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Las solicitudes de desempleo cayeron a 216.000 en la semana finalizada el 2 de septiembre, frente a las 229.000 revisadas de la semana anterior
El número de estadounidenses que solicitaron subsidios de desempleo por primera vez cayó inesperadamente la semana pasada, al nivel más bajo desde febrero, lo que apunta a un mercado laboral que sigue relativamente tenso, incluso cuando otros datos recientes indican que ha empezado a relajarse.
Las solicitudes iniciales de subsidios estatales de desempleo cayeron a 216.000 en la semana finalizada el 2 de septiembre, frente a las 229.000 revisadas de la semana anterior, informó el jueves el Departamento de Trabajo.
Ese fue un mínimo desde que se alcanzó el mismo nivel en la semana que finalizó el 11 de febrero y marcó la cuarta semana seguida de declives.
Economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que las solicitudes aumentarían a 234.000 en la última semana.
Mientras, el número de personas que siguen recibiendo prestaciones por desempleo más allá de la primera semana cayó bruscamente a 1,679 millones en la semana finalizada el 26 de agosto, frente a los 1,719 millones revisados de la semana anterior. Ese fue un piso desde que se tocó el mismo nivel en la semana que finalizó el 15 de julio.
Las solicitudes continuas, seguidas por algunos economistas como indicador de la contratación, habían aumentado notablemente desde estas fechas del año pasado hasta inicios de abril, cuando superaron brevemente los 1,85 millones. Desde entonces, sin embargo, han disminuido y siguen siendo bajas en comparación con los niveles históricos.
En general, las cifras de solicitudes de beneficios por desempleo muestran que el mercado laboral en Estados Unidos no está en peligro de revertir su andar en el corto plazo.
La semana pasada, el Departamento de Trabajo dijo que el crecimiento del empleo repuntó en agosto, aunque las ganancias de informadas en los dos meses previos fueron revisadas fuertemente hacia la baja, en una indicación de que las condiciones del mercado laboral se estaban relajando.
La tasa de desempleo aumentó inesperadamente a 3,8% desde 3,5%, pero fue impulsada por un incremento en la participación de la fuerza laboral a su mayor nivel en más de tres años.
Un informe separado del Departamento de Trabajo mostró que la productividad de los trabajadores en el segundo trimestre no fue tan fuerte como se informó inicialmente, pero de todas formas se ubicó en su nivel más sólido en casi tres años.
La productividad no agrícola, que mide la producción horaria por trabajador, aumentó a un ritmo anualizado de 3,5% entre abril y junio —un máximo desde el tercer trimestre de 2020— frente a la lectura de -1,2% de los tres primeros meses del año. La productividad del segundo trimestre se había estimado inicialmente en 3,7%.
El informe también mostró que los costos laborales, un punto de atención de la Reserva Federal en su batalla para reducir la inflación a su objetivo de 2%, subió a una tasa anualizada de 2,2%, un poco mayor a 1,6% informado inicialmente. Sin embargo, el avance fue el menor desde el cuarto trimestre de 2021.
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