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A pesar de las dificultades de Perú, es posible que tenga la oportunidad de recuperar el segundo puesto mundial que le quitó el Congo
La producción de cobre de Perú se mantendría estable en el 2025 casi al mismo nivel por tercer año consecutivo, según el mayor gremio de empresas mineras y analistas del sector, debido a que la disminución de las leyes del mineral y la falta de nuevos proyectos están limitando la producción.
El país sudamericano es el tercer mayor productor mundial del metal, justo detrás de la República Democrática del Congo, que le arrebató a Perú el segundo lugar el año pasado.
Pero las disminución de leyes del cobre tras décadas de extracción en depósitos de alta calidad están desafiando a las mineras de Perú a mantener su producción, cuando se avecina un gran déficit en la próxima década por la demanda anticipada del metal para automóviles eléctricos, energía renovable y centros de datos.
De las diez mayores minas de cobre en Perú, siete reportaron una producción menor entre enero y octubre, el último mes con datos oficiales disponibles, en comparación con el año pasado. Se prevé que el sector cierre el año con alrededor de 2,8 millones de toneladas, casi sin cambios respecto al año pasado.
La principal asociación minera de Perú, Snmpe, espera que el próximo año el suministro sea igual, mientras las mineras lidian con la forma de extraer más cobre de recursos de menor calidad.
"Se espera para el 2025 que la producción peruana de cobre sea similar al esperado de este año", dijo Víctor Gobitz, líder de Snmpe y presidente de Antamina, controlada por Glencore y BHP, en una reciente conversación telefónica con Reuters. El vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, Juan Carlos Ortiz, también coincidió con esa estimación.
"La producción de cobre (2025) será similar a la del 2024, porque no hay ningún nuevo proyecto de cobre que esté ingresando el próximo año. Solo las mismas minas que vienen operando en este año", dijo el jueves Ortiz, que también es vicepresidente de operaciones de la peruana Minas Buenaventura.
El Ministerio de Energía y Minas de Perú no ha emitido una estimación para 2025 y no respondió a pedidos de comentarios.
Es poco probable que haya un cambio drástico en el corto plazo, sin nuevas minas de envergadura en proceso de construcción. El último yacimiento nuevo de Perú fue Quellaveco de Anglo American, que entró en operación en el 2022 luego de una inversión de US$5.500 millones, y que ahora representa poco más del 10% de la producción nacional.
En el mejor de los casos, Perú recibiría un impulso con dos proyectos más pequeños: Tía María de Southern Copper, con producción prevista para 2027, y Zafranal de Teck Resources y Mitsubishi, prevista a más tardar el 2029. Juntos, los proyectos sumarían 150.000 toneladas anuales de cobre a la producción del país sudamericano.
En tanto, las mineras están trabajando para elevar su capacidad de procesamiento, con mayor mano de obra y más inversión en sus plantas de beneficio, ya que el cobre de menores grados de mineral requiere más trabajo para refinarlo.
El consumo de energía en las mayores minas del país hasta octubre aumentó un 2,3% interanual, según el organismo privado del sector eléctrico Coes, lo que refleja la necesidad de trabajar más duro para mantenerse en el lugar.
Asimismo, la mano de obra empleada en el sector minero en Perú anotó en octubre un nuevo récord histórico, con 247.520 trabajadores, en el sexto avance mensual consecutivo.
"Las principales minas están entrando a una fase de declinación de su productividad", dijo Diego Díaz, socio y analista minero de la consultora Macroconsult. "Y necesitan procesar mas mineral para mantener su producción de cobre".
La mayor parte de los US$3.800 millones invertidos en el sector este año hasta octubre (un aumento de 2% después de que la inversión cayera 4% en el mismo período del año anterior) se destinó a plantas de beneficios y equipos.
"Lo que importa ahora es que se siga trabajando para que los proyectos que están en cartera sigan madurando", dijo Gobitz, en referencia a proyectos como Tía María, Zafranal y expansiones o ampliaciones de la vida útil en minas existentes. "No se visualiza un proyecto como Quellaveco", enfatizó.
La mina más grande de Perú, Cerro Verde, controlada por Freeport McMoRan y que representa casi una quinta parte de la producción nacional, ha visto caer su producción un 5,4% interanual entre enero y octubre.
La compañía había pronosticado anteriormente menores grados de mineral que afectarían los volúmenes de ventas de 2024.
"La producción anual variará según las leyes del mineral", dijo la portavoz de Freeport-McMoRan, Linda Hayes, por correo aunque sin detallar el volumen para el final del año. "Las tasas operativas de Cerro Verde en 2024 han sido sólidas, respaldadas por una fuerza laboral motivada y dedicada", manifestó.
Hayes de Freeport-McMoRan afirmó que para atraer inversiones y procurar mas producción Perú debería "mejorar los marcos regulatorios". Además, "la promoción de prácticas responsables y el fomento de la exploración minera podrían crear un entorno más atractivo para el crecimiento sostenible del sector", señaló.
A pesar de las dificultades de Perú, es posible que tenga la oportunidad de recuperar el segundo puesto mundial que le quitó el Congo. A fines de agosto, la producción del Congo cayó casi un 6% por problemas de suministro eléctrico. Perú, que bajó menos del 1% ese periodo frente al 2023, se adelantó levemente.
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