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"Países expuestos a mercados de materias primas con elasticidades relativamente bajas, en especial los metales, podrían requerir colchones fiscales y espacio en su política monetaria", sostuvo el informe.
La región de América Latina y El Caribe notará una leve ralentización de su economía durante este año causada en buena parte por una actividad más lenta en sus principales motores de crecimiento, Brasil y México, dijo el martes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El entorno macroeconómico global, una menor demanda de materias primas exportables y el impacto de las altas tasas de interés afectarán a una región que tiene pendientes ajustes fiscales para equilibrar presupuestos, según el reporte de abril Perspectivas de la Economía Global (WEO) divulgado por el FMI en sus reuniones de primavera boreal con el Banco Mundial.
El Fondo con sede en Washington estimó que el Producto Interno Bruto de la región crecerá en su conjunto un 2% este año luego del avance de 2,3% en 2023, lo que representa un ajuste al alza de 0,1 puntos porcentuales frente a su informe anticipado de enero pero refleja una caída en la actividad prevista para el corto plazo.
"Pese a las muchas predicciones sombrías, el mundo ha evitado una recesión, el sistema bancario ha demostrado resiliencia en su mayor parte, y las principales economías de mercados emergentes no han sufrido frenadas bruscas de la entrada de capitales", dijo el organismo en un comunicado.
En 2025, las economías latinoamericanas se expandirán a un ritmo de 2,5%, de acuerdo a las perspectivas, que reflejan un esperado relajamiento de la actual postura monetaria restrictiva de los bancos centrales en los próximos meses y un panorama externo más positivo.
En la primera economía regional, Brasil, el FMI dijo que espera una consolidación fiscal, una menor contribución del sector agrícola y efectos rezagados de la postura monetaria estricta que llevarán al PIB a moderar su expansión al 2,2% este año desde el cálculo de 2,9% del año pasado.
Las estimaciones para México fueron mesuradas, ya que se proyecta que la actividad se expandirá un 2,4% este año desde el 3,2% de 2023, luego de lecturas macroeconómicas más débiles en los últimos meses que incluyeron una contracción en las manufacturas, dijo el organismo.
Las previsiones para Argentina también fueron magras, en momentos en que el país sudamericano atraviesa por una grave recesión e hiperinflación de las que no ha podido sacudirse. El Fondo estima que la tercera economía latinoamericana se contraiga un 2,8% este año para recuperarse recién en 2025 con un crecimiento esperado del 5,0%.
El FMI destacó que la región empieza a percibir los efectos deseados de sus políticas diseñadas para combatir la inflación, que ha ido disminuyendo de manera dispar aunque con notables bajas en los indicadores subyacentes.
Aún así, advirtió que podría haber volatilidad en los mercados de materias primas producto de menores importaciones de naciones consumidoras y de la abundancia de suministros. En particular, el Fondo estima que los precios de los metales industriales bajarán en promedio un 1,8% durante el 2024 debido a una actividad industrial más débil en Europa y China.
"Los países expuestos a los mercados de materias primas con elasticidades relativamente bajas, en especial los metales, podrían requerir colchones fiscales y espacio en su política monetaria para prepararse ante posibles turbulencias", sostuvo el informe.
Las nuevas proyecciones destacan también la mejoría en las condiciones financieras de países como Brasil y Chile, cuyos bancos centrales están derechamente encaminados con importantes recortes de sus tasas de interés de referencia, si bien los datos más recientes indican que el consumo interno aún no termina de despegar.
En el caso de Colombia la pasada proyección era de 1,3% para este año, dato que bajó a 1,1%.
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