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La votación la ganará el que tenga la mayoría de colegios electorales, no el que obtenga más votos, esto ya le pasó a Trump en 2017
El sistema electoral de Estados Unidos estipula que el ganador de las elecciones presidenciales es el que obtiene más colegios electorales, no más votos. En el país hay 538 de estos colegios, y para salir vencedor de la contienda, como mínimo, el candidato debe salir victorioso en 270 de estos.
Con un potencial electoral de más de 200 millones de personas, los candidatos saben que hay unos estados clave para lograr la victoria. Conocidos también como estados bisagra, estos territorios son los más importantes porque tienen un mayor peso electoral.
Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin son los que definen el rumbo de las elecciones en Estados Unidos. Además, estos son los territorios que no tienen un claro favoritismo político, es decir, no son republicanos, ni demócratas.
El caso de Pensilvania es uno de los más “especiales”, de hecho, Trump ya logró el triunfo en la contienda de 2017, y le permitió ganarle ese año las elecciones a Hilary Clinton.
Michigan históricamente ha mostrado una mayor preferencia con el Partido Demócrata, aunque ya ha dado sorpresas, como cuando Trump ganó hace años. Joe Biden ha hecho esfuerzos políticos para que el estado vuelva a las cuentas demócratas, pero los sectores sindicales y los problemas con el sector industrial hacen que se preserve la tendencia republicana.
Wisconsin es otro de los estados que tiene la mayor atención de los candidatos, y que en las últimas elecciones cambió su tendencia demócrata, y es uno de los que más atención ha tenido por parte de Kamala Harris, teniendo en cuenta que Trump ya ganó en una oportunidad la elección allí.
Georgia es tal vez uno de los bastiones republicanos, pero que también ha tenido sorpresas en las últimas elecciones, de hecho en 2020 Biden le ganó a Trump en este estado conservador, lo que fue uno de los puntos débiles de la última campaña presidencial republicana.
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