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La aprobación de su paquete de estímulo llevó a Wall Street a nuevos máximos históricos. Anticipan un buen contexto para las acciones, aunque el futuro de los activos locales dependerá más de cuestiones domesticas
Las acciones en Wall Street están en medio de un rally alcista que dejó ganancias significativas. El buen momento, sin embargo, no se extendió al mercado de manera uniforme ya que hay sectores que han ganado más que otros ante la expectativa de un mayor crecimiento económico. El paquete de estímulo sumó optimismo entre los inversores, pero esas perspectivas se diluyen cuando se trata de los activos financieros locales.
El Congreso estadounidense aprobó la semana última el paquete de estímulo fiscal que impulsó el presidente de ese país, Joe Biden, por US$1,9 billones. Se espera que su puesta en marcha aliente a la economía a acelerar la recuperación, junto con un aumento en el ritmo de vacunación en Estados Unidos. De esta manera, Wall Street comienza a ver con cada vez más claridad el final de la pandemia y el inicio de un nuevo ciclo económico.
La aprobación del paquete de estímulo llevó a Wall Street a nuevos máximos, con los sectores cíclicos como los principales ganadores. En el acumulado del año se puede apreciar que hay sectores con mejor performance, como el de extracción de petróleo y energía que ganan 55% y 41% respectivamente. Le siguen el sector de hotelería y ocio, que sube 31%, el aerocomercial, que trepa 20%, y el financiero, que mejora 17%. Estos sectores están teniendo una dinámica alcista superior a la que está teniendo el S&P 500, que gana 5,6%, y aun mejor respecto del Nasdaq, que solo sube 1,7% en 2021.
Para analistas, el paquete de estímulo va a traer mayores subas en las acciones en Wall Street hacia adelante aunque la clave va a estar centrada en la selectividad a la hora de incorporar acciones a la cartera.
Para Manuel Carpintero, portfolio manager de Nash Inversiones, la aprobación del paquete de estímulos de Biden le pone el broche a una serie de medidas fiscales muy expansivas que viene llevando a cabo el Tesoro norteamericano.
"A través de un mayor déficit fiscal, EE.UU. busca apuntalar el crecimiento y alcanzar una tasa de desempleo en el orden del 4% al 5%. Esto implica entrar en una fase de recuperación tardía a la caída de la actividad que provocó el shock del covid el año pasado, lo cual llevaría a crecimiento con inflación creciente, generando un buen outlook para acciones norteamericanas y mayores presiones para las tasas de interés (por ende mal outlook para bonos)", estimó.
Ante la perspectiva de superar la pandemia, los sectores más cíclicos -que son los que más castigo recibieron tras el estallido del coronavirus-, hoy son los que más están subiendo.
José María Aristi, portfolio manager de ICBC Invesment Argentina, explicó que se ha visto recientemente una gran rotación desde sectores "growth" (tecnológicas), hacia sectores "tradicionales" que son los que más habían sufrido los efectos de la pandemia (aerolíneas, navieras, índice Dow Jones o S&P 500).
"Una economía recuperando terreno al ritmo que lo viene haciendo EE.UU., es en gran medida gracias a estímulos fiscales pero también considerando la mejora en la situación sanitaria. En este escenario se observó cierto nivel de ventas en el sector de tecnología que venía subiendo en forma muy vigorosa, por lo que estamos viendo una recomposición en los precios. Un entorno de tasas de interés más altas es muy desafiante para este sector, aunque no hay que perder de vista que estamos presenciando un gran cambio estructural en términos de nuevas tecnologías y en consecuencia de productividad", afirmó.
Temores a una mayor inflación
El temor que tiene el mercado en relación al paquete de estímulo actual (sumado a los anteriores y su respectiva emisión monetaria) y a la recuperación económica es que dicho combo genere un contexto de mayor inflación. Por este motivo, las tasas del bono del Tesoro norteamericano a 10 años comenzaron a subir fuertemente, pasando de 0,9% a comienzo de 2020 hasta niveles de 1,62%.
Gastón Sempere, estratega de Firts Mariva, remarcó que la suba reciente de los rendimientos nominales de los bonos del Tesoro norteamericano se debió a un aumento de expectativas de crecimiento e inflación. Además, afirmó que se espera que la recuperación económica por la distribución de vacunas en EE.UU. y el plan de estímulo fiscal de Biden impulsen una sólida generación de empleo que, al llegar al nivel de pleno empleo, comience a generar mejoras en los salarios y presiones inflacionarias, que a su vez se traducirían en mayores rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense.
Cuando suben las tasas, lo que está ocurriendo es una caída en el precio de los bonos. Por lo tanto, si caen los bonos del Tesoro de EE.UU., el resto de los mercados de renta fija tienden a caer, mientras que las acciones también pierden posiciones, contagiadas por la volatilidad en los bonos y por menores valuaciones actuales.
Sempere explica que en general, un aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro tiene un impacto negativo sobre las acciones cuando el aumento es abrupto en un contexto generalizado de volatilidad, o cuando el aumento de los rendimientos se debe más a un incremento de expectativas de inflación que de crecimiento económico, ya que esto último es favorable para la generación de ganancias de las compañías.
"Luego de una suba de 34 puntos básicos en el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años en el último mes, es probable que la tendencia alcista se modere. Considerando además que la economía de Estados Unidos aún se encuentra lejana al pleno empleo, somos optimistas respecto a las acciones de los sectores más rezagados y vinculados al crecimiento económico, como el sector financiero", estimó.
Sobre este punto, Maximiliano Bagilet, portfolio manager de TSA Bursátil del Grupo Transatlántica, agrega que el paquete de estímulos es un arma de doble filo para el mercado.
"Desde mi punto de vista vamos a ver de corto plazo una suba en acciones en EE.UU., sobre todo si se materializa una recuperación de la economía de corto plazo. Allí podemos ver también una posible rotación de carteras a activos que no hayan ganado tanto terreno con el confinamiento. El riesgo de mercado sigue siendo alto y deberíamos ver impacto inmediato en este paquete de estímulos para despejar dudas. Por el momento estamos en una fase de consolidación", afirmó el especialista de TSA Bursátil.
Argentina, guiada por otros drivers
Si bien el contexto global podría ser positivo para los activos locales, tanto las acciones como los bonos argentinos estarán guiados por factores mayormente locales. Los desequilibrios fiscales, de deuda y económicos, así como también los sanitarios e institucionales y electorales imprimen un riesgo elevado para la dinámica futura en los activos argentinos.
Al respecto, Gastón Sempere analizó: "En cuanto a las acciones argentinas, vemos cierta dicotomía, ya que al ser un mercado de alta volatilidad, cualquier tipo de volatilidad internacional las afecta negativamente, pero para que logren una suba sostenida dependen más de factores locales",
En relación a Argentina, Bagilet coincide en que los activos locales se encuentran ajenos a esta posible recuperación de la economía en el Norte.
"En un año electoral, veremos mucha volatilidad, pero el mercado no reaccionará hasta no tener más certidumbre de lo que pasará a partir del segundo semestre del año. Veremos una reacción con las primeras encuestas. De momento el mercado no descuenta una mejora en la economía, ni en acciones ni en los bonos soberanos", estimó el portfolio manager de TSA.
Parte del problema que enfrentan las acciones argentinas es el hecho de que el riesgo país se muestran en niveles tan elevados, habiendo rozado los 1700 puntos la semana pasada. Con niveles tan altos de riesgo país, las chances de ver una normalización de la economía se acotan y por lo tanto, la dinámica de las acciones luce desafiante.
José María Aristi remarca que el mercado local está aislado casi por completo de estos movimientos, las acciones locales cotizan a múltiplos muy cercanos a mínimos históricos, que son perfectamente coherentes con un nivel de riesgo país por encima de los 1500 puntos básicos lo cual hace muy difícil el crecimiento económico.
"En la medida en que los desequilibrios macro, que nos han llevado las últimas décadas precisamente a este nivel de riesgo, no se resuelvan en forma contundente, las cotizaciones locales seguirán reflejando incertidumbre", señaló.
Por último, Manuel Carpintero también consideró que la Argentina va por otro sendero y depende de otras variables ajenas a la coyuntura internacional. "Las acciones argentinas van por otro camino: mayores tasas generaron salidas de activos de riesgo (principalmente bonos, pero también acciones de países emergentes) generando nuevas caídas para las acciones locales", afirmó.
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