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El modelo de economía colaborativa del unicornio colombiano ya funciona en seis mercados externos: Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay
Siguiendo la senda de reconocidas startups como MercadoLibre en Argentina o NuBank en Brasil, la plataforma colombiana Rappi, comandada por Simón Borrero, se ha consolidado como uno de los focos de atracción más importantes para los inversionistas que buscan negocios en la región.
Uno de los cuestionamientos en las que se ha visto envuelta la plataforma colombiana corresponde a la relación con los ‘rappitenderos’. Sin embargo, de acuerdo con Juan Sebastián Rozo, Head of Policy para la región Andina de Rappi, ya son 100.000 los repartidores que han generado ingresos extra a partir del uso de la plataforma.
Entre estos -según explicó el miembro del único unicornio de origen nacional- cerca de 20.000 estarían establecidos en Colombia, mientras que el 80% restante haría parte de la operación de Rappi en los demás países en los que opera.
En total, son siete los mercados en los que funciona Rappi: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay, además de Ecuador, donde aún se está trabajando en el ingreso de la plataforma de domicilios.
Según explicó Rozo, la plataforma no suministra cifras discriminadas sobre la cantidad de rappitenderos inscritos en cada uno de esos países. Sin embargo, varios medios han publicado aproximaciones sobre el número de repartidores que operan en esos mercados. Según información del portal especializado en tecnología, FayerWayer, Chile sería una de las naciones donde Rappi presentaría la cifra más alta, teniendo en cuenta que para el cierre de su primer año de operación, en junio de este año, el gerente general de Rappi en dicho país aseguró que habría más de 40.000 personas que descargaron la aplicación en calidad de rappitenderos. Entre estos, los que estarían activos serían entre 10.000 y 15.000 domiciliarios.
Además de este país, el diario económico El Observador, de Uruguay, habría estimado que en dicho país habría entre 8.000 y 8.500 repartidores que han usado la plataforma para recibir ingresos. En cuanto al mercado mexicano, Forbes anunció el año pasado que el número de domiciliarios que trabajaban utilizando Rappi en dicho país asciende a 9.500 personas.
Argentina es el otro territorio donde se ha estimado la cantidad de Rappitenderos. Para el año pasado, se calculaba que en dicho país había 13.000 personas que operaban como repartidores.
No hay datos oficiales ni registrados en medios en los mercados de Perú y en Brasil (país que ha abierto más cantidad de ciudades). Tampoco se tiene un estimado en Ecuador, porque la operación apenas se está abriendo.
En medio de este panorama (contando que hacen falta datos de dos mercados) y en los cuatro años que lleva en operación la startup colombiana, se habrían movido aproximadamente US$220 millones entre los usuarios y los repartidores.
Pese a haber alcanzado los seis dígitos en repartidores que han utilizado la aplicación, son varios los desencuentros que ha visto la startup con esta parte del negocio. La polémica en este aspecto se ha centrado en si la plataforma debería o no garantizar cierto tipo de beneficios a los repartidores que la utilizan.
“No es un problema de Colombia, es un problema mundial. Todos estamos tratando de entender cómo se puede utilizar internet, entre otras cosas, para la regulación”, comentó Stefano Farne, director del Observatorio Laboral de la Universidad Externado, ejemplificando que días después de que la ministra de Trabajo en Colombia, Alicia Arango, manifestara que los rappitenderos son independientes de la plataforma, en España se tomó la decisión opuesta con Deliveroo.
Frente a esto, Rozo -quien alcanzó a liderar la cartera TIC- explicó que la función de la plataforma únicamente es conectar tres partes: la primera está comprendida por los comercios de donde vienen los productos -restaurantes, supermercados y otros servicios-, la segunda son los usuarios que necesitan que algo llegue a determinado destino y la tercera son los rappitenderos, quienes cumplen esta función.
“En el caso de los rappitenderos, es una plataforma que lo que hace es dar la oportunidad de generar ingresos complementarios cómo quieran y cuándo quieran. Hay una oferta y una demanda que no depende de la aplicación”, añadió Rozo.
Rápida expansión
De los territorios explorados, sin contar la apertura de Ecuador, Perú fue el último en concretarse. Para la consecución de dicho mercado, la plataforma trabajó de la mano de Diloo, luego de realizar una inversión de US$10 millones, con lo que en ese momento el ingreso fue con más de 150 restaurantes.
“Estamos ad portas de iniciar una operación en Ecuador y hay planes de continuar esa expansión que no se pueden mencionar por temas comerciales. El crecimiento de Rappi ha sido una parte del ADN de este emprendimiento y hemos hecho un crecimiento significativo en los casi cuatro años que lleva la aplicación funcionando”, agregó Rozo.
Este poder de expansión es uno de los hechos que los otros emprendedores más destacan de Rappi, pero no el único. El emprendedor Nicolás Fernández señaló días atrás que la aplicación colombiana demostró contar con poder de ejecución y crecimiento, los cuales se conjugaron en función de una visión a largo plazo de fusiones bajo una sola marca.
Precisamente, en términos de versatilidad, la aplicación ha ido expandiendo su portafolio, permitiendo, en su momento, utilizar la plataforma para conseguir una declaración de renta, además de su alianza con la plataforma de monopatines Grin, tras su ingreso al país o la generación de servicios como los rappifavores o rappipay, entre otros.
Sin embargo, una reciente traba apareció para este crecimiento y fue la decisión en Argentina de prohibir la operación de este tipo de servicios en dicho territorio. Frente a esto, la startup colombiana señaló que estudiará y apelará la decisión en los próximos días. “Seguiremos velando por los intereses de todas las partes, con el mismo compromiso de siempre”, comentó la compañía durante la semana pasada, cuando se conoció la decisión.
Estos fueron los números de la compañía el año pasado
Una constante de Rappi es que mantiene en crecimiento sus ingresos y su patrimonio, pero también sus pérdidas. Para cierre del año pasado, la startup colombiana reportó un total de $77.227 millones en ingresos y cerca de $49.532 correspondientes a patrimonio. Sin embargo, la cifra de pérdidas de final de 2018 ascendió a $156.014 millones. De acuerdo con expertos, la razón de esta constante cifra en rojo en las ganancias de Rappi tiene que ver con la inversión que la compañía ejecuta para continuar con su expansión en la región.
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