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Entre las medidas que podría tomar el banco, que está participado por el Gobierno británico en un 80%, figura el traslado de su sede de Edimburgo a Londres. De este modo, la entidad quiere evitar el riesgo de que Escocia tenga que lanzar su propia moneda, que podría sufrir una fuerte depreciación frente a la libra. En este escenario, además, RBS dejaría de estar supervisado por el Banco de Inglaterra, que tiene más capacidad financiera para apoyar y supervisar los bancos que un potencial nuevo banco central escocés.
Lloyds, otra entidad con domicilio en Escocia y también con participación estatal, ha dicho que también podría mover su domicilio en caso de independencia.
RBS y Lloyds fueron rescatados por el Gobierno británico y el Banco de Inglaterra en la crisis financiera de 2008.
Alex Salmond, primer ministro nacionalista escocés, está convencido de que el nuevo estado podría seguir utilizando la libra y mantener una unidad monetaria con el resto de Reino Unido, lo que evitaría problemas a los bancos. Pero el Gobierno británico y el Banco de Inglaterra dicen que sólo aceptarán compartir la libra si Escocia acepta una dura supervisión fiscal y económica desde Londres, para evitar desequilibrios como los de la zona euro.
Santander UK, con sede en Londres, tiene 8.000 millones de libras (unos US$13.000 millones) en créditos en Escocia.
La deuda se vendió con un rendimiento de 6,261%, o 210 puntos básicos por sobre el papel comparable del Tesoro estadounidense
Ramdin, de 66 años, se ha desempeñado como el principal diplomático de Surinam desde 2020 y fue secretario general adjunto de la OEA
Los líderes de los cinco partidos actualmente en el Parlamento dijeron por unanimidad que no confiaban en el presidente de EE.UU.