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Varios grupos están reconfigurando sus movimientos por los intereses que crecieron en distintos sectores como retail, energía y obras civiles o infraestructura
*Colaboración especial
Los fondos de pensiones en Canadá administran los ahorros de cerca de 27 millones de personas, los cuales suman US$1,6 billones, representados en inversiones alrededor del mundo a través de activos valorados hoy en más de US$3 billones dólares. De ahí que sean considerados unos de los grandes jugadores en los mercados emergentes que buscan la atracción constante de capital.
De ahí que su presencia en América Latina se haya vuelto clave para la financiación de grandes obras de infraestructura, e incluso para otros sectores, como es el caso de Colombia. Donde además de estar en mega proyectos, uno de los fondos más relevantes, el Canada Pension Plan Investment Board (CPP Investments) tiene una participación de 19,3% en las tiendas D1.
Desde su llegada a la región, y especialmente a Suramérica, el foco ha sido infraestructura y energía. Esta última tomando un mayor protagonismo hacia las fuentes limpias por la necesidad de migrar hacia un portafolio mucho más verde, acorde con la meta global de cero emisiones. Pues ya varios de estos gigantes inversionistas, conocidos como los ‘Maple revolutionaries’, han hecho público este objetivo de aquí a 2050.
Sin embargo, la transición en ese sentido pareciera requerir un cambio de velocidad. Lo que bien podría beneficiar a los países latinoamericanos. Un reciente informe elaborado por Shift Action for Pension Wealth and Planet Health, evaluó las políticas de los once fondos de pensión más grandes de Canadá, encontró que si bien se han visto avances en el último año, los administradores de pensiones canadienses todavía están rezagados en lo que respecta a los compromisos climáticos.
“El ritmo de ese progreso simplemente no es lo suficientemente rápido como para proteger las pensiones y alinearse más ampliamente con los objetivos climáticos”, dijo Adam Scott, director ejecutivo de la organización realizadora del estudio.
Justamente en aras de aumentar el porcentaje de cero emisiones en sus portafolios, estos fondos han estado intensificando su participación en proyectos de energías limpias en Latinoamérica.
Recientemente la Caisse de dépôt et position du Québec (Cdpq), que aparece con la puntuación más alta en liderazgo climático entre los fondos analizados en el informe, acordó adquirir Integracao Transmissora de Energia, una red estratégica de transmisión de energía en el centro de Brasil, por US$81,5 millones. “La red se extiende por el centro de Brasil, donde se genera una importante producción de energía renovable para el consumo en el sur y sureste del país”, explicó el fondo originado en Quebec.
A esto se suma la compra hecha de una participación adicional de 15% en Transportadora Associada de Gás (TAG) a Engie, la empresa de energía renovable más grande de Brasil, en un acuerdo valorado en aproximadamente US$632 millones, quedando ahora el fondo de Quebec con una participación de 50% en dicha compañía.
“Si bien nuestra ambición es seguir creciendo rápidamente, siempre depende de encontrar las transacciones adecuadas, el mantenimiento de un marco regulatorio de alta calidad y la estabilidad de la economía del país”, dijo Eduardo Farhat, director de obras de Cdpq.
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