MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Se espera que el BCE esté más abierto a llevar las tasas a 3,25%. Hay dudas sobre si es un punto de inflexión o algo aislado
Eslovenia será la sede del último cambio de tendencia en la política monetaria europea. Un movimiento que, de confirmarse, supondrá un acelerón para la relajación del precio del dinero.
En el palacio de congresos de Brdo, a apenas una hora de la capital, Liubliana, el Banco Central Europeo (BCE) se prepara para anunciar una nueva rebaja de los tipos de interés de 25 puntos básicos, hasta 3,25%. Esta decisión, en una cumbre en la que no se actualizan las proyecciones macroeconómicas, supondría acabar con el ritmo de un recorte por trimestre de las tipos, un camino que hasta hace poco muchos miembros del Consejo de Gobierno veían con buenos ojos.
La reducida inflación (de 1,8% en Europa y con algunos países incluso por debajo de 1,5%), unida a la debilidad de la actividad económica y a la relajación monetaria de la Reserva Federal en EE.UU. (Fed) han acabado por convencer a los representantes del BCE de que había que hacer algo más.
Y eso a pesar de que no tienen nuevos datos del mercado laboral, un elemento que ha sido clave en sus decisiones recientes y por el que, entre otras cosas, esperaron a junio antes de afrontar el primer descenso de los tipos.
Aunque todavía puede saltar la sorpresa, las probabilidades de que el BCE se decante por una nueva pausa son extremadamente escasas. La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, apuntó en una de sus intervenciones más recientes que "los últimos acontecimientos fortalecen la confianza en que la inflación volverá a alcanzar su objetivo de manera oportuna. Lo tendremos en cuenta en nuestra próxima reunión de política monetaria en octubre".
A diferencia de sus predecesores, Lagarde sólo suele lanzar mensajes de guía al mercado cuando entiende que reflejan una visión mayoritaria en el Consejo de Gobierno. Esto suponía que sólo con las declaraciones de Lagarde la potencial bajada de los tipos de interés esta semana era más que una posibilidad.
Esa idea se certificó la pasada semana tras las intervenciones de diferentes miembros del ala dura de la autoridad monetaria, los llamados halcones.
"No podemos ignorar el viento de cara sobre el crecimiento. Con señales de un debilitamiento de la demanda laboral y un mayor progreso en la desinflación, es más probable que haya una caída de la inflación sostenible a niveles de nuestro objetivo de 2% en un tiempo prudencial", señalaba Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, sobre la mejora en la confianza que permite seguir recortando los tipos.
Más allá fue incluso Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, al señalar que está "abierto a considerar la posibilidad de dar otro paso con los tipos de interés" tras unos datos de inflación "alentadores".
Con estos elementos, los inversores descuentan, en el mercado de futuros sobre tipos de interés, una probabilidad de recorte de las tasas superior a 90%. Ni siquiera el buen dato de empleo estadounidense de hace un par de semanas, que ha limitado las expectativas de actuación de la Fed en su próxima cumbre, ha menguado las expectativas para la eurozona.
Prácticamente con la certeza de que los tipos seguirán bajando y de que, tras octubre, también se recortarán en diciembre, las miradas se centran en tratar de adivinar si el ritmo de relajación monetaria ha cambiado para el BCE o si se trata de un movimiento extraordinario.
El anuncio de EE. UU. ocupará el centro del escenario el miércoles, seguido por el de sus pares en Japón, los países nórdicos y el Reino Unido
El banco central chileno también espera que la meta de inflación de 3% se cumplirá solo hasta los primeros meses de 2026
La demócrata de Massachusetts dijo que Musk ya ha “acumulado” beneficios financieros de su relación con la transición de Trump