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El Consejo de Ministros ha aprobado hoy la nueva norma que elimina la obligación de llevar mascarilla en interiores salvo en centros sanitarios y sociosanitarios y en el transporte público.
En un contexto en el que la pandemia ha pasado ya su fase aguda, la inmensa mayoría de países de Europa occidental, con tasas de vacunación de más de 70% (92% en España), habían levantando ya la obligación de llevar mascarilla en interiores desde hace semanas. España, Portugal e Italia han sido los más rezagados al respecto en quitarla en interiores.
El nuevo real decreto que ha presentado hoy la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al resto del Gobierno para dar el visto bueno, pone fin a dos años de mascarilla obligatoria en lugares cerrados. La ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha celebrado la medida, que "ha sido posible gracias a un trabajo conjunto y un esfuerzo colegiado en el que ha tenido que ver mucho la estrategia de vacunación".
"Es un día muy especial para el Gobierno y el conjunto de los españoles en la lucha contra el virus. Estamos avanzando en la normalidad. Mañana podremos desprendernos en interiores de las mascarillas y mostrar nuestros rostros y nuestras sonrisas", ha señalado hoy tras la reunión de gabinete.
Como norma general, desde mañana, solo será obligatoria en centros, servicios y establecimientos sanitarios -incluyendo las farmacias, centros de salud y centros de transfusión- y sociosanitarios como las residencias de ancianos, aunque no para las personas ingresadas en ninguno de estos lugares a menos que estén usando espacios comunes.También habrá que llevarla en todos los transportes, sin excepción: transporte aéreo, ferrocarril, cable, autobuses y cualquier tipo de medio público. En los barcos, se deberá llevar cuando "no se pueda mantener la distancia de 1,5 metros".
En el resto de lugares, abiertos o cerrados -comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos, bares, restaurantes, locales de ocio nocturno, reuniones y celebraciones privadas-, la mascarilla será "un elemento de uso responsable", pero en ningún caso obligatorio. Tampoco lo será en aglomeraciones, solo recomendable, así como cuando se trate de personas vulnerables; en general, mayores de 60 año
Así, la mascarilla pasará a ser opcional con "recomendación de uso responsable" en oficinas y serán los departamentos de riesgos laborales los que tengan que valorar cómo trasponer la normativa en cada empresa según sus características. En las empresas "no resultará obligatoria con carácter general", ha señalado Darias, aunque que los responsables de prevención de riesgos laborales de las empresas podrán acordar su uso "en función de la evaluación de riesgo del puesto de trabajo".
En centros de enseñanza como colegios o institutos, ya sean públicos, privados o concertados, no se podrá obligar ni recomendar la mascarilla a ningún alumno, siendo su uso optativo en cualquier caso, independientemente de las recomendaciones que puedan dar al respecto las comunidades autónomas siguiendo el criterio de cada consejería autonómica. Darias ha enfatizado hoy que la mascarilla "no se usará en ningún caso en ambientes escolares". "Ya no era obligatoria en recreos y ahora tampoco lo será en todos los ámbitos de los centros educativos", ha sostenido.
El 21 de mayo de 2020 se impuso el uso de la mascarilla para mayores de 6 años en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o abierto al público, siempre que no fuera posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de, al menos, dos metros que luego se rebajó. La norma se fue endureciendo hasta imponerla en cualquier espacio independientemente de la distancia de seguridad.
La letra pequeña de la norma se concretará mañana en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El RD legisla en qué situaciones concretas es obligatoria pero no incluye una redacción específica sobre recomendaciones, ya que pasan a formar parte de la responsabilidad individual, la cultura del cuidado y el "sentido común" en lo que se llamará "usos responsables".
En cualquier caso, la nueva normativa revocará el artículo 6 de la Ley 2/2021 de Medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 ahora vigente, que establece su uso obligatorio "en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público", punto con el que colisionaban órdenes regionales que intentaban flexibilizar la norma.
Una vez que se apruebe la norma, salvo en lo estrictamente legislado (centros sociosanitarios y transporte), se podrán dar una serie de orientaciones, pero no serán obligaciones en ningún caso. Será, en definitiva, cuestión de "sentido común", según dijo este domingo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La ola Ómicron de diciembre dio pie al Gobierno central y a los autonómicos a reinstaurar la obligatoriedad de mascarillas al aire libre el 23 de diciembre salvo en eventos multitudinarios o sin distancia de seguridad, pese a que la comunidad científica rechazó la eficacia de esta medida para contener los contagios. La medida se revocó el 8 de febrero. Un mes y medio más tarde, desaparece también en interiores.
Oficinas: concretarán los servicios de prevención
Una de las salvedades concierne a la vuelta a la oficina: en el trabajo, la regulación del uso de la mascarilla quedará a expensas de los servicios de prevención de riesgos laborales, que serán quienes tengan que valorar cómo han de utilizarse en espacios comunes. No obstante, aunque decidirán las empresas, no podrán imponer su uso a los trabajadores por encima de lo que la ley estipule salvo que pertenezcan, en principio, a los sectores de actividad antes mencionados donde sí sigue siendo obligatorio su uso.
Ya se había adelantado que en los centros de trabajo los servicios de prevención de riesgos laborales valorarían la necesidad de llevarlas en espacios comunes. El texto de la Ponencia y la Comisión de Salud Pública, que elabora los dictámenes en los que se se basan las decisiones políticas al respecto, lo aconseja cuando la distancia sea inferior a 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio. De hecho, ahora no son obligatorias en las oficinas siempre que se mantenga esta distancia entre puestos laborales o barreras físicas como muros o mamparas, pero sí lo es al trasladarse por pasillos, aseos o cafeterías.
Con la nueva norma, la mascarilla pasaría a ser una recomendación en todos estos casos, aunque los expertos han pedido que se analice la situación de cada empresa. Darias dijo a este respecto el sábado pasado que el RD concretará en qué ámbitos seguirá siendo necesario llevar mascarilla en el trabajo para "que no haya lugar a dudas".
Colegios: en ningún caso podrá exigirse su uso o no uso
En los centros educativos, desde mañana no se podrá exigir su uso a ningún alumno durante el desarrollo de las clases en las aulas, aunque sí se podrá recomendar a los profesores con factores de vulnerabilidad, al igual que otras personas con estas mismas condiciones en las que no puedan mantener 1,5 metros de distancia interpersonal.
Cataluña se adelanta un día
Cataluña, que llevaba ya un tiempo pidiendo la retirada de la mascarilla en los colegios, se ha adelantado un día en retirarlas mediante una resolución aprobada anoche en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (Dogc) y que hoy entra en vigor con el fin de que los alumnos de primaria y secundaria se incorporaran a las clases tras las vacaciones de Semana Santa sin tener que esperar otro día más a la norma estatal, algo que no tiene "ningún sentido", señaló el conseller de Salud, Josep Maria Argimon.
Según recoge la resolución, el beneficio en el bienestar de los alumnos que supone la retirada de la mascarilla "supera el riesgo de transmisión", porque el incremento de la transmisión asociado al levantamiento de la medida es reducido. También valora específicamente el impacto de la mascarilla "en cuanto a condiciones de aprendizaje, interacción social y desarrollo personal".
La mascarilla ya no era obligatoria en los recreos y demás actividades escolares o extraescolares al aire libre desde el pasado 10 de febrero, pese a que muchos colegios, a fecha de hoy, lo han seguido recomendando. Es más, la Ponencia de expertos redactó un documento el pasado 31 de marzo que especificaba que su criterio no era solo levantar la obligación en los colegios, sino que no se recomendaba su uso en entornos escolares, centros de enseñanza de todo tipo y de cualquier naturaleza entre los niños hasta 18 años y de los profesores no vulnerables.
Estas recomendaciones tendrán que traducirse ahora en la normativa: la ministra confirmó ayer que desde el 20 de abril los alumnos ya no tendrán que utilizarla "en todo el ámbito escolar", aunque sí se recomienda a los profesores con factores de vulnerabilidad que sigan usándola, al igual que "otras personas con estas mismas condiciones en las que no puedan mantener 1,5 metros de distancia interpersonal".
Los expertos subrayaban que, "a lo largo de la pandemia, se ha evidenciado que en la población menor de 12 años la transmisión es baja en comparación con la transmisión entre adultos", indica el documento. Sin embargo, "el uso de las mascarillas ha tenido "un impacto negativo importante en el bienestar de esta población, influyendo en el aprendizaje y las relaciones sociales".
Síndrome de la cara vacía, el temor del adolescente a quitarse la mascarilla
El recientemente bautizado "síndrome de la cara vacía" en los adolescentes es "un sentimiento de inseguridad a quitarse la mascarilla", temor a enseñar la cara y "no ser aceptados" por sus iguales, explicaba a Efe la directora de la Fundación Nuevas Claves Educativas y Máster en Orientación Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), María Campo Martínez. Durante la pandemia, la mascarilla en la adolescencia ha supuesto "una barrera más para "poder cubrir o tapar posibles cambios físicos que sufren", como el acné, el vello en la cara o el aparato de ortodoncia, unos cambios que "les cuesta tanto asumir y que la mascarilla, de alguna forma, ha servido para cubrir".
"La mayor dificultad de esta situación -asegura- se ciñe al hecho de que los adolescentes no quieran quitarse la mascarilla por un tema emocional". Ante ello, la pauta de profesionales a padres y profesores en las aulas, explica, es no forzar al adolescente a quitarse la mascarilla, sino tratar de "darle seguridad y confianza. Nos da información de que no está desarrollando una personalidad estable y segura", afirma.
Recomienda a padres y profesores que "expliquen muy bien a los adolescentes que la mascarilla se puede retirar porque los profesionales sanitarios así lo consideran". Si detrás de todo ello se aprecia que hay un miedo o una inseguridad en el adolescente, concluye, "hay que ayudar al adolescente a acostumbrarse a retirarse la mascarilla" poco a poco.
¿Volverá a ser obligatoria? El Gobierno no descarta volver a imponer su uso "en el futuro" y algún consejero se ha referido a "la oportunidad de retomarla en invierno". De momento, desde mañana, 20 de abril, quien quiera quitarse la mascarilla podrá hacerlo y quien quiera seguir llevándola también podrá.
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