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Unos 86 legisladores, de los 130 miembros del Congreso, se negaron el lunes por la noche a dejar el parlamento.
Las cúpulas de las Fuerzas Armadas y de la policía de Perú reafirmaron su lealtad al presidente Martín Vizcarra, que ordenó disolver el Congreso y llamar a elecciones para renovarlo, pero legisladores rebeldes desconocían al mandatario y designaron en su lugar a la vicepresidenta.
Militares y policías mostraron su respaldo la noche del lunes luego de que casi dos tercios de los legisladores del Congreso -dominado por la oposición- suspendieron temporalmente al centrista Vizcarra, en la mayor crisis política del país en casi dos décadas.
Vizcarra convocó a elecciones legislativas para el 26 de enero. El nuevo Congreso sesionaría hasta julio del 2021, el periodo constitucional del Parlamento disuelto, según un decreto supremo publicado en el diario El Peruano.
La oficina de la presidencia publicó un mensaje en Twitter en que dijo que contaba con el respaldo de las fuerzas militares, el que acompañó con una foto de Vizcarra junto al jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas y los comandantes del Ejército, Marina y la Fuerza Aérea, y de la Policía.
El presidente, que ha lanzado una campaña anticorrupción, acusa al Congreso de entorpecer la labor del Gobierno con frecuentes interpelaciones a ministros gracias al voto mayoritario del partido de derecha liderado por Keiko Fujimori, quien está detenida mientras la investigan por supuesto lavado de dinero.
Unos 86 legisladores, de los 130 miembros del Congreso, se negaron el lunes por la noche a dejar el parlamento y en una inesperada sesión aprobaron suspender de sus funciones a Vizcarra durante 12 meses por "incapacidad temporal".
Poco después, los legisladores opositores proclamaron a la vicepresidenta Mercedes Aráoz como presidenta interina.
Pero el martes la mayoría de legisladores ya había abandonado la sede del Congreso y en las afueras del hemiciclo la policía con cascos y escudos de plástico acordonaron la sede y restringían el ingreso.
Controversia legal
Cientos de personas se manifestaron hasta la madrugada en favor de la disolución de la cámara legislativa, una de las instituciones más desacreditadas por escándalos de corrupción, que también han involucrado a cuatro expresidentes.
A muchos les preocupa que la crisis pueda conducir a una batalla legal por controversias constitucionales, en momentos en que la economía del país minero sufre una desaceleración por la incertidumbre política y la continua guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Aráoz, antes de jurar como presidenta interina, dijo que acudirá a las Organización de Estados Americanos (OEA) para que ayude a Perú a resolver el "impasse político".
El Congreso dijo en un comunicado que Vizcarra disolvió el Parlamento, pese a que le otorgó la confianza al mandatario.
La decisión de Vizcarra de cerrar el Congreso se produjo luego de que los legisladores designarón a uno de los miembros del Tribunal Constitucional, pese a las advertencias del mandatario de que si lo hacían iba a suspender a la cámara porque significaba un rechazo de confianza a su gabinete.
"Ante la negación fáctica de la confianza y en respeto irrestricto de la Constitución política del Perú he decidido disolver constitucionalmente el Congreso y llamar a elecciones de congresistas de la República", dijo Vizcarra.
Tras el rechazo del Congreso a su gabinete, Vizcarra designó su ministro de Justicia Vicente Zeballos como nuevo jefe del equipo de gobierno, que espera renovar a la terna ministerial.
La última vez que un mandatario cerró el Congreso en Perú fue en 1992, cuando Albero Fujimori, padre de Keiko, alegó obstrucción en temas de seguridad y economía. Sus detractores afirman que fue para tapar investigaciones de corrupción.
La actuación política del mandatario Vizcarra fue la respuesta a la decisión del Congreso de archivar su proyecto de adelantar las elecciones generales, con lo que buscaba terminar con el choque entre ambos poderes.
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