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Algunas empresas empezaron los ajustes, cuando los operadores empezaron a prever subidas ante las peores perspectivas de inflación
Ejecutivos en las principales corporaciones de Brasil han estado ocupados rediseñando aviones, gestionando pasivos y frenando inversiones a medida que suben las tasas de interés y la moneda sigue bajo presión.
Si bien todas las empresas del mundo han debido soportar los altos costos de financiamiento, las brasileñas han sufrido una carga especialmente dura con algunas de las tasas más elevadas del mundo. Y ahora, tras una tregua de poco más de un año, las tasas locales vuelven a subir.
Algunas empresas empezaron los ajustes en el segundo trimestre, cuando los operadores empezaron a prever subidas ante las peores perspectivas de inflación. Estos ajustes se han acelerado luego que el banco central nadara contra la corriente de relajación monetaria, y advirtiera de más subidas.
La tasa Selic se encuentra en 10,75%, muy por encima de 9,25% previsto por analistas a principios de año, todo un reto para empresas con grandes cargas de deuda. Por otra parte, la moneda brasileña se ha depreciado 11% en 2024 ante la preocupación de que los ambiciosos planes de gasto del gobierno le impidan alcanzar sus objetivos presupuestarios.
Es una dinámica difícil para empresas como las aerolíneas, que tienen gastos en dólares pero ingresos en reales. Otras industrias particularmente golpeadas han sido el comercio minorista, la salud y el sector agrícola.
“El escenario es difícil, con tasas superiores al 10% cuando hace poco coqueteábamos con proyecciones de 8% o 9%”, dijo Leonardo Ono, gestor en Legacy Group Capital LLC, un fondo de cobertura con 20.000 millones de reales (US$3.700 millones) en activos bajo administración. “Veremos más empresas haciendo gestión de pasivos, y veremos algunas declaraciones de quiebra”.
El riesgo promedio de impago de las empresas brasileñas subió a 6,27%, según un estudio de FTI Consulting para el diario Valor, el nivel más alto en los datos que se remontan a 2016.
La aerolínea Azul SA, la cual está en conversaciones para fusionarse con su rival Gol Linhas Aéreas Inteligentes SA, busca opciones para reestructurar su deuda luego que la debilidad del real golpeara sus resultados. Aunque ha contemplado declararse en quiebra, Azul quiere evitarlo y estudia opciones para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
En el sector minorista, este año, la popular cadena Grupo Casas Bahía SA alcanzó un acuerdo con sus acreedores tras un largo proceso de reorganización. Es una industria muy sensible a las tasas de interés pero puede que esté mejor preparada para un ciclo de endurecimiento. “Las empresas están más disciplinadas”, afirma Ricardo Carvalho, responsable de compañías brasileñas en Fitch Ratings. Sin embargo, “la subida de tasas hace que los vigilemos más de cerca”.
En cambio, en el sector salud las alzas de tasas podrían motivar muchos movimientos. Varias empresas del sector están en franca retirada tras una fuerte expansión por medio de compras cuando las tasas estaban bajas.
Diagnósticos da América SA está vendiendo activos no estratégicos y centrándose en la reducción de la deuda, según una persona familiarizada con el asunto, quien agregó que una fusión o adquisición no está bajo consideración. Hace poco anunció que estaba en conversaciones avanzadas para vender su unidad de corretaje de seguros y consultoría, Dasa Empresas.
Kora Saude Participações SA y Oncoclinicas do Brasil Servicos Medicos SA también están poniendo en orden sus balanzas. El director financiero de Kora dijo a analistas en agosto que la empresa había realizado un “cambio importante” en su perfil de deuda el año pasado. También ha iniciado conversaciones con tenedores de bonos locales para obtener una condonación debido a un incumplimiento previsible de las condiciones de su deuda, según personas familiarizadas con el asunto. Oncoclínicas, por su parte, emitieron 190 millones de reales en bonos locales después de que sus resultados del segundo trimestre mostraran presiones en el flujo de caja.
La salud es el sector que más preocupa a Carvalho, de Fitch, ya que muchas de estas empresas aún necesitan hacer sus deberes, reducir la quema de efectivo y vender activos.
La agroindustria también se ha visto presionada. Dos empresas se han acogido a protección de acreedores en las últimas semanas por las altas tasas y la baja en los precios de los alimentos. AgroGalaxy Participacoes SA es una de ellas. Y los fiagros, fondos de inversión brasileños respaldados por créditos agrícolas, se han visto afectados por la caída en los precios del maíz y la soja.
Mientras que la emisión de bonos locales, o obligaciones, alcanzó un máximo histórico en el primer semestre de 2024, las ventas de acciones se redujeron 64% respecto al año anterior, según la asociación brasileña de mercados de capitales. Las ofertas públicas iniciales, por su parte, prácticamente han desaparecido, ya que en un contexto de tasas altas los inversionistas prefieren los instrumentos de renta fija.
Brasil no ha registrado una OPI desde 2021 y hay pocas esperanzas inmediatas de que eso cambie. “No veo que vuelva una ola de OPI a principios de 2025”, dijo Denis Morante , fundador de Fortezza Partners.
La combinación de la subida de tasas y el elevado apalancamiento también está llevando a las empresas a recortar inversiones y preservar el efectivo. Muchas empresas en el país tienen la costumbre de emitir deuda a tasa variable.
Cosan SA probablemente evitará utilizar efectivo para establecer nuevas líneas de negocio. Recientemente, declinó convertirse en un inversor estratégico en la mayor sanitaria de América Latina, según personas familiarizadas con el asunto. El conglomerado, propiedad del multimillonario Rubens Ometto, está considerando la venta de activos para pagar la deuda, añadieron las personas.
La siderúrgica Gerdau SA esperará a que mejoren las condiciones antes de seguir adelante con sus proyectos de expansión, según una persona familiarizada con el asunto. Entre estos están un nuevo laminador de 1.750 millones de reales y la ampliación de su base forestal en el sureste del país. No obstante, Gerdau ha afirmado que mantendrá todas las inversiones en cartera.
Para analistas del mercado, el frenazo en la actividad es una reacción comprensible a la subida de tasas.
“El impacto inmediato es posponer cualquier proyecto que no sea urgente y hacer solo lo necesario”, dijo Daniel Laudisio, socio del bufete de abogados Cescon Barrieu, la cual asesora a empresas en transacciones de mercados de capitales.
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