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Analistas de la City y Wall Street advierten a los grandes fondos que la aplicación del artículo 155 puede generar choques violentos en Cataluña
Los inversores internacionales siguen sin ver posible una independencia real de Cataluña, pero anticipan que la intervención del Gobierno central para controlar la autonomía va a crear una fuerte tensión e incluso violencia, afectando a la actividad económica y a los beneficios de las cotizadas más expuestas a la región.
Según una nota urgente enviada ayer por Barclays a los inversores, "no está garantizado que el Gobierno central sea capaz inmediatamente de ejercitar el control total de los poderes regionales. Cataluña tiene un gran nivel de autogobierno. Si hay desobediencia, no está claro cómo el Gobierno central podrá controlar la autonomía ya que tiene muy pocos funcionarios en la región".
En su opinión, "algún tipo de trastorno por las manifestaciones, posibles huelgas y algo de violencia es posible. Esto podría afectar la actividad económica y la confianza. Si la actividad económica catalana pasa de un 3% de crecimiento a una caída del 2% en el último trimestre de 2017 y el primero de 2018, el crecimiento en España se quedaría en el 2,2% en 2018 (frente a nuestra previsión del 2,75%)".
Golpe a la banca
En este escenario de ralentización económica, los analistas de Jefferies son especialmente negativos con los bancos españoles, ya que podría haber un aumento de las pérdidas por morosidad en todo el país, no solo en Cataluña.
Esto reduciría en un 19,6% el beneficio por acción previsto para Bankia para 2018, en un 18,9% el de Banco Sabadell, en un 16,1% el de Bankinter, en un 11,8% el de CaixaBank, en un 5,5% el de BBVA y en un 4,4% el de Santander.
En el terreno de la renta fija, la prima de riesgo española sigue sin sufrir en exceso, gracias a la presencia del BCE como comprador de bonos. Grandes inversores en deuda como Pimco no dan apenas posibilidades a que se produzca la independencia catalana. En el peor escenario, de un fuerte incremento de la tensión en las calles catalanas, Sandrine Perret, de Credit Suisse, cree que la prima de riesgo podría llegar a 160 puntos básicos (ahora está en 118 puntos).
Los analistas esperan que la volatilidad y la precaución de los inversores internacionales ante España se mantenga mientras comprueban la aplicación del 155. Antonio Barroso, de Teneo Intelligence, indica que "las tensiones van a aumentar de manera significativa en los próximos días, especialmente si los grupos secesionistas se movilizan para frenar la implementación del artículo 155. Los manifestantes podrían intentar prevenir que la policía saque de sus oficinas a los consejeros catalanes destituidos por el Gobierno central. Esto eleva el riesgo de choques violentos con la policía".
Ante los alarmistas titulares de algunos medios internacionales, que parecían dar por hecha ayer la ruptura de España, la consultora de la City Capital Economics trató de explicar la situación con un informe enviado a los grandes fondos.
"La declaración unilateral de independencia no significa realmente que Cataluña sea un país soberano. De hecho, el Senado ha aprobado el plan del Gobierno español para tomar el control de la autonomía", explica el analista Stephen Brown en esa nota. En su opinión "la cuestión clave en los próximos días será ver cómo los 17.000 miembros de los Mossos d'Esquadra responderán. Si los Mossos se alinean con los defensores de la independencia, el riesgo de una seria escalada de la crisis se incrementaría".
Pese a ello, Brown opina que el impacto de esta tensión en la economía va a ser moderado. Su firma ha rebajado la previsión de crecimiento del PIB español en 2018 del 2,5% al 2,3%. Capital Economics recuerda que en Quebec y el País Vasco, en los momentos de mayor fuerza de los movimientos separatistas, los efectos económicos negativos fueron leves.
En cuanto a los pasos posteriores al 155, Barclays espera unas elecciones autonómicas de las que podría resultar un Parlamento catalán de composición similar al actual. Pero el banco confía en que los partidos nacionalistas más moderados suavicen su postura, al ver que PP, PSOE y Ciudadanos podrían ofrecer una reforma de la Constitución, la falta de reconocimiento de la independencia en la UE, y la fuga de empresas, lo que puede afectar en el futuro al empleo".
Despachos de abogados, directivos y financieros españoles que trabajan en EEUU explican que están recibiendo muchas preguntas de inversores relativas a Cataluña. El desconocimiento es creciente puesto que "los inversores no tienen ni el tiempo ni el conocimiento para entender este conflicto en detalle", lo que hace que se queden con lo que reflejan los medios de comunicación, que en muchas ocasiones presentan una situación parcial.
Inversores extranjeros
Firmas como Moody's y S&P llevan tiempo advirtiendo de que el nivel crediticio de España podría cambiar, mientras analistas como Benjamin Segal, de Neuberger Berman, explican que muchas multinacionales podrían reconsiderar sus inversiones.
En Cataluña, operan más de 7.000 empresas extranjeras, entre las que destacan gigantes estadounidenses como Cisco. Jaime Malet, presidenta de la Cámara de Comercio de EEUU en España, asegura que las entidades americanas con intereses en Cataluña están suspendiendo y congelando inversiones.
En el capital de compañías del Ibex de origen catalán están presentes, además, fondos americanos como BlackRock y Fidelity, que podrían haber influido en el cambio de sede. El temor en Wall Street es que la situación derive en otro gran conflicto en Europa, pero, de momento, limitan el impacto a España.
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