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BTG Pactual cree que el peso paralelo, llamado “contado con liquidación”, se ubicará en 340/US$ a fin de 2022, un 41% más débil que el valor actual, y que el Banco Central del país se verá obligado a devaluar al menos 10% y de una sola vez el tipo de cambio oficial hacia fin del tercer trimestre.
El peso argentino podría destacarse este año en la región como una de las monedas de peor performance, afectada especialmente por la emisión de pesos del Gobierno, la merma en las exportaciones agropecuarias y las necesidades de importar energía que tiene el país.
BTG Pactual cree que el peso paralelo, llamado “contado con liquidación”, se ubicará en 340/US$ a fin de 2022, un 41% más débil que el valor actual, y que el Banco Central del país se verá obligado a devaluar al menos 10% y de una sola vez el tipo de cambio oficial hacia fin del tercer trimestre. “El peso paralelo se vería más presionado que las monedas de la región dada la política local y sus riesgos”, dijo Alejo Costa jefe de estrategia para Argentina en BTG Pactual en Buenos Aires.
El Banco Central de Argentina vendió US$589 millones hasta ahora en junio para defender al tipo de cambio, mientras que en el mismo período del año pasado había comprado US$627 millones. Esto ha llevado a las reservas del banco caer cerca de US$3.400 millones este mes.
“Argentina podría tener que acelerar el crawling peg o verse forzada a hacer saltos discretos en el tipo de cambio”, dijo Alejandro Cuadrado, jefe de estrategia de divisas para América Latina de BBVA en Nueva York. “Está muy justa para cumplir con la acumulación de reservas que le exige el FMI”.
El Ministerio de Economía no respondió inmediatamente a una solicitud de comentario. Un vocero del BCRA hizo referencia a un informe reciente, que dice que la entidad busca mantener un esquema de politicas que acote las expectativas de incremento del tipo de cambio y de la inflación.
¿Cuáles son los principales factores que hoy afectan al peso argentino?
1. Se acelera la emisión de pesos
El crecimiento del dinero en poder del público pasó del 30% a 53% interanual entre enero y junio y se convierte en combustible para la demanda de bienes y dólares para importar. La emisión de pesos es uno los principales factores que ven los analistas detrás de la inflación y, por lo tanto, de la depreciación del peso.
“Habrá mucha expansión monetaria en el segundo semestre, fundamentalmente por el déficit fiscal, dada la dinámica con la que viene, y el menor rollover que parece que obtendrá el Tesoro sobre su deuda en pesos”, dijo Costa. El rollover sobre los vencimientos mensuales cayó del 150% al 100% en lo que va del año, pero las dudas que mantienen los inversores pesos hacen pensar a Costa que en la segunda mitad del año la renovación de deuda podría hundirse aún por debajo de ese nivel.
2. Termina la liquidación de dólares
La cosecha gruesa de Argentina terminó y los productores de soja se mantienen ‘sentados’ sobre los granos. Los analistas creen que ahora no venderán hasta que no se produzca una devaluación.
Los productores vendieron 18,5 millones de toneladas de porotos de soja a acopiadores y exportadores, o un 44% del total cosechado, un nivel que es inferior al promedio de los últimos 5 años para esta época del año, dijo la Bolsa de Comercio de Rosario en un reporte semanal.
“Los productores venderán dólares si creen que bajarán los precios de los commodities, que habrá un salto en el tipo de cambio o que se achique la brecha cambiaria”, dice Lucrecia Colletti, líder de la mesa de cambios del Banco de la Provincia de Buenos Aires. “Pero veo difícil que bajen los precios de los commodities si el conflicto bélico de Ucrania-Rusia continúa”.
3. Crece la importación de energía
En tanto los dólares de cosecha siguen sin aparecer, Argentina debe destinar más dólares a pagar las importaciones de gas. Los costos de la energía, en un país que no tiene abastecida toda la demanda para el invierno, se incrementaron este año a partir del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
En mayo, las compras de energía al exterior consumieron uno de cada cinco dólares vendidos por los exportadores de soja en el mercado cambiario. En julio, es probable que consuman uno de cada tres.
“Es muy difícil que el banco central acumule una cantidad significativa de reservas” con una brecha tan grande entre el contado con liquidación y el peso oficial, dijo Alejandro Giacoia, economista de la consultora Econviews. “Este problema solo se puede resolver subiendo el tipo de cambio oficial; y el gobierno no parece estar dispuesto a hacerlo”.
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