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Michel Barnier, primer ministro de Francia
Barnier se enfrenta al desafío inmediato de formar un gabinete que pueda superar las divisiones ideológicas entre los bloques de izquierda, derecha y centro en el parlamento.
El presidente francés, Emmanuel Macron, eligió a Michel Barnier como primer ministro, confiándole al ex negociador del Brexit de la UE y figura conservadora de alto rango la delicada tarea de aprobar proyectos de ley financieros críticos en un parlamento dividido que podría derrocar rápidamente al nuevo gobierno.
El nombramiento es un primer paso para poner fin a meses de incertidumbre política en Francia después de que las elecciones anticipadas convocadas en junio dieran como resultado una Asamblea Nacional en la que ningún grupo tiene la mayoría necesaria para gobernar en solitario.
El índice de referencia de la renta variable francesa CAC 40 recortó sus pérdidas tras la noticia y sigue con una caída de 0,4% en el día.El índice había caído 0,8% poco antes del anuncio. Los valores bancarios fueron los que más ganaron: Société Générale subió 3,6% y BNP Paribas SA 2,7%.
En Barnier, el presidente francés ha optado por alguien que ha evitado en gran medida las disputas de la política de primera línea en los últimos meses, lo que le da la oportunidad de no ser demasiado objetable para ningún partido. La alianza izquierdista Nuevo Frente Popular había reclamado liderar el nuevo gobierno después de ganar la mayoría de los escaños, pero Macron dijo que su candidata, Lucie Castets, habría sido expulsada inmediatamente en una moción de censura de los legisladores de la oposición.
En los últimos días, el partido Agrupamiento Nacional de Marine Le Pen ha emergido como un factor decisivo en las negociaciones, advirtiendo que censuraría a muchas de las otras figuras políticas cuyos nombres se mencionaban para primer ministro. Pero los funcionarios de extrema derecha fueron más matizados con respecto a Barnier, diciendo que podían esperar para ver qué políticas propone.
"Este nombramiento se produce tras un ciclo de consultas sin precedentes durante el cual, de conformidad con su deber constitucional, el presidente se aseguró de que el primer ministro y el gobierno venidero reunieran las condiciones para ser lo más estables posible y darse la oportunidad de reunir al espectro más amplio posible de personas", indicó la oficina de Macron.
Barnier se enfrenta al desafío inmediato de formar un gabinete que pueda superar las divisiones ideológicas entre los bloques de izquierda, derecha y centro en el parlamento. Lograr un equilibrio será crucial para su capacidad de resistir las mociones de censura y aprobar sin problemas un presupuesto para 2025 en las próximas semanas. Los partidos de oposición en Francia tienen la tradición de votar en contra de los proyectos de ley de finanzas sean cuales sean las circunstancias.
Para evitar que una mayoría de legisladores se una contra él, Barnier también debe encontrar una manera de abordar las demandas en otras áreas clave de política, incluidas las pensiones y el salario mínimo. Una amplia gama de partidos hicieron campaña en las elecciones legislativas con promesas de deshacer al menos parcialmente la ley de Macron de 2023 que eleva la edad de jubilación y de aumentar los ingresos de los hogares mediante medidas como recortes de impuestos y aumentos del salario mínimo.
Sin embargo, el grupo centrista de Macron ha prometido resistir los esfuerzos por desmantelar sus reformas pro empresariales de los últimos siete años.
Los mercados financieros siguen de cerca la gimnasia política en París. Incluso antes de las elecciones de junio, el presupuesto de Francia estaba en el centro de atención después de que el déficit aumentara hasta 5,5% del producto interno bruto en 2023, lo que llevó a S&P Global Ratings a rebajar la calificación del país y a la Unión Europea a iniciar un procedimiento para imponer una mayor disciplina fiscal.
Cuando Macron disolvió la Asamblea Nacional en junio tras ser derrotado por la extrema derecha en las elecciones europeas, los inversores se deshicieron de los activos franceses al ver el riesgo de que los partidos de la oposición triunfaran e implementaran promesas costosas en sus programas que podían inflar aún más la deuda del país. La prima que Francia paga por la deuda a 10 años en comparación con la de Alemania aumentó y sigue estando muy por encima de los niveles previos a las elecciones, mientras que las acciones francesas aún no han recuperado las pérdidas en comparación con el resto de la Unión Europea.
Barnier heredará un proyecto de presupuesto para 2025 del gobierno interino saliente, con topes de gasto sin cambios que apuntan a ayudar a Francia a cumplir con el objetivo de reducir su déficit por debajo de 3% de la producción económica para 2027.
Pero el nuevo equipo del primer ministro tendrá vía libre para hacer cambios antes de presentar el proyecto de ley a principios de octubre. Francia también tiene previsto enviar planes fiscales de mediano plazo a Bruselas a finales de este mes, de acuerdo con las reglas fiscales renovadas de la UE.
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