterías para sortear las dificultades que sufrió la cadena de suministro. Además, el gigante chino logró aumentar su presencia en mercados externos debido a que desarrolló sus propios sistemas de transportes de vehículos, lo que significó ganar mayor independencia.
General Motors también apostó a la producción propia de componentes, para lo cual selló un acuerdo con la empresa minera Lithium Americas para el desarrollo de inversiones por US$ 650 millones para asegurar su acceso al litio, el principal componente de las baterías para autos eléctricos.
Junto con destacar la activa integración de actores tradicionales de la industria a la carrera por la electromovilidad por sus grandes oportunidades de crecimiento, Isabel Morales -analista de inversiones de DVA Capital-, señala que las buenas noticias para la industria tienen un horizonte previsible hasta 2030, año en el cual se espera que el suministro del litio caerá en alrededor de 4% bajo la demanda proyectada. Y advierte que esta situación sería aún más compleja en 2035, cuando se estima que esa brecha suba a un 24%.
Pese al convencimiento de la mayoría de los fabricantes de autos tradicionales respecto de que su futuro está en la electromovilidad, también hay voces “disidentes”, como es el caso de Toyota, que ha optado por una estrategia híbrida ya que la escasez de materias primas para la elaboración de baterías e infraestructura de puntos de carga “dejan en evidencia que el mundo requeriría una mezcla de vehículos, tanto eléctricos como a combustión”, explica.
Aprontes en Chile
A nivel local han registrado varios avances en acceso a la electromovilidad. Isabel Morales destaca que Chile se ubica en un segundo lugar en número de cargadores por auto eléctrico, solo detrás de Corea del Sur, principalmente gracias a la colaboración público-privada, con una activa presencia de empresas como Enel X Way y Copec Voltex. “Y el Estado tendrá un rol relevante en el impulso de la red, a través de políticas de expansión en regiones, y estableciendo un marco regulatorio y estándares que contribuyan a la electromovilidad”, indicó.
No obstante, el valor de los autos sigue siendo una barrera para una mayor masificación. Entre las soluciones planteadas, el Ministerio de Energía propuso que a partir de 2035 solo se comercialicen vehículos livianos, medianos y de transporte público totalmente eléctricos.
Pero para lograr esta meta ambiciosa, esa cartera ha subrayado la necesidad de avanzar en medidas como reducir el arancel aduanero para vehículos eléctricos y los permisos de circulación, además de acciones como implementar de estacionamientos preferentes y zonas exclusivas de circulación.
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