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La gigante de las telecomunicaciones hizo una oferta pública por importe de US$2.102 millones para hacerse con 28,19% de Telefónica Deutschland
Telefónica ha sorprendido al mercado con una opa por importe de US$2.102 millones por la que pretende hacerse con 28,19% que no controla de su filial alemana, una de las importantes del grupo (supone 18% de los ingresos, 17% del ebitda y18% de la generación de caja del grupo), ya que trabaja en el mayor mercado de telecomunicaciones de Europa. La operadora pagará US$2,51 por acción, lo que supone 37,6% de precio de prima sobre la cotización de ayer.
El movimiento es sorprendente porque va a contracorriente. Los inversores y los analistas le están pidiendo a Telefónica que baje la deuda, no que la suba en nada menos que dos mil millones adicionales. Por tanto, la audaz operación en vísperas del Capital Markets Day, tiene que tener razones de peso. Y entre ellas figura una obvia: con la operación, Telefónica incrementa su exposición al euro -algo siempre bien visto por los inversores, puesto que siempre le ha penalizado su exposición a las divisas latinoamericanas-, ya que pasa a controlar casi un tercio más de la otra empresa del grupo -además de Telefónica España- que cotiza en la divisa europea.
Y también supone una constatación y es que la operadora germana estaba muy barata. Incluso a US$2,51, con el casi 38% de prima, el título está aún por debajo de lo que lo tienen valorado algunas casas de Bolsa, por lo que se trata de una buena oportunidad de mercado y se sitúa por debajo de lo que valía hace sólo tres meses. Pero es que, además, de estar barata, la filial, operativamente, va bien y previsiblemente va a ofrecer a final de año un aumento del ebitda del entorno de 5%.
Pero aprovechar esta oportunidad tiene a su vez otra cara que es afrontar el disgusto de los accionistas de la filial, puesto que, no lo olvidemos, Telefónica colocó O2 Deutschland en Bolsa en octubre de 2012 a 5,6 euros por acción, más del doble de los US$2,51 ahora ofrecidos, por mucho que el consenso de los analistas de Bloomberg sitúe el valor de la filial germana en US$1,88 por acción. Aunque también hay que tener en cuenta los cuantiosos dividendos distribuidos a sus accionistas por O2 desde entonces.
Por tanto, entre las motivaciones de Telefónica para el movimiento de hoy hay sin duda algo más que aprovechar una oportunidad de mercado. Y la noticia del pasado 2 de agosto, por la que se desveló que O2 Deutschland perdería a favor de la superoferta realizada por Vodafone el contrato mayorista para alquilar la red móvil a 1&1, el mayor operador virtual de Alemania, tiene mucho que ver.
Aunque el contrato con O2 se extiende hasta finales de 2024, la pérdida supondrá un golpe duro para los ingresos de O2, y de hecho esa noticia supuso un desplome de 18% en la cotización hasta más o menos los niveles actuales, puesto que apenas se había recuperado hasta el lanzamiento de la opa de esta mañana. La pérdida del contrato supondría para O2 dejar de generar entre US$213 millones y 320 millones de caja anuales.
Y eso traería consecuencias futuras, previsiblemente la necesidad de recortar el dividendo. Esa combinación de caída de la cotización y, además, recorte del dividendo, sería muy difícil de asumir por los accionistas de la filial alemana por lo que esta solución supone zanjar de una vez un problema futuro. Una vez que Telefónica controle 100% de O2 y la retire de Bolsa, que parece su opción principal, el recorte del dividendo ya no sería problemático.
Hay sin embargo otra corriente de opinión que señala la posibilidad contraria, es decir, que la opción sea la de exprimir al máximo el activo alemán elevando el dividendo, para ayudar al desapalancamiento de la matriz. En cualquier caso, la toma de control de 100% de la compañía germana, deja manos libres al grupo español para aplicar cualquier de los dos escenarios.
De hecho, actualmente, O2 Deutschland paga un dividendo elevado y hoy parte de este dividendo va a parar a sus accionistas minoritarios. Si Telefónica aumenta su participación en la alemana y mantiene o eleva la política de dividendos actual, la matriz recibirá más dividendos, lo que teóricamente incrementaría la capacidad del grupo para seguir retribuyendo al accionista.
Sin embargo, en un momento de mercado en el que las compañías endeudadas vuelven a estar penalizadas, agregarle US$2.134 millones adicionales de deuda a los US$29.350 millones comunicados a junio, es decir, sumarla más de 7% de deuda adicional, debería tener, según señalan los analistas, una contrapartida de desinversión por alguna otra parte.
Y no parece que los movimientos en marcha o ya previstos como la posible venta de una participación o la salida a Bolsa de Telefónica Tech (que se valoraría en unos US$2.134 millones por el 100%) o la venta de Nabiax (el grupo de centros de datos controlado por Asterion del que Telefónica tiene un 20%) tuvieran entidad suficiente para compensar los US$2.134 millones de deuda adicionales con los que la operadora española se va a cargar.
Por tanto, es posible que este movimiento en Alemania pueda tener su contrapartida en el Reino Unido. La filial británica Virgin Media O2, de la que Telefónica tiene 50% compartido con la estadounidense Liberty Global, va a entrar a partir de la primavera de 2024, en la época en la que se abre la ventana para una posible salida a Bolsa, que se podría producir a partir de junio del año que viene, al cumplirse el tercer año desde su creación.
Aunque Telefónica ha señalado en muchas ocasiones que el mercado británico forma parte de los cuatro mercados fundamentales de la operadora (junto con España, Alemania y Brasil) hay que recordar que Telefónica ya vendió O2 en Reino Unido y que sólo el veto de Bruselas impidió que saliera del perímetro del grupo español. Asi es que muchos consideran que el movimiento de Telefónica en Alemania acerca una posible desinversión, al menos parcial, en el Reino Unido como una vía para desapalancar a la matriz.
Aunque muchos también consideran que la otra opción posible es directamente que mañana, en el Capital Market Day, la operadora se incline por un recorte del dividendo como mecanismo para acelerar el desapalancamiento de la compañía, una vez constatado el hecho de que el mercado cotiza Telefónica por debajo de 5 veces ebitda, cuando la rentabilidad que ofrece por dividendo supera 8%, lo que pone de manifiesto que el mercado no está valorando suficientemente la alta retribución.
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