Producción privada en Reino Unido crece al ritmo más lento registrado en seis meses

Las empresas británicas registraron su menor crecimiento en seis meses, al estancarse los nuevos pedidos y disminuir la presión alcista sobre los precios, lo que sugiere que la subida de los tipos de interés está empezando a hacer mella.

Según S&P Global Market Intelligence, el índice de confianza de los directores de compras cayó a 50,7% en julio, frente a 52,8% del mes anterior. Los economistas esperaban pocos cambios. El sector manufacturero alcanzó su nivel más bajo en 38 meses, y los encuestados señalaron una mayor cautela entre los clientes.

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Las cifras apuntan a una ralentización de la economía británica este mismo año, tras la serie de subidas de tipos de interés más rápida en tres décadas por parte del Banco de Inglaterra. El banco central intenta enfriar la economía y las presiones inflacionistas, que siguen siendo las peores del Grupo de los Siete.

"La subida de los tipos de interés y el aumento del coste de la vida parecen estar pasando factura a los hogares, frenando el repunte post-pandémico del gasto en actividades de ocio", declaró el lunes Chris Williamson, economista jefe de S&P Global.

La libra cayó y los gilts subieron tras el informe. La divisa británica cayó 0,3% frente al dólar, hasta US$1,2810, y un 0,2% frente al euro. La rentabilidad de los bonos a 10 años cayó 9 puntos básicos, hasta 4,19%.

Lo que dice Bloomberg Economics
"El impulso está disminuyendo ante la subida de los tipos de interés. Creemos que Gran Bretaña entrará en una recesión de un año a finales de 2023. La decisión política del Banco de Inglaterra de agosto estará muy reñida entre una subida de 25 puntos básicos y otra de 50 puntos básicos. El descenso del PMI podría inclinar la balanza hacia una subida menor", explicó Ana Andrade, de Bloomberg Economics.

El índice compuesto de este mes, que incluye tanto servicios como manufacturas, se mantuvo por encima del umbral de 50%, lo que indica una expansión. El PMI manufacturero cayó a 45% este mes desde los 46,5% de junio, mostrando una contracción más acusada.

Williamson señaló que los indicadores de futuro, incluidos los nuevos pedidos y las expectativas empresariales futuras, apuntan a un debilitamiento del crecimiento.

Hasta ahora, la economía británica ha resistido mejor de lo esperado el aumento de los costes de los préstamos y la mayor restricción del coste de la vida en generaciones, evitando la recesión que muchos, incluido el Banco de Inglaterra, habían pronosticado para este año.

Los datos oficiales mostraron que los salarios han subido más de lo previsto en los últimos meses, y las ventas al por menor superaron las previsiones. Una encuesta de Adzuma publicada el lunes mostraba un aumento de las ofertas de empleo en cada uno de los últimos cinco meses.

El informe de S&P dibuja un panorama mucho más sombrío, mostrando que la actividad en el sector dominante de los servicios crece al ritmo más lento de los últimos seis meses. Se trata de la tercera ralentización consecutiva, y varias empresas citaron su preocupación por el mercado inmobiliario.

Estos factores también están empezando a restar fuerza a la inflación, lo que supondrá un alivio para los responsables de la política monetaria del Banco de Inglaterra, encabezados por el Gobernador Andrew Bailey. Los inversores apuestan por otra subida de tipos la semana que viene.

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"Aunque las continuas presiones salariales al alza hacen que el crecimiento de los precios en el sector servicios siga siendo elevado, los datos de la encuesta apuntan a nuevos descensos, potencialmente acusados, de la inflación de los precios al consumo en los próximos meses", declaró Williamson.