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Durante la celebración del Eid al-Fitr, las calles del enclave de Gaza solían llenarse de palestinos elegantemente vestidos, hoy es todo diferente
Durante la celebración del Eid al-Fitr, las calles del enclave de Gaza solían llenarse de palestinos elegantemente vestidos que compartían dulces y saludos para celebrar el inicio de la festividad musulmana.
"Este Eid es diferente. Este Eid viene con bombardeos, miedo y horror", dijo Fahd Ramadan, de 44 años, mientras se dirigía rápidamente a su casa en el campo de refugiados de Jan Yunis, en el sur de Gaza, tras una intensa noche de ataques aéreos israelíes durante las peores hostilidades en años.
Después de salir de su casa el jueves por la mañana para unirse a otros en las oraciones tradicionales, Ramadan se detuvo brevemente en su camino de regreso al pasar junto a los escombros de un edificio destruido en los enfrentamientos.
Desde el lunes ha habido un vertiginoso intercambio de cohetes y misiles entre militantes de Hamas en Gaza y el ejército de Israel a través de la frontera del enclave, después de que las últimas tensiones relacionadas con la propiedad de la tierra en Jerusalén derivaron en conflicto.
"Todos los años nos vestíamos y hacíamos visitas. Este año no iremos a ningún lado", comentó Basma al-Farra, de 20 años, en Jan Yunis.
El Eid al-Fitr marca el final del Ramadán, un momento de celebración con familiares y amigos en todo el mundo musulmán después de las restricciones del ayuno diario durante el mes sagrado.
En Gaza, una estrecha franja de tierra densamente urbanizada en la que viven 2 millones de personas, la emoción habitual se ha convertido en luto para algunos. Los médicos estiman que han muerto 83 personas en el enclave en lo que va de semana, mientras que en Israel han perecido siete personas, según el ejército, en los peores enfrentamientos desde la guerra de 2014.
Pese a todo, no todos en Gaza se quedaron adentro. Khamees al-Jabri, de 19 años, que suele ofrecer paseos a los niños en su caballo durante las festividades, estaba en Jan Yunis, pero encontró pocos clientes.
"No hay Eid, y no hay trabajo debido a la guerra y los misiles", lamentó, agarrando las riendas de su caballo mientras se alejaba.
Otros insistieron en que celebrarán la festividad como puedan.
"Celebraremos pese a los bombardeos y la destrucción", dijo Khaled Mesleh, de 34 años, en la ciudad de Gaza. "Celebraremos el Eid para decirles a todos que a Gaza le gusta la vida y que los niños de Gaza quieren usar la ropa del Eid como todos los niños del mundo".
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