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Además, otro socio del equipo que auditaba a otra compañía pública distinta también mantuvo una relación sentimental con el director de contabilidad. En ambos casos la SEC considera que EY no tomó las medidas adecuadas.
"EY no hizo lo suficiente por detectar o prevenir que estos socios se implicasen en exceso con sus clientes y por tanto comprometieran sus roles de auditores independientes", ha asegurado Andrew Ceresney, directivo de la SEC.
Los controles de la independencia de las auditorías comprueban habitualmente si existen relaciones familiares, laborales o financieras con los clientes que pudiesen perturbar que el escrutinio de los libros de cuentas sea menos independiente de lo que debería.
Pero la SEC averiguó que Gregory Bednar, socio de EY en Chicago, mantuvo una relación con la directora financiera de una empresa auditada después de recibir la tarea de mejorar la relación de la firma con la compañía debido a "problemas en sus cuentas".
De acuerdo con la autoridad reguladora, Bednar derrochó más de US$100.000 en ocio junto a la ejecutiva y su hijo, invitándolos a eventos deportivos y otros regalos. Pasaron noches juntos en las casas de cada uno en múltiples ocasiones, viajaron juntos con miembros de sus familias sin motivos válidos de negocios e intercambiaron correspondencia personal por email y teléfono durante el periodo de la auditoría, entre 2012 y 2015.
EY y Bednar no admiten ni niegan las averiguaciones. La firma accede a pagar una multa de US$4,975 millones y Bednar tendrá que pagar una sanción de US$45.000 y no podrá ejercer como auditor por tres años.
En un caso separado, la SEC descubrió que otra socia de EY, Pamela Hartford, también quebrantó la independencia de la auditoría al mantener una relación con un ejecutivo financiero de Ventas, un fondo de inversión inmobiliario, mientras su equipo auditaba la compañía. Robert Brehl, el ejecutivo de Ventas, dejó la compañía en 2014.
El superior de Hartford, el socio de EY Michael Kamiensky, llegó a estar al tanto de la relación inapropiada pero no actuó para tomar medidas en el asunto. En este caso, tampoco EY, Hartford, Kamienski o Brehl admiten o niegan las acusaciones.
EY pagará US$4,366 millones, y los dos implicados en la relación pagarán cada uno US$25.000. Los dos ejecutivos de EY y Brehl han sido suspendidos por la SEC durante tres y un año, respectivamente.
Un portavoz de EY señaló que los implicados "violaron múltiples políticas de EY, escondieron su conducta ya actuaron de un modo poco ético según el código global de conducta de EY, su cultura, sus valores, políticas" y que han sido apartados de la organización.
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