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En la Argentina, el mayor tiempo en el hogar, como consecuencia de la cuarentena, disparó el consumo de esta infusión con más adeptos
Este viernes, se festeja el Día Internacional del Té. Originalmente, la fecha se estableció el 15 de diciembre de 2005 en Nueva Delhi, India, con la intención de fomentar el desarrollo de la industria. Pero, el 28 de junio de 2019, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) declaró la celebración anual cada 21 de mayo.
En la Argentina, el mayor tiempo en el hogar, como consecuencia de la cuarentena, disparó el consumo de esta infusión, que, cada vez, gana más adeptos y apunta a destronar del podio al mate y el café.
Por la estadía extendida en casa, la ingesta de té creció en el país durante 2020. Especialmente, cobró relevancia el té verde. Según una investigación de la consultora Scentia, la demanda en este segmento creció un 23% en el último año. También, avanzó un 19% el té en hierbas, mientras que el té negro se mantuvo en sus mismos valores. De acuerdo a la consultora Nielsen, la facturación de los té en saquito y en hierbas subió un 49%, entre marzo de 2020 y marzo último.
"En tiempos de pandemia, el consumo mundial de té sigue vigoroso e incluye a sus variantes más innovadoras. La Argentina no se queda atrás en este fenómeno", sostiene Gonzalo Vila Moret, gerente general de Cachamai, la marca del burrito que compró el Grupo W, de la familia Werthein, en 2005.
Entre 2019 y 2020, Cachamai aumentó un 46% sus ventas de té de hierbas y un 54% de té verde. "Esta categoría incluye también a las mezclas con frutas. De la mano del mayor interés por los alimentos saludables y el fortalecimiento del sistema inmune, estas variantes vienen creciendo ininterrumpidamente. Apuntalamos esta tendencia con nuestras líneas con acompañantes, como frutilla, mandarina o grosella negra", señala el ejecutivo.
"En la Argentina, tenemos el privilegio de cultivar té y cosecharlo entre octubre y mayo, generando puestos de trabajo en toda la cadena de valor. Será un sector que seguirá creciendo, impulsado por los cambios de hábitos que trajo la pandemia", remarca Vila Moret.
En 2020, las ventas de Inti Zen crecieron un 40%. Guillermo Casarotti y su esposa, Anne-Sophie Coisne, crearon la marca en 2003. Él es uruguayo y ella, francesa. Se conocieron en una isla de Grecia hace 30 años y se casaron en un pueblo medieval francés. Hoy, residen en la Argentina.
La firma de té gourmet produce más de un millón de saquitos al mes y llega a más de 4000 puntos de venta repartidos en todo el territorio nacional, entre cafés, restaurantes, tiendas especializadas, supermercados y hoteles.
"Se desarmó el canal de locales comerciales. Pero la venta en supermercados y por Internet se multiplicó. Inti Zen ya contaba con una plataforma de comercio electrónico. Buena parte de nuestros 30 socios que integran la red de distribuidores se reinventaron y muchos, muy astutos, encontraron nichos de oportunidad en la venta online", apunta Casarotti.
La sofisticación del consumo de té en la Argentina los llevó a lanzar dos nuevas marcas en la pandemia. "Son de alta gama, para paladares entrenados que buscan productos de calidad superior", explica Casarotti.
Una de las marcas que lanzaron en la pandemia los dueños de Inti Zen
La primera que salió al mercado fue In_T Hebras. Comercializa bolsas de té en hebras de cosecha de altura, provenientes de El Himalaya, con especias, flores y frutos naturales. La segunda fue Verde-Negro Organic, especializada en té verde y negro puros, con cosechas orgánicas de Misiones.
Por su parte, en 2009, Victoria Bisogno creó un espacio dedicado a promover la cultura del té en todo el mundo. El Club del Té se instaló en el barrio porteño de Recoleta, en una casa de época de estilo francés.
Se convirtió en una organización global con actividades en distintos idiomas para más de 1900 socios de diferentes ciudades, interesados en capacitarse a nivel profesional como por placer.
"Ahora, todas las actividades del club son virtuales. Ya realizábamos programas de formación remota, pero con el coronavirus pasamos todas nuestras sesiones a esta modalidad, que nos permitió ampliar el alcance. Tenemos participantes de todas las partes del mundo. Sumamos transmisiones en vivo en Instagram y talleres", indica Bisogno.
Según la especialista, el aumento de las ventas durante el aislamiento coincidió con el incremento del consumo en los meses de más frío. "Es una tendencia que se observa desde hace un tiempo también en otros mercados de América latina, los Estados Unidos y Europa. Se suma la posibilidad de disponer del té mediante la compra digital, sin necesidad de salir de casa", analiza.
Por el Día Internacional del Té, el club hará webinars gratuitos de una hora entre las 11 y las 21 horas. Para participar, hay que inscribirse en su sitio web o a través de sus redes sociales.
Victoria Visogno fundó en 2009 El Club del Té, en el barrio de Recoleta
La Argentina juega en la liga mundial de los productores y exportadores de té desde hace algunos años. Se encuentra entre los cinco países productores de té negro, según datos del Ministerio de Producción Nacional. La India, Kenia, Sri Lanka, Tanzania y la Argentina concentran el 75% de la producción mundial.
Además, el país compite en el mercado mundial en cuanto a toneladas exportadas, con una participación en torno del 1,3% de los despachos globales.
El principal destino de los envíos es los Estados Unidos, con el 75,3% del total de las exportaciones nacionales. En menor escala, le siguen Chile, con el 7,01%; Polonia, con el 2,9%; India, con el 2,3%; Rusia, con 2%; Alemania, con el 1,7%; y Reino Unido y Perú, con el 1,2% en ambos casos.
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