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Las candidaturas de Jude Shelton y Christopher Waller abren la puerta a posibles cambios en el banco central, y todo apunta a que podrían promover un recorte de la tasa de interés.
Las dos vacantes del directorio de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ya tienen nuevos postulantes: Judy Shelton, la directora estadounidense del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo -y exasesora económica de Donald Trump durante su campaña presidencial de 2016-, y el vicepresidente ejecutivo de la Fed de St. Louis, Christopher Waller.
Ambos son las nuevas apuestas de Trump para formar parte del comité de política monetaria del banco central y fueron presentados luego de que las fichas anteriores del jefe de Estado –el economista conservador, Stephen Moore, y el empresario Herman Cain- tuvieran que bajar sus candidaturas por denuncias de acoso sexual, según Reuters.
Estaba previsto que Moore y Cain ocuparan los puestos de Jeremy Stein y Stanley Fischer, quienes renunciaron en 2014 y 2017, respectivamente.
Eso sí, hay un punto en común entre las nuevas y las antiguas caras de Trump: todos son partidarios de que la Fed recorte la tasa de interés.
Esto vuelve a encender las alarmas sobre la independencia de la Reserva en caso de que los nombres sean confirmados por el Senado. Y es que esta postura va en línea con los comentarios del mandatario republicano quien ha pedido bajar los tipos para competir mejor con China.
Crítica de la Fed
La nominación de Judy Shelton no pasó desapercibida, y una de las razones –además de su abierta postura a favor del recorte de tasas- es su cuestionamiento respecto a las facultades de la Fed.
La economista trabajó en Atlas Network, un think tank ampliamente crítico de la política monetaria. “Cuando los gobiernos manipulan las tasas de cambio para afectar los mercados cambiarios, socavan los esfuerzos honestos de los países que desean competir de manera justa en el mercado global”, dijo Shelton en febrero de 2017, en una columna de opinión para The Wall Street Journal.
“La oferta y la demanda se distorsionan por precios artificiales, transmitidos a través de tipos de cambio planificados. Las empresas fracasan cuando las ganancias legítimamente obtenidas se convierten en pérdidas monetarias”, continuó.
Además, en mayo, afirmó al Financial Times que, de ser elegida para el banco central, haría “preguntas difíciles” sobre si la entidad debe mantener sus poderes de fijar los tipos.
“¿Cómo puede una docena, poco menos de una docena, de personas reunidas ocho veces al año decidir cuál debería ser el costo del capital frente a algún tipo de tasa orgánica determinada por la oferta del mercado?”, apuntó.
Otro de sus controvertidos planteamientos es la empatía por el regreso del patrón oro, que consiste en fijar el valor del dólar al valor del metal, y que EEUU abandonó a principio de los ‘70s a favor de una tasa de cambio flexible para la moneda local.
La decisión ortodoxa
Christopher Waller es el responsable de estudios de la Fed de St. Louis y, si bien él no ha mostrado una postura abierta a favor de la reducción de tasas, el presidente de ese organismo, James Bullard, fue el único miembro del comité que se mostró partidario de bajar tipos en la reunión de junio. Su posición podría marcar la línea de pensamiento de Waller.
“Proveería seguridad contra futuros retrocesos en la expectativa de inflación, y contra una economía en desaceleración, sujeta a mayores riesgos a la baja”, argumentó Bullard.
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