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La llegada del príncipe a Argentina no está exenta de polémica
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, protagonizará en Buenos Aires su primer encuentro internacional al participar del G20, en medio de denuncias por violaciones de derechos humanos y tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Turquía, el pasado 2 de octubre, por el que está acusado.
El excéntrico líder arribó este miércoles a Buenos Aires protegido por un operativo de máxima seguridad y acompañado de una comitiva de 400 personas. Para su estancia en Argentina, el cuestionado y excéntrico Salman trajo cuatro autos blindados en aviones de carga y pidió un cuarto de rezo exclusivo en el hotel y en el complejo de Costa Salguero. También solicitó inodoros, bidet y lavados de la marca inglesa marca Kohler, que pagará la monarquía saudí.
La llegada del príncipe a Argentina no está exenta de polémica. La organización internacional Human Rights Watch (HRW) presentó esta semana una denuncia contra él ante la justicia federal, por presuntas violaciones del derecho internacional cometidas durante el conflicto armado en Yemen. También por su posible complicidad en graves denuncias de tortura y otros malos tratos de ciudadanos saudíes, incluyendo el asesinato de Khashoggi.
HRW realizó su petición al asegurar que Argentina reconoce la jurisdicción universal por crímenes de guerra y torturas, lo que implica que está facultada a investigar y juzgar estos delitos, con independencia de dónde se cometan. Mohamed bin Salman, de 33 años, es el hijo favorito del rey Salman bin Abdul Aziz al Saud, quien reestructuró la línea de sucesión.
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