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John Cataneo tiene a sus 20 empleados trabajando horas extras y aun así no puede satisfacer la demanda de clientes que precisan que le arregle las cañerías, después del paso de la tormenta Sandy. Dice que contrató a dos trabajadores y que, posiblemente, precise más.
La experiencia de Cataneo demuestra cómo la tormenta le dio al noreste de Estados Unidos, y al resto del país, impulso económico que puede, finalmente, superar la pérdida de negocios que generó.
La reconstrucción, las compras relacionadas y las contrataciones pueden variar de US$140.000 millones a US$240.000 millones, y aumentar el crecimiento económico de Estados Unidos en 0,5% el próximo año, si se considera que habrá US$50.000 millones en pérdidas, según Economic Outlook Group LLC, una consultora de Nueva Jersey.
“El costo para reconstruir todo lo que se perdió será mucho más que el del mero reemplazo, porque gran parte del trabajo tendrá que ver con fortalecer las estructuras”, dijo Bernard Baumohl, economista global jefe de Economic Outlook. “Vemos cómo se redobla la construcción, eso va a traer más trabajo y un aumento en la demanda de materiales de toda clase, y eso luego va estimular la economía”.
Los cálculos de los daños asegurados que generó Sandy van de los US$7.000 millones a los US$25.000 millones. Cuando se añaden los salarios y las ventas que se perdieron, el total llega a los US$50.000, según el modelador de riesgo de catástrofes Equecat Inc., lo que constituye una cifra que se podría recobrar el año próximo cuando la reconstrucción realizada produzcan nuevas ventas.
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