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La Ocde publicó sus proyecciones partiendo de dos escenarios, uno en el que hay una segunda ola y otro en el que se contiene
Han pasado más de tres meses desde que aterrizó el nuevo coronavirus en el territorio nacional. Desde ese momento hasta hoy, el covid-19 no solo ha cobrado la vida de más de 1.300 colombianos, sino que ha provocado fuertes desafíos en materia económica, por lo que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) estima que el PIB de Colombia crecería 4,3% en 2021, si no se da una segunda ola del virus a fin de año.
Esta nueva proyección por parte de la Ocde es una muestra de que con el paso del tiempo y el aumento de los casos, las proyecciones económicas son cada vez más pesimistas. Según el informe, “en caso de que se produjera un segundo brote de covid-19 a finales de 2020, el PIB disminuiría 7,9% en 2020 y la recuperación gradual se retrasaría hasta 2021 (2,8%)”.
Mientras que si la pandemia quedara controlada tras el brote actual, se espera que el PIB disminuya 6,1% en 2020 y se recupere en 2021 hasta 4,3%. En este escenario, la recuperación de la economía local sería moderada y estaría jalonada por mejoras en la confianza de los consumidores y una recuperación gradual de la inversión, tras la reducción de la carga impositiva sobre las empresas introducida en la reforma fiscal de 2019, citó la Ocde en el texto.
Teniendo en cuenta estas proyecciones, Paula Garda, economista de la Ocde, explicó que “Colombia está sufriendo una dura recesión durante este año, la más grande de la historia reciente del país. Esta está impulsada por las medidas de confinamiento necesarias para limitar la propagación del covid-19, la contracción económica mundial y la fuerte caída de los precios del petróleo”.
Debido a ese panorama, Garda aseguró que desde la Ocde ven que las respuestas de política que se han adoptado en Colombia han sido contundentes, innovadoras y oportunas. Con esto se está logrando aliviar el impacto negativo a largo plazo sobre la economía. Sin embargo se necesitan respuestas políticas más audaces.
La economista señala lo anterior, porque la economía local registrará tasas de desempleo que van a llegar a niveles históricos y para evitar cicatrices duraderas sobre la pobreza y desigualdad, aunque el margen fiscal sea limitado, se necesitan ciertas medidas.
Entre las medidas que destacó la economista están el reforzamiento a la salud, recursos públicos focalizados para ayudar a las Pyme y a las empresas de sectores muy afectados. Además, “se necesita sobre todo recursos para fomentar el empleo formal en la fase de recuperación para poner el país en una senda de mayor crecimiento, productividad y equidad”, dijo.
Hay que resaltar que estas proyecciones de la Ocde son menos optimistas que las publicadas recientemente por el Banco Mundial, ya que el organismo detalló en sus proyecciones que la economía local se contraerá 4,9% al cierre de este año y registrará una recuperación de su PIB de 3,6% el siguiente año.
Además, el Banco Mundial prevé que el PIB mundial podría caer 5,2%, mientras que la Ocde estima que en el escenario con una segunda ola de contagios, la economía mundial podría retroceder 7,6%, mientras que si no se da un rebrote caería 6%.
Proyecciones para el mundo
Según el informe publicado por la Ocde, el PIB de los países del G20 podría retroceder 7,3%, en el caso que se diera un segundo rebrote, mientras que el de los de la Ocde caería 9,3% y el de la Zona Euro -11,5%. Al analizar el impacto que registrarían algunas de las grandes economías en este escenario, se evidencia que el PIB de Estados Unidos caería 8,5% y el de Japón, 7,3%.
Pero, si no se diera una segunda ola de contagios, el PIB del G20 caería 5,7%, el de las naciones de la Ocde -7,5% y el de la Zona Euro -9,1%. En este escenario, la economía de EE.UU. registraría una contracción de 7,3% y la de Japón de 6%.
En medio de estos posibles panoramas, la Ocde resaltó en su informe que “los gobiernos y los bancos centrales han implementado políticas de amplio alcance para proteger a las personas y las empresas de las consecuencias de la interrupción repentina de la actividad. La actividad económica se ha derrumbado en todos los países de la Ocde durante el confinamiento, hasta en 20% a 30% en algunos países. Esto es un shock extraordinario. Las fronteras se han cerrado y el comercio se ha desplomado”.
Además de esto, el organismo internacional destacó que mientras no haya una vacuna o tratamiento disponible de manera generalizada, los responsables de formular políticas en todo el mundo seguirán caminando por la cuerda floja, que la pandemia ha acelerado el giro desde la “gran integración” a la “gran fragmentación” y que las políticas de recuperación de hoy darán forma a las perspectivas económicas y sociales en la próxima década.
Teniendo en cuenta esto, la Ocde recomendó que “el gasto financiado con deuda debe estar bien focalizado para apoyar a los más vulnerables y la inversión necesaria para una transición hacia una economía más sólida. El apoyo público debe ser transparente y justo”.
Colombia tiene un marco fiscal sólido para enfrentar esta crisis económica
Garda señaló que “los riesgos que enfrenta Colombia son los mismos que enfrentan el resto de países de la región, aunque creemos que Colombia está bien preparada y tiene un marco institucional fuerte, políticas macroeconómicas sólidas y una regla fiscal que tiene mucha tradición y confianza. Pese a esto, todavía permanecen ciertos retos para analizar, por ejemplo, se debe evitar el endeudamiento, el cual puede incrementarse a niveles por encima 60%. Será necesario anuncios claros sobre la senda de la deuda”.
El informe completo lo puede ver haciendo clic aquí.
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