Los negocios entre petroleras que muestran que el crudo todavía mantiene su vigencia

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En estos últimos años se ha hablado mucho de que el mundo debe hacer una transición a energías más limpias, esto ha dado como resultado que algunos analistas deduzcan que el sector petrolero está viviendo sus últimos tiempos debido a los anuncios de desaceleración en la producción por países como Arabia Saudita. La realidad muestra lo contrario.

Jugadores importantes de este sector han sorprendido en estos últimos 15 días al anunciar adquisiciones de productoras más pequeñas. Exxon anunció el 11 de octubre la compra de Pioneer por US$60.000 millones configurándose como la adquisición corporativa más grande de 2023 y su segunda movida más importante en 25 años. Bastaron 12 días de la adquisición de Exxon para que Chevron anunciara la compra de Hess por US$53 millones en lo que se consolida como la segunda adquisición del sector más importante del año en EE.UU.

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Las compañías energéticas norteamericanas ya había completado unos US$76.000 millones en acuerdos durante los tres primeros trimestres de 2023, hasta entonces no había prácticamente ningún cambio con relación a 2022. Según datos recogidos por Bloomberg, la combinación de los potenciales acuerdos en mención más las adquisiciones de Exxon y Chevron hacen de 2023 el año de consolidación más grande de la industria petrolera desde la era previa a la pandemia. Bajo ese contexto, uno de los interrogantes que se abre es: ¿por qué otras petroleras están apostándole a comprar a productoras más pequeñas?. ¿Esto reitera lo dicho en su momento por el exministro de Minas y Energía, Alejandro Villegas, de que estas adquisiciones son la viva muestra de que la era del petróleo no terminará tan pronto como algunos lo vaticinan?

El analista económico Javier Ruiz asegura que se está dando un movimiento económico empresarial que no se veía desde hace tiempo.

“Las petroleras en este momento tienen el suficiente dinero y lo están utilizando para comprarse las unas con las otras, las más grandes a las más pequeñas. Esto significa que están buscando controlar más cuota de mercado”, afirma.

Otro mensaje que mandan estos movimientos es que el petróleo seguirá siendo el negocio de las próximas décadas, independiente a los esfuerzos manifestados por la descarbonización. Y es que también basta con ver las predicciones de la Agencia Internacional de Energía, AIE, por sus siglas en inglés, que estima un aumento en la demanda de petróleo antes de finalizar esta década, pero llegando a un punto máximo de consumo antes de una reducción “irreversible”. Hay que tener en cuenta que, según la revisión estadística de energía mundial 2023, 82% de consumo de energía proviene de combustibles fósiles. Haciendo la medición en exajulios, en datos de 2022, el petróleo es la mayor fuente con 190,69 , le sigue carbón con 161, 47 y luego el gas natural con 141,89.

En ese sentido, Ruiz asegura que más que ver estas adquisiciones como otras operaciones del mercado, hay que analizarlas como “miradas a futuro” por parte de las petroleras, aunque con una visión menos renovable de la que se espera.

El gobierno de Gustavo Petro ha mandado un mensaje sobre la importancia de hacer una transición al uso de energías más limpias reemplazando el uso de combustibles fósiles.

El presidente de la Unión Sindical de Ecopetrol, Carlos Losa, manifestó recientemente su preocupación por el plan del gobierno de desinvertir en la estatal petrolera. Esto, según Losa, no permitirá cumplir con lo establecido en el marco fiscal que prevé una producción de 825.000 barriles diarios. Se estima entonces que tras este plan de desinversión la producción baje a 472.000 barriles.

La semana pasada, la Agencia Nacional de Hidrocarburos de Colombia, ANH, reportó que entre enero y agosto la producción petrolera en el país alcanzó los 775.847 barriles por día, lo que corresponde a un incremento de 3,7% en comparación a 2022.

¿Cómo va la transición?

Esto da pie entonces para hablar de un tema que ha sido conversación a nivel internacional y es el de la transición energética. La misma AIE reconoce que este proceso ya es “imparable” y es que el crecimiento en el uso de energía eólica y solar fotovoltaica ha venido en crecimiento. A esto se suma también el incremento de producción de vehículos eléctricos. A esto se suma también que la AIE estima que la instalación de fuentes fotovoltaicas podrá duplicarse en 2030.

Álvaro Humberto Ojeda, presidente global de negocios y experto en Administración Económica de Values AAA, dice que la tendencia de migrar a energías renovables está ganando impulso en el mundo siguiendo la línea de lo pronosticado por la AIE. Por el lado nacional, Ojeda dice que seguramente la transición energética en Colombia tendrá variaciones.

“Es probable que el Gobierno tome iniciativas muy propias de la nación para diversificar aspectos tan fundamentales como la matriz energética, la reducción del costo de contaminación por concepto de las emisiones y el fomento de fuentes renovables, hace parte de lo que Colombia en el mediano plazo necesita”, explica. Lo cierto es que como han reiterado analistas, al sector petrolero por ahora no se le acaba la gasolina y el uso de combustibles fósiles tendrá una fuerte presencia hasta mediados de este siglo.

Adquisiciones que todavía no se han terminado y serán una gran compra

Dan Pickering, fundador y director de inversiones de Pickering Energy Partners asegura que se viene otra gran compra por parte de ConocoPhillips. “Este es ahora el mayor jugador a observar en lo que se refiere a consolidación de petróleo y gas”, afirma.

Pickering, quien ayudó a financiar la revolución del esquisto de EE.UU., en medio de una entrevista afirmó que la empresa energética con sede en Texas está preparando otro movimiento importante en línea con la expansión que ha registrado desde 2020.