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En el último trimestre se vio un efecto del cambio de gobierno y en particular del equipo técnico, dicen especialistas.
La actividad económica de México logró una expansión de 2% en todo el 2018, con cifras originales que divulgó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El desempeño anual se alcanzó tras conocerse el dato del Producto Interno Bruto (PIB) en el cuarto trimestre, que aumentó 1,7% respecto del observado en el mismo periodo del 2017.
Esta variación trimestral confirma un tercer registro anual consecutivo de la actividad en desaceleración y sienta un débil precedente para el camino que seguirá la actividad económica este año, advirtió desde Filadelfia, Alfredo Coutiño, director para América Latina de la consultoría Moody’s Analytics.
“El dato anual representó una desilusión, porque la economía en un periodo de elecciones tiende a correr más en el primer semestre y suele impulsar al desempeño total. Pero en el último trimestre del año pasado se presentó una fase desaceleratoria del ciclo político mucho más pronunciada, que tuvo que ver con el cambio del gobierno y del equipo técnico total en la administración”.
Secuencialmente, el PIB real del periodo octubre-diciembre completó una nueva desaceleración, ahora de 0,2% respecto del trimestre previo, y debajo de 0,6% del tercer cuarto del año pasado. Esta fotografía del PIB en el último trimestre también queda detrás de las estimaciones del mercado, como las de Goldman Sachs, que lo veían avanzando en 0,3%.
La información del Inegi confirmó que el desempeño anual del PIB quedó debajo de los pronósticos del mercado y de organismos internacionales, en el piso del rango estimado por el Banco de México (2% a 2,5%); y también detrás del Consensus Forecast que construye FocusEconomics con expectativas de 44 consultorías financieras y corredurías internacionales (2,2%).
Servicios y comercio, la tracción
De acuerdo con las cifras desestacionalizadas del Inegi, los componentes más dinámicos de la actividad económica en el transcurso del año fueron los incluidos en las actividades terciarias, que corresponden a servicios y comercio, y consiguieron un incremento anual de 2,8%.
Este avance resulta del aumento del empleo en el sector servicios, que suele presentarse en el último trimestre, acotó Alberto Ramos, economista para América Latina en Goldman Sachs;
Estrategas de Banorte-IXE destacaron el “fuerte avance de los servicios financieros y de medios masivos, que crecieron 9% y 8,5% respectivamente”.
Sin embargo, destacaron por el contrario la desaceleración en las ventas al menudeo en su comparación anual, que pasaron de 5,5% en el trimestre previo a 3,1% en el cuarto.
“En nuestra opinión es consistente con los fundamentos sólidos para el consumo en nuestro país, incluyendo el crecimiento de los salarios reales y una reducción gradual en la inflación, entre otros factores”.
Notable desaceleración industrial con ancla minera
En los comparativos trimestrales por sector, las estadísticas del Inegi muestran que las actividades secundarias, es decir, la industria, apenas lograron un mínimio avance de 0,2% anual, detonado por la contracción de la actividad en el cuarto trimestre del año de 0,9%.
Los estrategas de Banorte-IXE destacaron “la notable desaceleración de la actividad manufacturera que creció 1,5% anual en el trimestre, con una expansión durante todo el 2018 de 1,7%”.
Enfatizaron que la minería continúa siendo el principal freno, tras haber registrado una caída de 7,3% en el trimestre y 5,5% en todo el año. A este desempeño negativo, hay que agregar el de la extracción petrolera y la no petrolera.
Desde Veracruz, el director de investigación económica en SAVER, Luis Pérez Lezama, alerta que la crisis del sector minero continúa agudizándose sin que ninguna autoridad genere un plan para contrarrestarla, lo que continuará pronunciando el desempeño de la industria y arrastrando las expectativas generales.
En este detalle de la información divulgada por el Inegi, se puede observar el desempeño de las actividades primarias, que incorporan agricultura, cría y explotación de animales, así como aprovechamiento forestal, pesca y caza. De acuerdo con los datos, este segmento de la actividad consiguió un aumento anual de 2,4%.
Presión a la baja
Los citados economistas de Banorte-IXE y Moody’s Analytics mantienen su pronóstico de crecimiento para este año en 1,5%, y, particularmente, Alfredo Coutiño, anticipa riesgos a la baja.
“Partimos de un nivel bajo de producción y hay que agregar los eventos de enero y febrero, cuando se presentó una segunda ronda de despidos de burócratas; se tiene que considerar el recorte salarial de los trabajadores del Estado, la crisis del huachicol, la toma de carreteras y vías ferroviarias que hicieron los profesores y afectaron las vías de comunicación, y agregarlo al bajo nivel de productividad de la economía”, acotó Coutiño.
Cabe recordar que la Junta de Gobierno del Banco de México anticipó en su más reciente minuta una contracción de la actividad económica para el primer trimestre del año, asumiendo el impacto económico de los choques internos antes descritos. Banxico mencionó el futuro y la fragilidad en las finanzas de Pemex entre los factores que pudieran afectar la economía durante el 2019.
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