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Según la organización, los sectores más afectados por la disminución del comercio internacional fueron el turismo y los combustibles
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, presentó una nueva edición del informe anual Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2020, en el cual se indica que el comercio exterior de la región tuvo, en 2020, su peor desempeño desde la crisis financiera mundial de 2008-2009.
Las proyecciones del estudio para 2020 revelan una contracción de 20% en el valores de las importaciones de la región, así como una caída de 13% en el de las exportaciones.
El sector de América Latina y el Caribe cuyas importaciones fueron más afectadas por el desplome del comercio internacional fue el turismo, que en el primer semestre registró una reducción de 55%. Le siguió el de combustibles, con una contracción de 36%, y el de transporte, con una caída de 26%.
El informe también resaltó que para el año pasado se registraron las tasas más bajas de cooperación en materia de comercio entre los mismos países de la región. Para Bárcena, la región va en contravía de los proyectos de desarrollo del mundo, pues mientras la pandemia acentúa la integración y cooperación externa de las economías potencia; en la región cada vez se da una visión más interna del desarrollo.
Frente a esto último, el economista y director del Cerac, Jorge Restrepo, anuncia que el doble choque al comercio exterior generado por la epidemia y por la caída de los precios del petróleo tendrá efectos duraderos sobre la integración.
Esos efectos, según el analista, requieren profundizar la apertura, más que cerrarla, y redoblar esfuerzos para impulsar productos y sectores competitivos y mejorar la capacidad de competir, más que recurrir a la protección y estrategias defensivas.
Por otro lado, y pese al difícil panorama al cierre de 2020, la Cepal registró que, diferente a los demás rubros, el sector de los servicios digitales no se vio afectado y, por el contrario, se optimizó a raíz de la pandemia. Según las estadísticas, el trabajo a distancia creció 324%, el comercio electrónico estiró sus números hasta 157% y la educación virtual y a distancia logró un incremento de 62%.
De ahí que, para el economista de la Universidad Javeriana Carlos Valencia, sea necesario aprovechar las oportunidades de la digitalización para hacer más eficientes las relaciones entre los países de la región de tal suerte que puedan comenzar a diseñar rutas de trabajo que integren a la región en el entorno económico postpandemia.
El informe también detalló algunos problemas estructurales dentro de la región que profundizan el progreso inequitativo. En ese escenario, se evidenció que en Centroamérica, por ejemplo, solo 13,2% de la población femenina cuenta con un empleo y que 65,2% de esos empleos son en empresas de menos de cinco personas. Dicha cifra deja entrever la complicada situación en materia de inclusión y que, para Valencia, tendrán un factor determinante a la hora de hablar de integración regional.
Dos aspectos clave para lograr la integración
Según el economista Carlos Valencia, el primero es el tema sanitario, en donde los débiles arreglos institucionales que sostienen la idea de región deberían intentar propiciar una estrategia conjunta para frenar la pandemia. Por ejemplo, se podrían hacer arreglos para compras masivas de vacunas en vez de individuales y plantear un esquema regional de vacunación y protocolos sanitarios.
El segundo aspecto importante es el económico, que en este momento está subordinado al sanitario, en el que hay que definir escenarios de proyección futura que permitan impulsar el modelo de desarrollo económico.
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