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La llegada del presidente Donald Trump al poder puso en entredicho la movida empresarial entre ambas compañías.
La compra de Time Warner por parte de AT&T ya se daba como un hecho el año pasado. Sin embargo, con la llegada del presidente Donald Trump, que desde la campaña electoral criticó la movida empresarial, la fusión empezó a llenarse de dudas hasta esta semana, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos decidió demandar la transacción al considerar, principalmente por dos razones, que estaría afectando a los consumidores.
El anuncio de la entidad pone en entredicho la posibilidad de que la compra se ejecute este año. AT&T se consolidaría como un gigante de las telecomunicaciones, no solo si se tiene en cuenta que ya es el mayor distribuidor de telefonía y de televisión paga (tras la adquisición de DirecTV), sino por los servicios que agregaría a su empresa con Time Warner, propietaria de señales como CNN, HBO, TBS además de ser dueña del estudio Warner Bros, que ha producido franquicias como Harry Potter.
Precisamente, la preocupación del Departamento de Justicia está relacionada con las consecuencias que podrían sufrir los competidores de DirecTV a la hora de comprar las señales de los canales que ahora son propiedad de Time Warner.
Makan Delrahim, el principal regulador antimonopolio del Departamento de Justicia, aseguró que la “fusión dañaría mucho a los consumidores estadounidenses” y agregó que “significaría facturas de televisión mensuales más altas”. El argumento de la entidad es que AT&T podría cobrar más caro por las licencias de programación sobre otros cableoperadores al tener el control sobre DirecTV.
Además, para el Departamento de Justicia, la transacción podrá impactar el fortalecimiento de “opciones innovadoras emergentes que los consumidores están comenzando a disfrutar”, ya que es “probable que la empresa fusionada utilice su control de la programación de Time Warner, que es importante para los distribuidores emergentes de video en línea, para obstaculizar a esos distribuidores innovadores”.
Uno de los ejemplos es Sling TV, un servicio estadounidense de televisión por Internet que cobra un plan mensual para poder acceder a canales como los que controla Time Warner. Sin embargo, uno de los rumores que rondan en Washington es la influencia que habría tenido Trump para bloquear la compra, en medio de el rechazo que ha mostrado por la cadena de noticias.
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