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Militares que se movilizaban en motocicletas lanzaron el sábado gases lacrimógenos a centenares de jóvenes enmascarados.
Un contingente de militares que se movilizaban en motocicletas lanzó el sábado gases lacrimógenos a centenares de jóvenes enmascarados que a su vez les arrojaban piedras, en un nuevo enfrentamiento en las calles de Caracas derivado de las protestas contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La coalición de partidos opositores convocó a una marcha hacia la sede del máximo tribunal del país en apoyo al nombramiento de 13 magistrados, que el Parlamento de mayoría opositora designó para intentar resolver un conflicto de poderes que profundiza la crisis política en el país petrolero.
Pero, como ocurre casi en todas las manifestaciones, las fuerzas de seguridad bloquearon el camino de los asistentes con vehículos blindados y dispararon balas de goma y gases para dispersar la manifestación.
En los choques resultó herido Wuilly Arteaga, un manifestante opositor que se ha hecho famoso en Venezuela por tocar su violín frente a la primera línea de funcionarios de seguridad durante los violentos enfrentamientos.
Los paramédicos asistieron a Arteaga en la calle mientras corría sangre por su rostro, dijeron testigos a Reuters. La Fiscalía informó tarde el sábado que abrió una investigación.
"Ni perdigones ni metras nos detendrán de seguir luchando", dijo el músico en un video que difundió en su cuenta de Twitter con parte de su rostro vendado y el violín en mano. "Mañana vuelvo a las calles", afirmó.
Los partidos opositores y un movimiento autodenominado "Resistencia", creado en su mayoría por jóvenes estudiantes, intentan aumentar la presión contra el Gobierno de Maduro, luego de más de 100 días de protestas en las calles en las que han fallecido más de un centenar de personas.
"Este régimen sólo ha encontrado en la represión la forma de mantenerse", dijo el diputado opositor Luis Florido, que participaba en la movilización del sábado.
El Gobierno y las autoridades militares acusan a los líderes opositores de promover el caos para justificar un golpe con el apoyo de los Estados Unidos.
Los adversarios de Maduro han amenazado con escalar las protestas y trancas en el país bajo lo que denominan la hora cero, a pocos días de una elección promovida por el presidente para conformar una asamblea de constituyentes que reescriba la carta magna.
En un paro nacional de 24 horas que convocó el jueves la oposición en contra de esas elecciones, previstas para el 30 de julio, cinco personas murieron y otras cientos resultaron detenidas.
Al tiempo que Maduro afirma que no dará marcha atrás a la idea de la Asamblea Nacional Constituyente, la prolongada crisis política de Venezuela entra en una peligrosa nueva etapa.
Las autoridades han prometido enviar a la calle a 232.000 soldados para resguardar la consulta que organiza el poder electoral.
Envalentonados luego que 7,5 millones de personas votaron en contra de la Constituyente en un plebiscito no vinculante y una decena de países solicitaron a Maduro abortar la votación, los manifestantes prometían el sábado seguir en las calles.
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