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Los agricultores de países en desarrollo dicen que están reduciendo la producción, lo que significa que el hambre mundial podría empeorar
Desde las plantaciones de aguacate, maíz y café de América del Sur hasta las plantaciones de cocos y palmas aceiteras del sudeste asiático, los altos precios de los fertilizantes pesan sobre los agricultores de los países en desarrollo, lo que hace que sea mucho más costoso cultivar y obliga a muchos a reducir la producción.
Eso significa que los precios de los comestibles podrían aumentar aún más en 2022, luego de un año en el subieron a máximos de una década.
Un repunte aumentaría el hambre, que ya es aguda en algunas partes del mundo, y frustraría los esfuerzos de los políticos y los banqueros centrales para controlar la inflación.
“Las fincas están fallando y mucha gente no crece”, dijo Rodrigo Fierro, de 61 años, que produce aguacates, mandarinas y naranjas en su finca en el centro de Colombia. Y aseguró que los precios de los fertilizantes se han duplicado en los últimos meses.
Christina Ribeiro do Valle, que proviene de una larga línea de cafetaleros en Brasil, está pagando este año el triple de lo que pagó el año pasado por el fertilizante que necesita.
Los agricultores en EE.UU. también están sintiendo la presión y algunos cambiaron sus planes de siembra. Pero se espera que el impacto sea peor en los países en desarrollo, donde los pequeños agricultores tienen acceso limitado a préstamos bancarios y no pueden pagar por adelantado los costosos fertilizantes.
La demanda de fertilizantes en el África subsahariana podría caer 30 % en 2022, según el Centro Internacional de Desarrollo de Fertilizantes, una organización mundial sin fines de lucro. Eso se traduciría en 30 millones de toneladas métricas menos de alimentos producidos, lo que según el centro equivale a las necesidades alimentarias de 100 millones de personas.
“Un menor uso de fertilizantes inevitablemente afectará la producción y la calidad de los alimentos, lo que afectará la disponibilidad de alimentos, los ingresos rurales y los medios de vida de las personas más pobres”, dijo Josef Schmidhuber, subdirector de la división de comercio y mercados de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Así, a medida que la pandemia entra en el tercer año, más hogares tienen que reducir la cantidad y calidad de los alimentos que consumen.
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