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El presidente electo de Ecuador, Daniel Noboa, gobernará durante 18 meses. Se enfrentará, sobre todo, a problemas de seguridad y de informalidad laboral
Con más de 52% de los votos, el empresario Daniel Noboa ganó la segunda vuelta de las elecciones en Ecuador y, así, se convierte en el presidente más joven de dicha Nación, con 35 años. “Vamos por un país de realidades donde las promesas no se queden en campaña y la corrupción se castigue”, dijo.
Su gobierno será atípico, pues estará un año y medio en el poder (18 meses).Noboa asumirá el cargo en diciembre de este año y dirigirá un gobierno interino hasta que se programen nuevas elecciones para 2025.
Estas elecciones extraordinarias se convocaron para escoger al sucesor de Guillermo Lasso y, así, completar la administración de 2021 a 2025. Lo anterior, luego de que Lasso aplicó la “muerte cruzada” en medio de un juicio político, con lo que dejó el cargo de forma anticipada, disolvió la Asamblea Nacional y convocó las elecciones.
Las principales preocupaciones de los votantes se centraban en gran medida en la economía y el aumento de la delincuencia, incluidos asesinatos, robos y disturbios carcelarios.
La violencia alcanzó un punto culminante durante la campaña con el asesinato del candidato anticorrupción Fernando Villavicencio, cuando salía de un evento en Quito antes de la primera vuelta en agosto.
“El próximo presidente de Ecuador tendrá unas condiciones atípicas para gobernar: un periodo presidencial de 18 meses y la peor crisis de seguridad de la historia del país. Ambas son circunstancias inéditas que condicionarán tanto sus prioridades de agenda como margen de acción y capacidad de brindar resultados”, explicó Laura Lizarazo, analista senior de Control Risks.
En ese sentido, dijo la experta, uno de los retos que tendrá Noboa es recuperar y reforzar el control territorial del Estado en zonas dominadas por organizaciones criminales. “Esto requiere intervenciones altamente planificadas para desarticular sus centros de operaciones, estructuras de mando, redes logísticas y flujos financieros”, indicó Lizarazo.
A esta coyuntura de seguridad también se le suman los problemas estructurales del país, como la alta dependencia de las rentas petroleras, un aparato productivo poco diversificado, alta informalidad laboral, alta tensión y volatilidad social.
“Un reto es atender la profunda deuda social que también alimenta la crisis de seguridad. La pandemia desintegró parte del tejido social y productivo del país, y en consecuencia profundizó los niveles de desigualdad y precariedad en muchas áreas que hoy son focos críticos de violencia criminal”, dijo la experta de Control Risks.
Sobre este tema, Siobhan Morden, directora de Estrategia de Renta Fija para América Latina del Banco Santander, escribió en una nota que “la atención se desplazará rápidamente hacia el equipo económico, el plan económico y el pacto político para una coalición legislativa viable”.
En temas de gobernabilidad, Control Risks asegura que se continuará con la misma tensión o incluso parálisis institucional por potenciales choques con el legislativo, pues la Asamblea Nacional (unicameral, 137 escaños) continuará fragmentada en cuatro bancadas principales y sin una mayoría. El partido Revolución Ciudadana del expresidente Rafael Correa (2007-17) nuevamente será la principal minoría, con 48 legisladores.
Otros de los retos que tiene Noboa, según Lizarazo, son lanzar una nueva política exterior integral que reconozca y atienda la dimensión regional y global de los desafíos sociales y de seguridad que enfrenta el país; así como encontrar un balance fiscalmente responsable y al tiempo socialmente justo para el gasto público. “La responsabilidad fiscal es un imperativo en tiempos de normalidad, pero Ecuador no está atravesando un momento típico de su historia”.
El presidente electo es hijo del magnate bananero Álvaro Noboa, que se postuló a la Presidencia de Ecuador cinco veces sin éxito, y de la doctora Annabella Azín. Noboa estudió Administración de Negocios en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, obtuvo el título de Administración Pública en Harvard Kennedy School y tiene una maestría de Gobernanza y Comunicación Política en la Universidad George Washington. Exasambleista y fue presidente de la Comisión de Desarrollo Económico.
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