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El impacto más inmediato por un posible ataque de EE.UU. a Irán ya se siente en los precios del petróleo, que en lo corrido del año han subido 17,5% en el Brent y 27% en WTI.
Saudi Aramco, la mayor petrolera del mundo, ubicada en Arabia Saudita, fue atacada este fin de semana por drones, lo que revivió las tensiones bélicas entre EE.UU. e Irán.
Tras el ataque, los hutíes reconocieron ser los autores materiales, sin embargo, para el gobierno de Arabia Saudita, fue obra de Irán. Ayer, Teherán negó de nuevo haber participado en los ataques del 14 de septiembre y el presidente iraní, Hassan Rouhani fue enfático al decir que “no queremos conflictos en la región (...) ¿Quién empezó el conflicto?”, culpando a Washington y sus aliados en el golfo Pérsico de la guerra en Yemen.
Con acusaciones que ayer surgieron de un lado y del otro, la pregunta que surge es hasta qué punto se pasará de las palabras a la acción. Y mientras eso se concreta ya son tres los efectos que se pueden sentir con la tensión política que volvió a coger protagonismo entre EE.UU. e Irán.
El primero de ellos es el alza en los precios del petróleo. El ataque a Aramco afectó la mitad de su producción y hasta 5% del suministro global, lo que lleva a un alza en los precios por temor a una menor oferta de crudo. Aunque ayer el Brent cayó 1,5% a US$63,60 el barril y WTI bajó 2,1%, a US$58,11, en lo corrido del año el precio de ambas referencias ha venido subiendo: 17,47% el Brent y 27,21% el WTI. Si solo se analiza el mes, el aumento es de 3,50% y 5,68%, respectivamente.
“Cualquier evento que ocurra en la región del Golfo siempre tiene un efecto sobre el precio del petróleo. No fue un ataque de dos drones, fue un ataque masivo que tuvo mucho efecto en la capacidad de refinación de los saudíes y por lo tanto, disminuyeron su capacidad de producción a la mitad”, explicó Marcos Peckel, director de la Comunidad Judía en Colombia.
Para Carlos Patiño, politólogo de la Universidad Nacional, también el alza crudo sería el principal efecto porque “las refinerías más importantes de Aramco en Arabia Saudita quedaron por fuera del negocio por un tiempo y les costará por lo menos un mes para reponerse”.
Víctor De Currea-Lugo, experto en temas de Medio Oriente, agregó: “lo que queda es ver cómo va a reaccionar Arabia Saudita o EE.UU. en el terreno y así se podría disparar aún más el precio”.
El segundo efecto está relacionado con el primero. En el caso de que se escale una guerra entre EE.UU. e Irán, el petróleo seguirá subiendo y eso repercutirá en el costo de los servicios del transporte. Se encarecerán los pasajes aéreos, los fletes del transporte de carga, el precio de la gasolina y demás derivados del petróleo. “Además, nos enfrentamos ante una posible recesión económica mundial que llevará a la quiebra a grandes economías y los países más desarrollados van a sentir el coletazo”, señaló Patiño.
El tercer efecto es la posibilidad de iniciar una guerra, donde estaría involucrados Irán frente a EE.UU. y Arabia Saudita. Patiño explicó que los ataques “comienzan a poner la guerra en el horizonte”. Del otro lado, De Currea señaló que “podrían surgir operaciones militares limitadas y encubiertas por parte de EE.UU. y Arabia Saudita contra objetivos iraníes”.
El mundo está a la expectativa que se desató con el ataque a Aramco, lo que aumenta la incertidumbre, pese a que ayer Trump señaló que aún quedan muchas opciones por agotar el escenario bélico y por eso “la última opción significa ir a la guerra”.
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