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El gigante del entretenimiento confirmó inversiones en nuevos sectores como el de videojuegos y acudirá a recompras de acciones
Después de varios meses agotadores librando una costosa campaña de US$40 millones para ganarse a los inversionistas, luchando contra sus oponentes en medios, resolviendo una espinosa disputa política en Florida y desplegando una serie de iniciativas, Bob Iger derrotó al multimillonario activista Nelson Peltz.
Ahora empieza el verdadero reto. Accionistas de Walt Disney eligieron a todos los candidatos de la dirección para el consejo, rechazando la candidatura de Peltz, así como a su aliado, el ex jefe financiero de Disney, Jay Rasulo, y a una lista de otro grupo disidente.
Sin embargo, tras la victoria, el legado definitivo de Iger en Disney aún pende de un hilo, con muchos grandes retos sin resolver: desde la reactivación de un negocio cinematográfico en apuros hasta la identificación del próximo CEO de la compañía, pasando por la obtención de beneficios en la división de streaming de Disney o la evolución de Espn, la cadena deportiva más popular de la televisión por cable, para convertirla en un gigante del vídeo online.
A corto plazo, la rama cinematográfica de la empresa, que es la base de la marca Disney y la que impulsa las ventas de entradas y productos de sus parques temáticos, recibirá el impulso de títulos como Deadpool y Lobezno, de Marvel Studios, e Inside Out 2, de Pixar. Pero el atractivo a largo plazo de algunas de las franquicias cruciales de la empresa sigue en entredicho. A lo largo del año pasado, múltiples estrenos de gran presupuesto, como Indiana Jones, o Ant-Man, no lograron obtener beneficios. Tras la muerte de varios proyectos en desarrollo, Lucasfilm no entregará su próxima entrega de Star Wars hasta 2026, siete años después de la última película.
Para disponer de más tiempo y centrarse en la calidad y retrasar los costes de producción y marketing, Iger ha retrasado el estreno de algunas películas hasta 2031. En febrero, Disney anunció un cambio en su cúpula directiva: David Greenbaum, de Searchlight Pictures, pasará a dirigir el negocio de películas de acción real.
Mientras tanto, tras el último informe de resultados de Disney en febrero, Iger dio a conocer varios movimientos para tentar a los inversionistas, como una inyección de US$1.500 millones en Epic Games, fabricante de Fortnite, un aumento del dividendo y una recompra de acciones de US$3.000 millones. Todo ello disparó las acciones.
Pero quizás la mayor amenaza sin resolver para el legado de Iger es cómo se reemplazará a sí mismo en última instancia. Desde que asumió por primera vez el cargo de consejero delegado hace dos décadas, Iger ha prolongado repetidamente su tiempo en la empresa, al tiempo que ha torpeado en el proceso de sucesión y ha ahuyentado a varios herederos aparentes.
Para hacer frente a estas preocupaciones, Disney nombró al ex CEO de Morgan Stanley, James Gorman, como miembro del consejo. Todo el mundo estará muy atento a las respuestas que Iger y sus posibles sustitutos den a las numerosas pruebas a las que se enfrenta la empresa.
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