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La economía turca presenta debilidades que le hacen vulnerable ante una apreciación del dólar.
La crisis turca tiene como precuela la petición de rescate al FMI realizado por Argentina en junio. Sin embargo, los analistas destacan que el desarrollo económico futuro de ambos países va a depender del enfoque de política económica que enarbolen sus dos presidentes, Mauricio Macri y Recep Tayyip Erdogan.
Mientras el primero opera de acuerdo con las reglas de los mercados internacionales, se ha comprometido a luchar contra la inflación y se va a ver obligado a emprender reformas estructurales guiadas por el FMI, el líder turco, que aglutina todo el poder en su país, no está dispuesto a subir los tipos de interés para frenar el sobrecalentamiento de la economía turca, está comprometiendo la independencia de su banco central y ha iniciado un giro retórico populista con tintes religiosos que causan estupor en los mercados.
El resultado ha sido una caída de la lira turca de más del 40% en lo que va de año e inestabilidad financiera en el país. Es, en definitiva, elegir entre la ortodoxia financiera de los mercados (reducir el déficit fiscal y comercial, contener la inflación y subir tipos) y el populismo económico que, como se vio en la crisis griega, acarrea consecuencias en el medio y largo plazo.
Causas de la crisis turca. La economía turca presenta debilidades que le hacen vulnerable ante una apreciación del dólar, fruto de una normalización de la política monetaria de la Reserva Federal. Turquía presenta un elevado déficit por cuenta corriente, con hogares y empresas altamente apalancados (las necesidades de refinanciación superan los 200.000 millones de dólares) por un elevado consumo interno y una baja tasa de ahorro. Además, la inflación supera el 15%. "Es urgente una política monetaria más alcista", señalan Anjeza Kadilli y Nikolay Markov, economistas de Pictet. Sin embargo, el Gobierno turco evita subir tipos y frenar la expansión económica, para controlar la inflación. La tensión creciente entre EEUU y Turquía por los aranceles impuestos por Trump al acero y al aluminio ha exacerbado la crisis, que se venía larvando por las debilidades de la economía. Tampoco ha ayudado la decisión de Erdogan de situar a su yerno al frente del Ministerio de Finanzas y Tesorería.
¿Hacía dónde avanza? "Mientras el dólar siga apreciándose, la capacidad de los hogares y empresas turcos endeudados en dólares para repagar sus deudas seguirá deteriorándose y el mensaje de la Reserva Federal no se está ablandando", señala Pablo Fernández de Mosteyrín, de Renta 4. Los analistas ven posible que el Gobierno turco se vea obligado a tomar medidas drásticas si continúa la caída de la lira y siguen saliendo fondos del país. Estas medidas van desde el control de capitales a un rescate del FMI como el realizado por Argentina. No obstante, fuentes europeas señalan que es previsible que Erdogan se resista a solicitar ayuda al fondo, ya que supondría caer bajo el control de EEUU. Otras opciones pasan por pedir ayuda a algún país asiático, entre los que se citan China o Qatar, aunque parece poco viable. La continuidad en el tiempo de las incertidumbres sobre Turquía afectarían también a la banca presente en el país, necesitando, en última instancia, un programa de recapitalización si aumenta la morosidad crediticia.
¿Es la situación turca un hecho aislado? No. La gran preocupación de la autoridades europeas es que las turbulencias financieras se extiendan a otras economías emergentes, aunque no todas presentan las mismas características. México no cuenta los mismos problemas de endeudamiento exterior que Turquía y los primeros mensajes sobre política económica de López Obrador han tranquilizado a la comunidad financiera. Brasil ha recortado sus previsiones de crecimiento, pero mantiene la inflación por debajo del objetivo del 4,5%. No obstante, los mercados temen que en los comicios de octubre pueda vencer el candidato de extrema derecha, Jair Bolsonaro, que pueda aplicar una política económica de corte populista.
Otros analistas ponen el foco en China. "Lo relevante es saber qué sucederá en este contexto con la economía china, más allá de la guerra de aranceles, teniendo en cuenta que la Bolsa china ha caído en lo que va de año un 20% y ha sufrido una depreciación del yuan", apunta Jorge Nuño, de Fidentiis.
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