Proyecto de presupuesto que presentará Lula no agradará a los mercados financieros

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se dispone a presentar un proyecto de presupuesto para el próximo año que probablemente no agradará a los mercados financieros ni a sus aliados políticos de izquierda.

La propuesta, que el gobierno planea dar a conocer este viernes, no incluye ni la cantidad de nuevas inversiones que el Partido de los Trabajadores de Lula quiere para impulsar el crecimiento ni las reducciones del gasto estructural que producirán la disminución de la deuda pública que buscan. los inversionistas, según fuentes con conocimiento del asunto.

En conjunto, se corre el riesgo de aumentar el escrutinio sobre el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que ya ha moderado las ambiciones del gobierno de lograr un superávit en 2025.

La política fiscal de Brasil representa un punto de conflicto entre el gobierno de Lula y los mercados financieros, lo que tiene amplias repercusiones para la economía. La preocupación por el gasto ha afectado a los activos locales y ha arrastrado al real a un mínimo histórico este año. Aunque el gobierno ha prometido mejorar la vida de la ciudadanía mediante un mayor gasto, los inversionistas culpan al aumento de los desembolsos de impulsar la inflación y preparar el terreno para aumentos de las tasas de interés el próximo mes.

Haddad y su equipo frenaron la caída de la moneda en julio anunciando recortes de gastos por 25.900 millones de reales (US$ 4.600 millones) para el próximo año. Pero después de que el ministro se centrará principalmente en generar nuevos ingresos en 2024, los inversionistas ahora piden reducciones sustanciales del gasto que tendrán efectos más profundos en la trayectoria fiscal de la mayor economía de América Latina.

“Los ojos del mercado estarán puestos en el gasto”, señaló Andrea Damico, economista jefe de Armor Capital. “Existe preocupación no solo por el gasto en seguridad social, que ha crecido significativamente este año, sino también por otros gastos indexados, como salud y educación. Por lo tanto, cualquier sospecha de subestimación en estos gastos obligatorios será vista como muy negativa”.

El equipo del ministro ha discutido cambios estructurales en las reglas que impulsan el gasto, como aumentos sobre la inflación del salario mínimo que, a su vez, se utiliza como punto de referencia para el pago de beneficios sociales. Pero, hasta ahora, nadie se ha atrevido a plantear el tema a Lula, dada su oposición a la idea.

Por ello, Haddad está recurriendo nuevamente a medidas de ingresos, incluido un posible aumento de los impuestos a los intereses sobre el capital, para alcanzar su objetivo fiscal.

El problema es que, para el presupuesto de 2024, el equipo económico subestimó algunas nuevas fuentes de ingresos. Por ejemplo, mientras inicialmente se esperaba que las concesiones ferroviarias y las negociaciones con los contribuyentes generaran unos 90.000 millones de reales en ingresos, ahora se estima que generarán menos de 50.000 millones de reales.

“Hay muchas probabilidades de que se produzca el mismo problema que el de este año”, indicó sobre el presupuesto de 2025 Jeferson Bittencourt, jefe de macroeconomía de ASA.

También hay problemas en el lado del gasto, donde los gastos exigidos por la Constitución representan el 90% de los desembolsos totales. Varias partidas presupuestarias clave, incluidas algunas prestaciones sociales, ya están creciendo por encima del límite establecido por las reglas fiscales de Brasil.

Los legisladores también se han acostumbrado a utilizar los recursos públicos para aumentar su prestigio entre los electores. Las enmiendas presupuestarias, instrumento por el que el gobierno federal transfiere dinero para ayudar a financiar sus proyectos locales, han disparado el gasto y reducido el poder de maniobra de la administración. Esos desembolsos representan actualmente el 27% de todos los gastos discrecionales.

Desde su regreso a la presidencia del país, Lula ha instalado a sus aliados en puestos en ministerios orientados a la inversión, como aeropuertos y transportes. Sin un amplio margen para gastar, también corre el riesgo de defraudarlos.

El Ministerio de Hacienda declinó hacer comentarios para este artículo, y el Ministerio de Planificación dijo que no hará comentarios sobre el proyecto de presupuesto hasta que se presente.

Haddad declaró esta semana que se siente cómodo con el presupuesto para 2025 y que sus directrices garantizan una trayectoria fiscal coherente.

El equipo económico ha dicho que su objetivo será lograr un presupuesto equilibrado en 2025, lo que significa que el gobierno puede afirmar que eliminó el déficit fiscal primario, que excluye los pagos de intereses. Sin embargo, ese objetivo no ha convencido a los inversores.

“Presentar un presupuesto con ese objetivo no es positivo porque no es sostenible”, asevera Bittencourt.