Estos son los Datos Cocteleros sobre los impuestos más extraños de la historia

Mucho antes de que en Colombia existiera el impuesto sobre los estancos de alcohol y tabaco, porque eran monopolio del Estado, hubo un tributo en Egipto que gravaba el aceite. Los egipcios tenían que pagar para utilizar el aceite y estaban obligados a comprárselo al faraón, quien tenía el monopolio del producto. Si alguien quería ahorrar, era imposible, pues estaba prohibido reutilizar el aceite. El control era estricto, pues los hogares recibían visitas permanentes de las autoridades, que se cercioraban de que se cumpliera esta norma.

El rey Jacobo I de Inglaterra decidió en el siglo XVII gravar las barajas de naipes como una medida para controlar los juegos de azar. Esta norma estuvo vigente hasta mediados del XX. Por ella, los fabricantes de naipes debían pagar un impuesto. Para certificar el pago se ponía un sello en uno de los naipes. Desde 1718, se estableció que debía sellarse la primera carta de la baraja, el As de Picas. Pero hecha la ley, hecha la trampa. Los fabricantes y jugadores empezaron a falsificar ases de picas, por lo que la falsificación se convirtió en un delito capital. El Gobierno también obligó a que todos los ases de picas fueran fabricados por un solo productor a su nombre. Esto significa que los fabricantes se encargaban del resto de las cartas y tenían que comprar el as de picas del Gobierno.

¿Se imagina tener que pagar un impuesto por la cantidad de ropa que tenga en su armario? Pues algo así pasó en Reino Unido en el siglo XVIII, cuando se creó un tributo sobre los sombreros. De acuerdo con la norma, las personas debían pagar un impuesto por cada uno de los sombreros que tenían. El pago se certificaba con un sello, que la autoridad tributaria ponía en la parte interior. Es decir que si una persona paseaba por la calle con un sombrero, la Policía podía pedirle que se lo quitara y mostrara la acreditación del pago. Este fue uno de los muchos impuestos que estaban dirigidos a la riqueza, pues los nobles debían pagar por muchos sombreros, principalmente de copa alta, que era la tendencia de la época.