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Uno de los sectores más afectados por la pandemia ha sido el turismo: las limitaciones de los vuelos, las restricciones de movilidad o las reticencias sanitarias lo han mermado de forma muy notable
Uno de los sectores más afectados por la pandemia ha sido el turismo: las limitaciones de los vuelos, las restricciones de movilidad o las reticencias sanitarias lo han mermado de forma muy notable
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y publicado en acceso abierto en el Journal of Tourism Futures, ha analizado la influencia de la percepción del riesgo sanitario de viajar inmediatamente después de la primera ola de Covid y ha identificado diferentes perfiles de turista, así como sus motivaciones: son el preocupado, elpragmático y el escéptico.
"Las personas han tenido diferentes reacciones en relación con su comportamiento como turistas. Unas han presentado señales de querer cambiar sus hábitos de consumo y su manera de hacer turismo, mientras que otras no lo han hecho o solo lo han hecho muy superficialmente", señala en un comunicado Francesc González, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y miembro del grupo NOUTUR (Nuevas Perspectivas en Turismo y Ocio) de la UOC, que coordina este estudio junto con los investigadores de la UOC Joan Miquel Gomis y Pablo Díaz.
La investigación, titulada Reset or temporary break? Attitudinal change, risk perception and future travel intention in tourists experiencing the COVID-19 pandemic, identifica tres perfiles de turista en función de su intención de cambiar sus hábitos turísticos y su comportamiento de cara al futuro en la manera de organizar un viaje y decidir cuándo y cómo visitar determinados lugares.
El primer perfil hace referencia al turista preocupado, que manifiesta querer cambiar su modo de vivir tras la pandemia y, por tanto, su forma de viajar.
El segundo perfil se identifica con el turista pragmático, un tipo de persona que es sensible al riesgo asociado al turismo, pero que no realiza cambios profundos en su modo de viajar. "Este tipo de turista solo cambia su comportamiento temporalmente, mientras dure la pandemia", destaca González.
Por último, el turista escéptico es aquel que no quiere cambiar ni el comportamiento ni sus hábitos de viaje, no muestra aversión a un hipotético riesgo y manifiesta la voluntad de seguir desplazándose a lugares de turismo de masas.
Estos perfiles, bastante heterogéneos sociodemográficamente según el investigador de la UOC, se han elaborado a partir de encuestas a 500 turistas españoles realizadas durante la primavera de 2020 tras la primera ola de Covid-19 y el confinamiento, cuando aún no había vacuna y había una enorme incertidumbre. De las personas encuestadas, el 33,7 % eran hombres y el 66,3 % eran mujeres, con edades entre 35 y 45 años, y 46 y 54 años.
Otra de las conclusiones del estudio es que las personas han reaccionado de formas muy dispares, sin importar el hecho de haber o no pasado la enfermedad. "Sorprende que no exista una relación directa entre las personas que se han visto afectadas personalmente por la enfermedad o han tenido contactos estrechos y el cambio de comportamiento como turistas o en la manera de vivir", afirma González.
Tendencias a corto plazo en el turismo
A pesar de que enfermedades como el coronavirus se transmiten más rápidamente debido a la globalización, especialmente en áreas con un elevado número de habitantes, según los autores, el comportamiento de una parte de los turistas cambió más bien "a corto plazo".
"Aunque la pandemia ha generado un debate intelectual acerca de la nueva conciencia global en torno a que 'somos muy poca cosa' como especie, los resultados del estudio apuntan a que no hay un temor generalizado a continuar viajando en el futuro, ni a hacerlo de manera radicalmente diferente", apunta González.
Los investigadores de la UOC inciden en que la percepción del riesgo se construye socialmente y por sí misma no es suficiente para crear cambios si no va acompañada de otras medidas, como la sensibilización o la educación. Es más, el cambio de comportamiento "depende más de factores como la actitud ambiental o la visión previa del mundo que tienen los individuos", remarcan los autores.
Lo rural, solo una opción más
Aunque en los momentos de recuperación tras las olas iniciales se apuntaba hacia cambio de hábitos y preferencias en el sector turístico, como una mayor tendencia al turismo de naturaleza o a visitar destinos rurales, un gran número de turistas sigue confiando a largo plazo en lugares tradicionales de turismo de masas de sol y playa.
"Una importante mayoría de turistas no asocian viajar a estos lugares con una mayor cantidad de gente con tener un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Es más, en muchos casos, los perciben como lugares seguros", asevera el investigador de la UOC.
Si bien es cierto que en un primer momento las caídas en las cifras de turismo supusieron pérdidas millonarias para el sector, actualmente se aleja esa creencia de que el turismo de masas "vaya a desaparecer", y de hecho, las previsiones para el verano de 2022 confirman una tendencia continuista de este tipo de turismo de masas.
¿Punto de inflexión o paréntesis temporal en el turismo?
La pandemia puede representar un punto de inflexión en la manera en que nos relacionamos con el mundo, y este cambio en la conciencia individual puede terminar, de tomar un carácter generalizado, por influir en cambios en el consumo de amplia trascendencia social, un giro transformador del turismo basado en la toma de conciencia ética y ambiental individual.
Según este estudio, titulado Reset or temporary break? Attitudinal change, risk perception and future travel intention in tourists experiencing the COVID-19 pandemic, la suma de los cambios individuales que seguirán a la reflexión pospandemia acabarán por generar una nueva conciencia colectiva, con "una mayor preocupación por la justicia social y donde los valores cambien el orden de prioridad respecto al consumo" con lo que el consumo de viajes y experiencias turísticas debería ser diferente.
Pero aunque hay voluntad de viajar de una forma más sostenible -lugares con pocos turistas, destinos más cercanos o alojamientos de tamaño reducido y comprar productos y servicios turísticos considerados sostenibles, viajar menos o más barato-, el efecto directo de la pandemia afecta poco al comportamiento de los turistas, mientras que los factores sociodemográficos y culturales adquieren mayor relevancia.
Lea la nota compeleta aquí: https://amp.expansion.com/economia/2022/06/03/6299bd6d468aeb496c8b458b.html
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