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El electo mandatario deberá enfrentar altas cifras de desempleo, recibirá una economía con tasas de interés estables y un crecimiento de 1% para 2023, según el FMI
Este domingo se celebró la segunda vuelta presidencial en Brasil, en la que se enfrentaron el presidente Jair Bolsonaro y Luis Ignacio Lula da Silva, candidato por el Partido de los Trabajadores (PT) y quien gobernó esa nación entre 2003 y 2011.
Fueron unas elecciones muy cerradas, pero finalmente Lula da Silva se quedó con la Presidencia de Brasil con más de 59,6 millones de votos, equivalentes a 50,8%, dejando a Bolsonaro con 57,6 millones de sufragios (49,2%), una mínima diferencia porcentual, con 98% del escrutinio total.
La contienda electoral estuvo polarizada de principio a fin. Las encuestas mostraban una división muy grande entre las más de 156 millones de personas que podían votar.
El derechista Bolsonaro repitió en reiteradas ocasiones que su rival político llevaría a la economía brasileña por las mismas sendas de Venezuela o Nicaragua. Lula le acusaba de acabar con la institucionalidad y de arriesgar la democracia.
Como viene pasando desde 1989, Minas Gerais fue el estado bisagra, ya que todos los presidentes que fueron electos ganaron en esa región.
Lula recibe una economía que se empieza a estabilizar después del impacto de la pandemia, con indicadores macroeconómicos favorables.
“Brasil tiene una gran importancia en la región, dado que es un país que algunos expertos llaman economía emergente, es poderoso geográficamente en extensión territorial y demográficamente; y tiene un profundo significado en términos políticos”, aseguró Luis Marín, profesor de la maestría de comunicación política de la Universidad Externado de Colombia.
“Brasil tiene una gran importancia en la región, dado que es un país que algunos expertos llaman economía emergente; y es poderoso geográficamente en extensión territorial”.
La economía más grande de Latinoamérica mantiene su inflación en un solo dígito y se ubica en 7,17%. Aunque sigue siendo una cifra alta, el banco central de ese país no ha elevado las tasas de interés en dos meses consecutivos, manteniéndola en 13,75%. Cabe recordar que, en campaña, Lula anunció que buscaría elevar el salario mínimo por encima de la inflación.
Reducir el desempleo será una de los retos del gobierno Lula, pues, con corte a septiembre había 9,5 millones de personas desocupadas. Sin embargo, en los últimos siete meses esa cifra viene a la baja, con niveles no vistos desde 2015, mostrando una leve estabilidad del mercado laboral que se afectó en la pandemia. Las proyecciones del FMI muestran un crecimiento económico de 2,1% para este año y de 1% en 2023.
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