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Está amenazando a los agricultores con un aumento de impuestos o cuotas para las exportaciones en un intento por buscar ayuda para familias
Argentina es uno de los proveedores de alimentos más importantes del mundo, y su presidente, Alberto Fernández, está amenazando a los agricultores con un aumento de impuestos o cuotas para las exportaciones en un intento por buscar ayuda para familias que luchan contra una inflación que se prevé llegará a 47% este año.
Si la industria agrícola continúa vendiendo alimentos en el país a los mismos precios a los que los exporta, el Gobierno tomará el asunto en sus propias manos, dijo Fernández al periódico Pagina|12, dando como ejemplo la carne de vacuno. Las ventas al exterior de la famosa carne roja argentina se encuentran en un récord, impulsadas por China, mientras que el consumo interno se está desplomando.
“Si no lo entienden, me obligan a resolver el problema y no pueden hacerse los desentendidos”, dijo Fernández.
Un aumento de los precios globales de los cultivos y una constante depreciación del peso argentino se traducen en que los agricultores están recibiendo enormes sumas por las exportaciones, pero Fernández dijo que no tolerará la misma dinámica a nivel local.
Tan pronto como quedó claro que el izquierdista partido de Fernández, aficionado a intervenir en el mercado, iba a asumir el cargo hace 14 meses, los agricultores argentinos temieron por un proteccionismo de los alimentos.
El repunte de las cosechas –y tal vez una medida de su aliado Rusia para gravar las exportaciones de cereales– alentó al Gobierno a tomar medidas hace varias semanas. Prohibió las exportaciones de maíz, utilizado como pienso por los productores de ganado, pero luego se retractó debido a la severa reacción de los agricultores, mientras insistía en que encontraría una manera de desvincular los precios internacionales y nacionales.
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