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El filósofo y politólogo participó en la última jornada el Coloquio de Primavera “La humanidad amenazada” en Ciudad de México
Con una crítica centrada en el control económico de las grandes empresas y la hegemonía estadounidense, el filósofo y politólogo participó en la última jornada el Coloquio de Primavera “La humanidad amenazada”, organizado por la Unam.
“La humanidad sí está secuestrada. Está siendo atacada por un gran agresor brutal. Y la identidad de este agresor es muy clara, es la humanidad misma o, de una manera más precisa, son las instituciones dominantes que ha desarrollado la humanidad durante los siglos y que, de hecho, se dedican a la destrucción de la propia humanidad”.
Esas fueron las primeras palabras del lingüista, filósofo y politólogo estadounidense Noam Chomsky durante su participación en la jornada final del Primer Coloquio de Primavera “La humanidad amenazada: ¿quién se hace cargo del futuro?”, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y que, a lo lago de la semana que culmina ha tenido entre sus ponentes a distintas personalidades de todas las vías del pensamiento y de la lucha social para opinar sobre el devenir de nuestra sociedad en un contexto que obliga a replantear la relación entre sociedades y con el mundo que nos hospeda.
Esta última jornada llevó por título “Política, gobierno y democracia en el Siglo XXI” y fue coordinada por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la máxima casa de estudios, con la participación del economista y politólogo español Josep Colomer, la politóloga inglesa Pippa Norris, la investigadora mexicana Judit Bokser Misses-Liwerant, el académico mexicano José Woldenberg y del periodista Raúl Trejo Delarbre.
En conferencia de manera virtual, Chomsky añadió que el reloj del fin del mundo, esta especie de marcador regresivo establecido en 1947 por la comunidad científica internacional para indicar la proximidad que tiene la humanidad de una catástrofe irreversible, está más cerca de la medianoche que nunca; es decir, más próxima al escenario menos deseado.
“Tenemos que reflexionar cómo llegamos a este momento tan desolador en la historia de la humanidad y cómo podemos romper con este secuestro. De ahí surge la pregunta que titula este encuentro, ¿quién está a cargo del futuro? Esto se puede responder de varias maneras. Una de ellas es que el futuro está en poder de los señores de la humanidad, aquellos encargados de la economía y los principales artífices de los gobiernos, quienes utilizan su poder para asegurarse de que se sirvan bien sus propios intereses sin importar los efectos de sus decisiones sobre las poblaciones de sus países y, peor aún, sin importar cuáles son los efectos sobre las víctimas de sus actos salvajes de injusticia. Esta es una respuesta posible a la pregunta”.
Lo anterior, explicó Chomsky, es una paráfrasis del filósofo escocés Adam Smith, quien en 1776 asentó la idea en su libro “La riqueza de las naciones”.
“Hoy en día, las corporaciones multinacionales, las instituciones financieras, persisten como los arquitectos principales de las políticas y aseguran sus propios intereses, porque siguen siendo adictos a poseer lo más que se pueda y son los custodios del futuro. En este escenario, estamos perdidos”.
“El sur de Asia se está volviendo inhabitable. Personas en India están tratando de sobrevivir a temperaturas que alcanzan los 50 grados centígrados, en un país donde menos del 10% de la población tiene acceso al aire acondicionado frente a una gran mayoría sumida en un mar de miseria (…) se espera que el nivel del mar en el Mediterráneo del este suba entre dos y dos y medio metros hacia el final del siglo. Este es solo el principio de las catástrofes a la que nos pueden llevar los amos de la humanidad si siguen empujándonos al borde del precipicio”.
No obstante, Chomsky reviró: “y no es que ellos sean gente con pura maldad, sino que las estructuras institucionales del sistema capitalista facilitan este comportamiento. Pongámonos en esta posición: el presidente del consejo de JP Morgan Chase (el banco más grande de Estados Unidos y una de las mayores empresas financieras del mundo) sabe perfectamente bien a quién le presta dinero, a Exxon Mobil y otras empresas de combustibles que acaban con toda posibilidad de generar energías decentes para sus nietos, pero lo que sucede en su mente (del directivo de JP Morgan Chase) es que si no le presta dinero a las empresas de combustibles fósiles, lo hará alguien más en su lugar. El problema, entonces, es institucional, no individual”.
Por todo esto, el filósofo reiteró: “tenemos que ser realistas al respecto, esta es una plausible respuesta a la pregunta sobre quién está a cargo del futuro. Y no es una respuesta atractiva, pero tampoco es la única respuesta posible”.
La esperanza para el futuro
La segunda respuesta a la pregunta de a cargo de quién está nuestro porvenir, postuló el pensador hacia la segunda mitad de su ponencia, “es un público informado que se niega a aceptar la imposición de los señores, uno que no quiere aceptar el pacto social que se impone a las instituciones capitalistas sin restricciones. Esa es la esperanza para el futuro y no tenemos mucho tiempo”.
Chomsky, autor de libros como “Los guardianes de la libertad” (1990) y “¿Quién gobierna el futuro?” (1970), señaló que se habla mucho del declive económico de los Estados Unidos en relación con China y otros países, “pero estas estimaciones se basan en el incremento del PIB, el cual no es una medida en particular dentro de la globalización neoliberal. La medida más reveladora es cuánta riqueza del mundo es propiedad de las empresas que se basan en cada país. Con esta medida, el poder económico de los Estados Unidos es apabullante: las corporaciones afincadas en Estados Unidos son propietarias de aproximadamente la mitad de la riqueza del mundo”.
Finalmente, precisó: “la lucha económica de Estados Unidos contra Cuba es algo que se ha condenado fuertemente en todos los foros mundiales importantes, incluso la Comisión Judicial de la OEA, que suele ser muy obediente a la presión estadounidense, la ha declarado ilegal. Incluso, se ha solicitado que la Organización Mundial de Comercio declaró ilegal el embargo a Cuba (…) la administración (de EU) declaró que la OMC no tiene ninguna injerencia ni competencia en lo que llama un asunto de seguridad estadounidense. Cuando se le compele a los Estados Unidos a cambiar sus reglas y sus leyes, siempre buscan la manera de evitarlo (…) así se pueden dar cuenta quién gobierna el mundo”.
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