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En abril, tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial revisaron a la baja las expectativas de crecimiento del país
De acuerdo con el más reciente reporte de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico, Ocde, las economías de mayores ingresos en América Latina tendrán un crecimiento modesto este año y en 2025, a excepción de Argentina, debido a que la demanda externa continúa siendo débil.
De la misma manera, la Organización revisó a la baja el crecimiento económico para Colombia ya que mientras que en noviembre de 2023, la cifra se ubicaba en 1,4% de crecimiento del PIB para 2024, el reporte de ayer lo ubicó en 1,2%.
La cifra entregada por la Ocde sigue la tendencia que marcaron otras organizaciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para el capítulo de Colombia. Con ello, estas entidades de orden internacional permiten ver un pesimismo frente al futuro económico del país en razón de una política monetaria que aún no es lo suficientemente atractiva para la llegada del capital extranjero y otros factores que generan incertidumbre como el aumento del déficit fiscal y la garantía del suministro de energía por los efectos del fenómeno de El Niño.
Del lado del Banco Mundial, el reporte de competitividad más reciente subrayó que, mientras que en enero el crecimiento del PIB sería de 1,8%, en la actualización de abril, la apuesta se redujo a 1,3% para todo 2024. En su momento, el economista jefe de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, William Maloney, resaltó que las reformas del gobierno actual no incidieron en este pronóstico y que, en cambio, el país debe concentrarse en fomentar la inversión extranjera.
Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional también fue cauto con su previsión de crecimiento económico para Colombia en razón de una disminución de 1,3% a 1,1% para 2024. El FMI sustentó su reducción en la proyección en la política monetaria restrictiva, con efectos negativos en el precio de la vivienda y la consecutiva contracción del sector.
“El hecho de que se mantengan unas tasas de interés altas le sigue pasando factura a la economía colombiana. Así mismo, la inversión extranjera ha sido bastante irregular y tiende a moderar la actividad económica del país”, explicó David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza Valores.
En congruencia con las previsiones de las otras dos entidades, la Ocde resaltó que la economía colombiana crecerá 1,2% durante 2024 pero se acelerará el próximo año hasta llegar a 3,3%. Nuevamente, este desarrollo de la economía estará sujeto a una política monetaria más flexible (una en la que las tasas de interés estimulen la inversión extranjera) y paralela a una desaceleración de la inflación.
En cuanto al mercado productor y exportador del país, los precios más bajos del petróleo y la eliminación de ciertos estímulos al petróleo desde el año pasado ha generado una disminución en las exportaciones de crudo y, por ende, de los ingresos fiscales. La Ocde también resaltó la situación energética actual del país debido a los efectos del fenómeno de El Niño, puntualmente en los efectos que ha tenido en el nivel de los embalses y la incertidumbre que de esta se desprende por el suministro energético en Colombia.
Del lado de la política monetaria, el organismo prevé que los recortes en las tasas de interés continúen mientras que el déficit fiscal general tenderá a aumentar en 2024 en 4,2% y 5,3% en 2025, provocando un incremento de la deuda pública de 53% a 57% del PIB del país. “Existen riesgos de déficit de ingresos debido a litigios fiscales inciertos y medidas de administración tributaria, que podrían requerir ajustes de gasto no planificados”, se lee en el reporte de la Ocde sobre el futuro del déficit del país.
De la misma manera, las previsiones apuntan a que la inflación continuará su senda de desaceleración, incluso hasta llegar al rango objetivo de entre 2% y 4% para el segundo semestre del próximo año. En cambio, se esperan que las exportaciones no tengan un crecimiento exorbitante en tanto que la demanda externa seguirá moderada.
Las recomendaciones de la Ocde se centran en que el país deberá ceñirse a las reglas fiscales actuales en pro de su consolidación y de evitar que los costos de financiamiento crezcan. En cuanto a la transición a energías sostenibles, que es una de las banderas del Gobierno actual, la entidad es optimista frente a la iniciativa pero explica que su éxito se basará en el poder gubernamental de atraer la inversión extranjera.
Frente a los retos de Colombia para atraer la inversión extranjera, Tomás Opazo, consultor económico de la Ocde explicó que para que el país se fortalezca en este aspecto, es necesario una buena infraestructura y legislación acorde con las dinámicas del mercado actuales. “La infraestructura de transporte y eléctrica tiene un espacio de mejora, de la misma forma se debe velar por el cumplimiento de las regulaciones actuales”.
La Ocde estima que Costa Rica tendrá el crecimiento más pronunciado con un avance previsto de 3,6% para 2024, mientras que Perú y Chile se expandirán 2,3% este año, con perspectivas de otro repunte para 2025 gracias a una esperada recuperación de los salarios que elevará el consumo y un relajamiento de la política monetaria.
Entre las economías de mayor peso, el organismo espera una ralentización en Brasil a 1,9% desde la expansión de 2,9% el año pasado y una desaceleración en México a 2,2% en 2024 desde el crecimiento de 3,2% de 2023.
En Brasil, la Ocde considera que el gasto de los hogares será el motor clave de crecimiento, alentado por un robusto mercado laboral; para el caso argentino, se espera una contracción de 3,3% antes de que esta repunte a 2,7% en 2025 por el levantamiento a las restricciones de las importaciones.
Para el capítulo de Europa, la Ocde estima que el crecimiento no llene las expectativas de las naciones en razón de una demanda interna que se mantiene diezmada. Para 2024, las previsiones apuntan a que la zona euro crecerá 0,7% y para el año siguiente sean de 1,5%. La región aún se mantiene a la expectativa sobre la decisión del Banco Central Europeo de recortar la tasa de interés. Con una hipotética flexibilización del tipo, la inflación tenderíaa desacelerarse hasta 2% en 2025; también se esperan
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