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Las protestas comenzaron el lunes después de que las autoridades electorales declararon que Maduro había ganado un tercer mandato con 51%
Las protestas en Venezuela se extendieron este martes a medida que crecía la frustración por la adjudicación de las elecciones del domingo al presidente Nicolás Maduro a pesar de las afirmaciones de la oposición de que habían logrado una victoria aplastante.
Las protestas comenzaron el lunes después de que las autoridades electorales declararon que Maduro había ganado un tercer mandato con 51% de los votos para extender el cuarto de siglo de gobierno del movimiento "chavista".
La oposición, que considera que el organismo electoral es aliado del gobierno, dijo que 73% del recuento de votos a los que tiene acceso mostraban que su candidato Edmundo González tenía más del doble de votos que Maduro.
La renovada inestabilidad provocó una reacción internacional dividida: Estados Unidos dijo que estaba considerando nuevas sanciones a individuos vinculados a las elecciones a menos que hubiera una mayor transparencia sobre la votación, mientras que China y Rusia felicitaron a Maduro.
Además de las nuevas sanciones, la medida de Maduro podría estimular aún más la migración desde un país que ha perdido un tercio de su población en los últimos años.
Pero sin señales de que los militares vayan a romper su largo apoyo a Maduro, y con ciclos previos de protestas y sanciones antigubernamentales que no lograron que Maduro saliera del poder, las opciones de la oposición parecen limitadas.
La líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, a quien se le prohibió presentarse a las elecciones, pero encabezó la campaña por González, estaba en un acto con el excandidato en una reunión en Caracas el martes.
"Edmundo es el presidente. Sabemos que ganamos las elecciones", dijo Andrea García, una corredora de bolsa de 27 años, mientras esperaba con miles de personas la aparición de Machado y González. "No quiero más muertos, lo que queremos vivir es en la Venezuela que vivieron nuestros padres, donde la gente no muera y de hambre en las calles", agregó.
Manifestantes de la oposición también marcharon en Valencia, Maracay, San Cristóbal, Maracaibo y Barquisimeto, aunque en algunos lugares testigos de Reuters vieron cómo las fuerzas de seguridad los atacaban.
Al menos seis personas han muerto en todo el país en incidentes relacionados con el recuento de las elecciones o protestas asociadas, según el grupo de derechos humanos Foro Penal.
El gobierno los llama agitadores violentos. "Esta película ya la hemos visto", dijo Maduro desde el palacio presidencial el lunes, y prometió que las fuerzas de seguridad mantendrían la paz. "Hemos estado siguiendo todos los actos de violencia promovidos por la extrema derecha".
El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, calificó las protestas como un "golpe de Estado".
Hay "un golpe de estado en marcha, por lo que el presidente Nicolás Maduro se ha puesto al frente para detenerlo nuevamente y junto a él, el pueblo que lo eligió presidente, y junto a él todas las instituciones, la fuerza armada bolivariana, las instituciones democráticas", dijo Padrino en la televisión estatal el martes. "Ese golpe de estado lo vamos a derrotar", agregó.
El fiscal general, Tarek Saab, dijo el martes en la televisión estatal que habían 749 detenciones y dos muertes de miembros de las fuerzas de seguridad en el estado Aragua.
El coordinador nacional del partido opositor Voluntad Popular, Freddy Superlano, fue detenido el martes, informó el partido en X.
El partido publicó y luego borró un video que muestra a Superlano siendo detenido afuera de un edificio y empujado a una camioneta por hombres mientras los vecinos les gritaban que se detuvieran. El video también fue publicado por medios locales.
Saab no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre si Superlano fue detenido y bajo qué cargos, ni mencionó a Superlano en sus comentarios.
Maduro, un exlíder sindical y ministro de Relaciones Exteriores de 61 años, ganó las elecciones después de la muerte de Chávez en 2013 y fue reelegido en 2018. La oposición dijo que ambas votaciones fueron amañadas.
Bajo su gobierno se produjo un colapso económico, una migración masiva y el deterioro de las relaciones con Occidente, incluidas las sanciones de Estados Unidos.
Los encuestadores independientes han calificado la victoria de Maduro de inverosímil, mientras que Washington y gobiernos de América Latina cuestionaron los resultados e instaron a un recuento completo de los votos.
"Ni siquiera (Maduro) cree en la estafa electoral que está celebrando", dijo el presidente de Argentina, Javier Milei.
Perú ordenó a los diplomáticos venezolanos que se fueran en 72 horas, citando decisiones "graves y arbitrarias" tomadas por el gobierno.
Pero en una división global, aliados como Rusia, China y algunas naciones latinoamericanas lideradas por la izquierda respaldaron a Maduro. Muchos venezolanos habían dicho que su decisión de sumarse al éxodo hacia el exterior del país dependía de las elecciones.
"Siento que ya no tengo nada que hacer aquí en Venezuela", dijo Jorge Salcedo, un joven de 23 años, en Caracas. "Empezaremos desde cero en otro país (...) Vivimos en un país con represión y vivimos en un país bajo dictadura. Era nuestra última oportunidad".
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