Los cazadores de centavos buscan ganancias con el ataque a la moneda de Trump

Adam Youngs busca sacar mucho provecho de un montón de dinero.

Su empresa, Portland Mint, vende centavos viejos a granel a inversores que buscan obtener ganancias con el cobre que compone el 95% de las monedas acuñadas antes de 1983. Un conjunto de piezas de un centavo de Portland Mint con un valor nominal de aproximadamente US$60.000 se vende por unos US$120.000.

La apuesta es que esos centavos más antiguos contienen cobre que valdría unos US$180.000 a los precios actuales. Hay un problema: es ilegal fundir una masa de centavos de Lincoln para extraer el metal. Pero los acaparadores de centavos recuperaron la esperanza de que sus apuestas algún día darán frutos cuando el presidente Donald Trump dijo esta semana que ordenó al secretario del Tesoro que dejara de acuñar las monedas.

Tal vez la desaparición del humilde centavo, según se piensa, eventualmente pondrá fin a la prohibición de la fundición, posicionando a los dueños de las monedas para sacar provecho de sus montañas de cobre barato.

“Compras con descuento ahora, las cosas cambian en el futuro y entonces puedes captar el verdadero valor”, dijo Youngs.

La diatriba de Trump desató un escándalo nacional en torno al venerable centavo, que generó reacciones que iban desde la nostalgia hasta la sensación de que "ya era hora". El posible fin de una era, combinado con un repunte del cobre en los mercados de metales, también está insuflando nueva vida a una industria casera basada en montones de monedas de bolsillo.

“Los coleccionistas e inversores especulan con que el valor del cobre aumentará”, dijo Ted Ancher, director de numismática de Apmex, un comerciante de metales preciosos de Oklahoma City que lleva años vendiendo centavos de cobre. “Esa es la razón principal por la que compran centavos de cobre”.

Los clientes prefieren “las monedas de 1982 y anteriores”, dijo Dennis Steinmetz, fundador de Steinmetz Coins & Currency en Lancaster, Pensilvania. La empresa ofrece 5.000 centavos (con un valor nominal de US$50 ) por US$79.

“Como ya sabrás, actualmente no puedes fundirlos”, dice el sitio web de Steinmetz. “Sin embargo, si el gobierno autoriza la fusión, estarás muy por delante”.

Sin embargo, hay motivos para ser escépticos. No está claro si Trump tiene autoridad para cancelar el centavo sin la aprobación del Congreso. Incluso si la tuviera, la desaparición de la moneda no necesariamente llevaría al gobierno a eliminar la prohibición casi total de fundir centavos.

"No creo que la eliminación del centavo afecte la prohibición", dijo Philip Diehl, ex director de la Casa de la Moneda de Estados Unidos.

En otras palabras, se necesitarían cambios de política potencialmente controvertidos para aprovechar la oportunidad comercial. Incluso así, los escépticos se preguntan si todo ese cobre se traduciría en una ganancia considerable.

“No puedo imaginar que alguien tenga suficiente cantidad de centavos para que esto sea muy rentable”, dijo Adam Simon, profesor de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente en la Universidad de Michigan, que ha estudiado los mercados de cobre de Estados Unidos. “Mi suposición fundamentada es que el costo de hacer todo esto superaría el valor de mercado”.

¿Es eso suficiente para torpedear el mercado de los centavos viejos? No, no lo es.

Los centavos modernos, compuestos de zinc recubierto de cobre, contienen poco valor de fusión, por lo que el juego para los inversores es encontrar las piezas más antiguas, en su mayoría de cobre.

En su almacén de Oregón, Youngs separa los centavos más antiguos y valiosos con 15 máquinas clasificadoras industriales que pueden clasificar 3.000 monedas por minuto. Los aficionados al bricolaje pueden optar por una clasificadora semiautomática fabricada por Ryedale Enterprises de Michigan que puede procesar hasta 300 centavos por minuto.

O los cazadores de centavos pueden simplemente comprar monedas antiguas.

“Hemos visto un repunte importante en las últimas semanas, con los precios del cobre en los titulares y subiendo nuevamente”, dijo Stefan Gleason, director ejecutivo de Money Metals Exchange. La firma vende bolsas de 34 libras de centavos de cobre a US$203,66, o aproximadamente 4 centavos por moneda.

Antes de que Trump se hiciera cargo del centavo, que Estados Unidos fabrica desde fines del siglo XVIII, varias personas, desde legisladores selectos hasta el expresidente Barack Obama, manifestaron su disposición a abandonar la moneda. Una de las principales razones es el costo: fabricar un centavo cuesta a Estados Unidos alrededor de 3,7 centavos, según el informe anual de 2024 de la Casa de la Moneda. La Casa de la Moneda acuñó 3.200 millones de ellas el año pasado, más de la mitad de todas las monedas que producirá en 2024.

Canadá dejó de producir su centavo en 2012 e instituyó requisitos de redondeo para los pagos en efectivo al incremento de cinco centavos más cercano.

Pero si Estados Unidos adoptara un enfoque similar, probablemente aumentaría la demanda de monedas de cinco centavos, que también son una pérdida de dinero para la Casa de la Moneda. Entre 2014 y 2024, fabricar monedas de cinco centavos costó US$776 millones más que el valor nominal de las monedas, una pérdida aún mayor que la de los centavos. (La Casa de la Moneda ganó esa cantidad y más con las monedas de diez y veinticinco centavos, cuyos costos de producción son inferiores a los valores nominales).

Sin embargo, a pesar de todo el enfoque en el dinero, algunos aficionados a los centavos dicen que el atractivo va más allá de los dólares y, bueno, los centavos.

David Frey, de Zionsville, Indiana, creó su colección de monedas de 27 kilos de cobre a partir de una década de monedas ahorradas por su padre. Dijo que le gusta imaginar las monedas tintineando en los bolsillos de innumerables desconocidos a lo largo de los años.

Tristan Kwiatkowski, un coleccionista del noreste de Pensilvania que recientemente adquirió un centavo Fugio acuñado en la década de 1780, también tiene alrededor de 30 libras de centavos de cobre más recientes que obtuvo clasificando rollos de monedas de su banco.

Predice que mucha gente seguirá intentando conservar sus monedas antiguas a medida que escaseen, pero incluso si se levantara la prohibición de fundirlas, probablemente no se desprendería de su reserva de monedas de cobre.

“Las monedas son una de las piezas más tangibles de la historia que alguien puede tener en sus manos”, dijo. “Como mucha gente, no tengo un destino final definido para ellas”.