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Ocho años después de la anterior campaña, el senador de Florida, de 53 años, está en la lista de candidatos a vicepresidente de Trump
Donald Trump aplastó las aspiraciones de Marco Rubio a la Casa Blanca en 2016, superando al “pequeño Marco” en una feroz contienda en la que abundaron los insultos groseros y las discusiones sobre quién era más dependiente del maquillaje y las camas de bronceado.
Ocho años después, el senador de Florida, de 53 años, está en la lista de candidatos a vicepresidente de Trump,junto con el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, y el senador de Ohio, JD Vance.
En un mitin de campaña en Miami, a comienzo de julio, Trump se burló de la idea de elegir a Rubio como su compañero de fórmula, diciendo a la multitud que el legislador podría no ser senador por mucho más tiempo.
Unir fuerzas facilitaría el camino para que Rubio haga su propia carrera presidencial en 2028, y podría dar a Trump acceso a los donantes de Rubio de una sola vez que tienden a favorecer a los republicanos, pero no son parte del movimiento Maga.
Pero quizá lo más importante sea que añadir al hijo de inmigrantes cubanos a su candidatura podría ayudar al ex presidente a reforzar su posición entre uno de los grupos demográficos de más rápido crecimiento en Estados Unidos: los latinos: Los hispanos y los latinos nunca han sido tan importantes -en todo el país, representaron la mitad del aumento de votantes elegibles desde las elecciones de 2020, unos 4 millones de personas, y muchos se encuentran en estados indecisos.
Pensilvania, que Trump perdió en 2020 por menos de 82.000 votos, vio crecer su población hispana total 10% de 2020 a 2023, o en 104.000 personas, según datos del censo. Nevada, otro estado clave donde Trump se quedó corto, ha experimentado un aumento muy similar.
“Marco puede sentarse con los votantes hispanos y hablarles de lo que ellos o sus padres tuvieron que pasar para llegar hasta aquí”, dijo Rebeca Sosa, una veterana política de Miami a la que Rubio ha llamado su “madrina” por la orientación que le proporcionó a lo largo de su carrera. “Él puede convencer a los votantes hispanos de que el partido republicano es el partido que no acepta a ningún comunista”.
Rubio ha hecho de su herencia cubana y su oposición al comunismo elementos centrales de su identidad política conservadora. En declaraciones al público hispano, a menudo intenta vincular al partido demócrata con el tipo de ideologías izquierdistas de las que muchos cubanos, venezolanos, nicaragüenses y otros latinos huyeron para llegar a EE.UU.
Los latinos han sido durante mucho tiempo un electorado clave dentro de la bancada demócrata, pero esos lazos parecen estar deshilachándose, y Rubio podría estar bien posicionado para aprovecharlo. Mientras que 59% de los votantes hispanos fueron para Joe Biden en 2020, una encuesta de Gallup realizada el año pasado encontró el apoyo hispano a los demócratas en un mínimo histórico, con un margen sobre los republicanos de más de la mitad de 2020 a 2023.
Trump y Biden tienen aproximadamente el mismo apoyo de los votantes hispanos en los estados indecisos, según una encuesta de Bloomberg de principios de julio. Alrededor de 47% de los votantes hispanos dijeron que apoyarían a Biden, mientras que cerca de 43% preferían a Trump.
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