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En cuanto a materias primas, los commodities han sido los más alcistas del año, con un ejercicio positivo en materias primas agrícolas como el cacao y el arroz
Si 2022 se caracterizó por ser un año fatídico para la mayoría de los activos, y uno de los peores de la historia para las inversiones combinadas de Bolsa y deuda, 2023 ha deparado "unos resultados muy positivos", tanto que algunos analistas se atreven a calificarlo como "el año en que (casi) todo subió". Los balances finales ponen de manifiesto la contundencia de las subidas, así como las excepciones más bajistas.
Los mercados no tenían difícil mejorar los registros de 2022, cuando la vorágine de subidas de los tipos de interés provocó una 'sangría' que se saldó con caídas superiores a 30% tanto en el índice Nasdaq, en términos bursátiles, como en la deuda pública a 30 años de Estados Unidos en la renta fija.
Doce meses después los mercados no solo han mejorado sustancialmente las cifras de 2022. El ejercicio 2023 finaliza con subidas mayoritarias y contundentes. "La Bolsa no es la economía", y por ello se ha cerrado "un ejercicio bursátil donde el titular podría ser el año en que (casi) todo subió", destaca Javier Molona, analista de eToro.
El conjunto de las firmas de inversión coincide en aportar adjetivos muy positivos a 2023. "Cerramos un año espectacular en los mercados financieros, que han conseguido recuperar el terreno perdido durante 2022, llegando a cotizar en los últimos días en sus máximos históricos", señala Manuel Pinto, analista de XTB.
En su balance del ejercicio los analistas de Bankinter no dudan en afirmar que "el año termina con resultados muy positivos". Un factor extra a su favor es que, según apuntan desde Norbolsa, "terminamos en un mercado muy fuerte".
Esta fortaleza está "alentada por expectativas de rápidas y contundentes bajadas de tipos por parte de los bancos centrales", por lo que de cara al más corto plazo "veremos cómo empieza el nuevo año, y esto dependerá de si hay que reajustar estas expectativas de tipos", explican desde Norbolsa. Hasta entonces, la confianza en un adelanto de las rebajas de tipos ha dado alas a los mercados durante los dos últimos meses del año.
Este "rally de todo", como lo califica Javier Molina, ha ampliado sustancialmente las ganancias obtenidas en el conjunto del ejercicio. El analista de eToro concreta que "tras unos meses de noviembre y diciembre espectaculares, el rally de todo provocó que lo que más sufrió en 2022 ha sido lo que más brillo ha tenido en 2023", como ha sucedido con el bitcoin y el Nasdaq. Incluso el efectivo "ha generado un 5% en 2023".
En el apartado negativo, añade, "la única excepción fueron las materias primas, que registraron una pequeña pérdida, un cambio drástico en comparación con las grandes ganancias impulsadas por la guerra en el año 2022".
Uno de los objetivos habituales de las firmas de inversión antes de comenzar cada año pasa por obtener rentabilidades bursátiles cercanas a los dobles dígitos. Los resultados de 2023 superan ampliamente esta meta. El conjunto de la renta variable mundial, tomando como referencia el índice Msci All Country World Index, se ha revalorizado un 20%, su mejor balance en cuatro años.
Wall Street, nuevamente, ha superado a Europa en términos de revalorización. El tecnológico Nasdaq 100 se ha disparado un 54%, mientras que el S&P 500 se ha apreciado un 25%, prácticamente el doble que 13% de ganancia del índice paneuropeo Stoxx 600. Entre las mayores economías solo Japón ha hecho frente a los avances de Wall Street. El índice Nikkei ha logrado cosechar un 28% de avance, su mejor resultado en una década, gracias al mantenimiento de los tipos de interés negativos por parte del Banco de Japón. El ímpetu alcista del Nikkei ha contrastado con las caídas del 11% registradas en la vecina China por el índice CSI 300.
China ha sido precisamente una de las excepciones al balance alcista que han logrado de nuevo el conjunto de los mercados emergentes. El 'efecto divisa' ha jugado un papel determinante a la hora de configurar el ránking de las mayores subidas bursátiles de 2023.
De acuerdo con los datos de Reuters, en moneda local, el índice bursátil nacional más disparado es el Merval de Argentina, revalorizado un 347% en un año condicionado por las elecciones que han dado la presidencia del país a Javier Milei y por el desplome del peso. De hecho, sin efecto divisa, en términos de dólar, el Merval se ha apreciado un 63%. En una situación similar se encuentra el índice IBC de Venezuela, protagonista de una escalada de 169% en moneda local.
El Ibex 35, con una subida cercana a 23%, se ha asentado entre los índices bursátiles europeos con un mejor comportamiento en el año. Este porcentaje supera ampliamente 13% de avance del paneuropeo Stoxx 600. Entre los principales índices nacionales de Europa solo el Mib italiano, con un +28%, ha batido al Ibex.
Los mercados emergentes acaparan el ránking de las mayores caídas bursátiles del año, con especial protagonismo de Asia, debido a las caídas superiores a los dobles dígitos contabilizadas en Tailandia, Hong Kong y China. El mayor correctivo en moneda local lo registra sin embargo la renta variable de Uganda, con un -28%. Los países nórdicos, con Finlandia y Noruega al frente, aportan la representación europea a este ránking negativo.
El rally de los dos últimos meses ha sido crucial para asegurar el balance positivo en el mercado de renta fija. Durante la mayor parte del ejercicio la deuda pública estadounidense estaba en disposición de encadenar por primera vez tres años consecutivos de retornos negativos.
La confirmación del fin de las subidas de los tipos de interés y el optimismo desatado desde finales de octubre sobre un adelanto de las rebajas de tipos han dado al mercado, elevando el precio y desinflando el interés exigido a los bonos.
Finalmente la deuda soberana de países europeos de referencia como Alemania y Reino Unido ha deparado retornos positivos cercanos a los dobles dígitos. En Estados Unidos tanto la deuda a corto como a largo plazo ha logrado sumarse a las ganancias, con rentabilidades positivas que han oscilado entre 2% y 3%. La nota negativa la ha puesto Japón, con un -7% de retorno en su deuda soberana.
Las mayores ganancias, no obstante, se centran en el ámbito de la deuda corporativa. Los bonos europeos high yield han rondado 15% de ganancia. Por delante aún se ha situado la deuda high yield con ráting 'CCC', al registrar retornos positivos de 19% en el conjunto del ejercicio.
La recta final del año ha modificado también ampliamente el balance final en el mercado de divisas. El dólar ha sido el gran damnificado de los dos últimos meses, penalizado por las expectativas de un adelantado de las rebajas de tipos por parte de la Reserva Federal. Las subidas finales han permitido al euro revalorizarse un 3% en el año frente al dólar, hasta recuperar el nivel de 1,10.
La libra británica ha elevado a 5% sus ganancias. El yen japonés ha sido uno de los grandes damnificados entre las principales divisas, al perder un 5% ante la persistencia de los tipos de interés negativos del Banco de Japón.
Los descalabros frente al dólar han sido mucho más contundentes entre las divisas emergentes, con damnificados habituales ya en los últimos años como el bolívar de Venezuela, desplomado un 52%, o la lira de Turquía, desinflada otro 36%.
La mayor caída en todo caso corresponde al mismo país que ha liderado las subidas bursátiles sin contabilizar el efecto divisa, Argentina. El peso se ha derrumbado un 78%. El triunfo final en las elecciones de Javier Milei, y medidas como la devaluación de la divisa, agravaron sus caídas.
Uno de los mercados estrella de 2022 ha finalizado 2023 como uno de los más rezagados. Buena parte de este freno procede de la corrección registrada en el precio del petróleo. A pesar de varios episodios de subidas verticales durante el ejercicio, el barril de Brent, de referencia en Europa, ha cerrado el año con descensos de 9%.
La caída ha alcanzado 10% en el caso del barril tipo West Texas, de referencia en EEUU. El balance anual arroja un saldo mucho más adverso en otras materias primas ligadas a la energía como el gas natural, el gas natural licuado (GNL) y el carbón, desinflados en su precio entre un 43% y un 64%.
En el extremo opuesto, el de las subidas, sobresale el rally del 89% que se anota otra materia prima vinculada con la energía, el uranio. Los problemas de suministro, la renovada apuesta por la energía nuclear y su catalogación de 'energía limpia' en Europa han disparado su precio.
El mineral de hierro ha sido otra de las commodities más alcistas del año, con un +54%, en un ejercicio positivo para buena parte de las materias primas agrícolas, en especial el cacao (+72%), el arroz (+43%) y el café arábica (+0,18%).
El ejercicio 2023 ha sido, además del de la recuperación de la Bolsa y la deuda, el del fin del criptoinvierno. La volatilidad del mercado de activos digitales situó el año pasado a bitcoin y ethereum al frente del ránking de las mayores caídas no bursátiles, y este año ha aupado a las dos criptomonedas al frente de la clasificación de los activos estrella del año.
Al margen de algunos índices bursátiles emergentes en divisa local, uno de los pocos activos capaces de superar las rentabilidades de triples dígitos ha sido el bitcoin, disparado un 158% hasta rozar los US$43.000.
Ethereum se ha quedado a las puertas de duplicar su precio al apreciarse un 97%. El fin de las subidas de los tipos de interés y la expectativa de próximas rebajas de las tasas representan todo un estímulo para los activos de riesgo como las criptomonedas.
Además, los avances regulatorios, el optimismo que genera el futuro 'halving' del bitcoin y la euforia desatada en torno a la esperada aprobación de los primeros fondos cotizados (ETFs) que invierten físicamente en bitcoin han acelerado las compras en el mercado cripto. Este mayor apetito por el riesgo se ha traducido además en un rally aún más vertical en algunas altcoins, protagonistas de subidas de hasta cuatro dígitos en 2023.
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