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La propagación de la viruela símica es efecto de los altos costos de las vacunas que impiden las compras de países africanos.
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Las vacunas, que cuestan unos US$100 dólares, son actualmente muy caras para los gobiernos africanos de donde la enfermedad es endémica
Mpox, viruela símica o del mono. Un brote de viruela africana de rápida propagación ha sido declarado emergencia de salud pública en todo el continente, y el principal organismo de asesoramiento sanitario de la región ha invocado esta facultad por primera vez para movilizar recursos. Además la OMS lo ve como emergencia sanitaria global.
La erradicación mundial de la viruela hace más de 40 años fue uno de los mayores logros de la historia de la salud pública, al vencer una causa de muerte, ceguera y desfiguración que había asolado a la humanidad durante al menos 3.000 años. Sin embargo, su éxito provocó el fin de un programa mundial de vacunación que proporcionaba protección contra enfermedades relacionadas.
Entre ellas se encuentra el mpox, que desde la década de 1970 se ha extendido desde sus huéspedes animales para infectar a los humanos en África Occidental y Central con una frecuencia cada vez mayor. Ahora se ha detectado una peligrosa cepa mutada del virus en al menos seis países africanos, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias del continente a dar la voz de alarma.
La viruela símica es una cepa menos contagiosa de la viruela con síntomas generalmente más leves, aunque también puede ser mortal. Mientras que alrededor de 30% de los pacientes de viruela morían, la tasa de letalidad de la viruela símica ha sido de entre 3% y 6%. La enfermedad se descubrió en el Statens Serum Institut de Copenhague en 1958, donde se propagaba en monos destinados a la investigación.
De ahí su antigua denominación: viruela del mono. Aunque no se ha identificado la principal fuente animal de la enfermedad, se sospecha que los roedores desempeñan un papel en la transmisión. La Organización Mundial de la Salud cambió el nombre de la enfermedad a mpox en 2022 para frenar lo que calificó de lenguaje racista y estigmatizante en torno a la infección.
En un brote multinacional de 2022, el mpox tendía a seguir un patrón que empezaba con fiebre, dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos y otros síntomas parecidos a los de la gripe.
A los pocos días de la aparición de la fiebre, los pacientes desarrollan una erupción que puede convertirse en pústulas o lesiones que contienen líquido y que pueden aparecer en diversas partes del cuerpo, incluidas las regiones genital y anal.
Estas lesiones pueden ser dolorosas y dar lugar a complicaciones, sobre todo si aparecen en zonas sensibles como la boca o el recto. Si se forma una lesión en el ojo, puede causar ceguera. La enfermedad suele durar de dos a cuatro semanas, según la OMS, y los pacientes son infecciosos desde que empiezan los síntomas hasta que se curan las llagas. La mortalidad es mayor entre niños y adultos jóvenes, y las personas con sistemas inmunitarios débiles corren especial riesgo de enfermedad grave. La infección durante el embarazo plantea graves riesgos para la madre, junto con la amenaza de infección congénita y pérdida del embarazo. Entre las complicaciones poco frecuentes se encuentran la inflamación del músculo cardiaco y el cerebro, así como las convulsiones.
Los niños y adolescentes han sido los más afectados en el brote que ahora se extiende por África, con más de 60% de los casos mortales conocidos menores de 5 años. También se ha informado de que la variante actual se propaga más rápidamente por contacto sexual, como la cepa más leve conocida como clade IIb que estalló en todo el mundo en 2022.
Según un informe de junio, 29% de los casos confirmados de la nueva cepa se produjeron entre profesionales del sexo. Sin embargo, el mpox no se considera una enfermedad de transmisión sexual porque también se propaga a través de otras formas de contacto cercano. La variante actual está relacionada con una cepa más virulenta denominada clado I; la tasa de muertes entre los casos registrados en la República Democrática del Congo es de casi el 5%.
Frenar la propagación también está resultando difícil en una región donde otras enfermedades como el ébola, el cólera y la malaria han devastado comunidades y dejado frágiles los sistemas sanitarios. En la RDC, la reanudación de los combates ha aumentado el número de desplazados que viven hacinados en campamentos. La violencia sexual dificulta la respuesta a una enfermedad que ya está cargada de vergüenza y estigma. La República Democrática del Congo ha registrado unos 15.000 casos en 2024 hasta el 4 de agosto, superando las infecciones de todo el año pasado. Recientemente se han notificado al menos 50 casos confirmados en otros países de la región, aunque es probable que se trate de un recuento insuficiente.
Se han producido múltiples cadenas de transmisión entre humanos, con cambios genéticos en el virus circulante que complican aún más el diagnóstico. Aunque África es el único continente donde el mpox es endémico, esta variante se ha extendido más allá de las zonas conocidas hasta ahora. Otra preocupación es que algunos pacientes de mpox puedan tener también el VIH, ya que África es el continente con mayor número de personas que viven con el virus que deteriora el sistema inmunitario.
El mpox no suele propagarse fácilmente entre las personas. El contacto estrecho con el virus de una persona o animal infectados (como tocar una lesión o un objeto contaminado) es la principal vía de contagio. El patógeno entra en el organismo a través de la piel lesionada, las vías respiratorias o las membranas mucosas de los ojos, la nariz, la boca, el recto y el ano. Las pruebas realizadas en diversas muestras de pacientes, como saliva, hisopos rectales y semen, han encontrado rastros del virus. No hay casos confirmados de transmisión aérea y los desinfectantes domésticos comunes pueden matarlo.
La enfermedad suele ser leve y la mayoría de las personas se recuperan en pocas semanas; el tratamiento se dirige principalmente a aliviar los síntomas. Los CDC afirman que la vacuna contra la viruela, los antivirales y la inmunoglobulina vaccinia pueden utilizarse para tratar la viruela, así como para controlarla.
Los expertos en salud pública afirman que para limitar la propagación se requerirá vigilancia mundial, coordinación y apoyo comunitario concertado, todo lo cual necesitará financiación. Quizá lo más importante sea que África necesita un suministro adecuado de vacunas. Bavarian Nordic A/S, fabricante de la vacuna Imvanex también conocida como Jynneos, dijo que se ha comprometido a donar dosis para los países africanos. La inmunización suele consistir en dos inyecciones administradas con un intervalo de cuatro semanas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África invocaron una emergencia de salud pública de seguridad continental, la primera vez que el organismo hace uso de esta facultad desde que la obtuvo en 2023. El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo el 7 de agosto que convocaría a un grupo de asesores para ayudar a determinar si el brote en África central debe ser designado emergencia de salud pública de importancia internacional, allanando el camino a la cooperación mundial para detener la propagación del virus. La última vez que la OMS declaró una emergencia de este tipo fue por el brote de mpox de 2022.
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