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Supera pérdidas del año pasado, aumenta 80% el resultado ordinario del GNL y propone dividendo complementario de 0,5 euros
Naturgy obtuvo el año pasado un beneficio neto de 1.214 millones de euros (US$1.390 millones), frente a las pérdidas de 347 millones que registró en 2020, en el que se inició la pandemia, cuando se apuntó un deterioro de 1.363 millones de euros (US$1.560 millones) tras revisar el valor de sus activos de generación convencional en España. En un ejercicio marcado por la recuperación de la demanda (2,4% la eléctrica y 5,4% la del gas), la escalada sin precedente de los precios, el cierre del gasoducto Magreb-Europa y, en su caso, por la opa parcial del fondo IFM, el beneficio neto ordinario del grupo alcanzó los 1.231 millones de euros (US$1.400 millones), 41,2% más que el año anterior.
Según informó ayer a la Cnmv, los costes del plan de bajas voluntarias en España, que restó 410 millones de euros (US$469 millones) al Ebitda, y la penalización por la ruptura de contratos “onerosos” de gas en el último trimestre, otros 234 millones de euros(US$267 millones) se vieron compensados por las plusvalías de la venta de CGE Chile; el acuerdo con Unión Fenosa Gas (UFG) para salir definitivamente de Egipto, y la recuperación de la provisión del canon hidráulico 2013- 2020.
Los ingresos del grupo alcanzaron los 22.140 millones de euros (US$25.351 millones), 44,3% más; el margen ordinario, los 5.579 millones (US$6.388 millones), mientras el Ebitda se situó en 3.529 millones (US$4.040 millones), 2,3% más. La compañía indicó que “la gestión de la energía en los mercados internacionales” compensó los malos resultados de la comercialización en España.
Así, el resultado ordinario de esta actividad cayó 57,4%, hasta los 153 millones de euros (US$175 millones), por los menores márgenes en la electricidad debido a los altos precios del mercado mayorista, especialmente en el segmento industrial. Por contra, la comercialización de gas se vio favorecida por el crecimiento de las ventas en 11,8%.
El buen comportamiento del gas se dejó notar en el Ebitda de la actividad de GNL (gas natural licuado), que aumentó 80,3%: de 198 millones de euros (US$226 millones) en 2020 a 357 millones (US$408 millones) el año pasado. Desde el pasado verano, la compañía negocia la revisión a la baja de los precios de los contratos con la argelina Sonatrach, que, el año anterior los había revisado a la baja, de lo que se ha beneficiado Naturgy.
El 31 de octubre, Argelia, tras 25 años de funcionamiento, cerró el grifo del gasoducto Magreb-Europa, por Marruecos, que operaba la empresa española y por el que transportaba parte del gas argelino. El Ebitda ordinario del grupo disminuyó 19,2%, hasta 194 millones (US$222 millones) por la pérdida de la capacidad de este tubo y la depreciación del dólar.
Los negocios regulados se mantuvieron estables, gracias a la recuperación de la demanda, aunque persiste “una cierta debilidad” en regiones de Latinoamérica.
Las inversiones de Naturgy ascendieron a 1.484 millones de euros (US$1.700 millones), 16% más que en 2020, principalmente, las destinadas a renovables en Australia, España, 579 millones de euros (US$662 millones) y EE.UU, así como a comercialización. Casi 65% de esta cifra, unos 952 millones de euros (US$1.090 millones), fue a crecimiento y, mayormente, al desarrollo de las redes de gas y luz y renovables. Las inversiones se centran en zonas “estables” y proyectos en fase inicial de desarrollo.
Por su parte, la deuda neta a 31 de diciembre se situaba en los 12.831 millones de euros, lo que supone un ratio deuda financiera neta/Ebitda de 3,6 veces.
Dividendo
La compañía propondrá en su próxima junta general un dividendo complementario de 0,5 euros por acción, lo que sumado a los dos dividendos a cuenta ya pagados será de 1,2 euros por acción, en línea con su plan estratégico 2021-2025. Este último pago tendrá lugar en el primer trimestre de este año. En 2021, repartió un dividendo total de 1,33 euros por acción en efectivo.
La junta podría celebrarse en marzo, como ha sido habitual desde la llegada a la presidencia de Francisco Reynés. En ella se debe aprobar la del fondo australiano IFM en el consejo, en el que tiene derecho a un consejero tras la participación adquirida en la opa parcial cerrada en noviembre y otras compras posteriores de acciones, que suman 12%. IFM sigue sin solicitar formalmente su entrada en el consejo, por lo que todo apunta a que esta cuestión y otros posibles cambios se resolverán en la junta ordinaria.
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