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Massa y Milei se vieron las caras con un nuevo formato de debate que permitió más enfrentamientos entre ambos que en ediciones anteriores
El último debate presidencial de Argentina mostró un ataque sin tregua del ministro de Economía, Sergio Massa, a las propuestas del libertario Javier Milei, lo que puso a este último a la defensiva y permitió al candidato del Gobierno escapar sin explicar detalles de su propio plan.
El domingo por la noche, una semana antes de la segunda vuelta definitiva del 19 de noviembre, Massa y Milei se vieron las caras con un nuevo formato de debate que permitió más enfrentamientos entre ambos que en ediciones anteriores. Eso le permitió a Massa cuestionar reiteradamente a Milei con preguntas del tipo “sí o no” algunas de las propuestas más controvertidas de su rival, como el cierre del banco central, la dolarización de la economía y la privatización de la educación.
“Por sí o por no: ¿vas a eliminar el banco central?”, disparó Massa contra Milei, quien se dedicó principalmente a responder las preguntas en lugar de interrogar a Massa sobre sus propias propuestas políticas. Milei finalmente respondió: “Vamos a dolarizar, eliminar el banco central y sacar el cáncer de la inflación”.
Mientras tanto, Milei pasó gran parte del debate aclarando sus propias propuestas, diciendo a Massa que dejara de mentir sobre sus comentarios pasados y hablando sobre sus capacidades presidenciales. Al principio del debate, en un momento en que Milei levantó la voz, Massa bromeó: “Milei, el debate es largo, no te pongas agresivo”.
El candidato libertario casi no preguntó a Massa sobre los detalles concretos de sus políticas económicas o sobre cómo abordaría la inflación anual de 138% de Argentina, asunto que no ha detallado en ningún momento de la campaña. Milei arremetió contra Massa por el historial del actual Gobierno en materia de educación posterior a la pandemia y políticas comerciales proteccionistas.
“Vos querés regular el comercio y yo quiero comercio libre”, lanzó Milei a Massa.
Antes del debate, la mayoría de las encuestas —muchas de las cuales han mostrado en el pasado un historial inestable en cuanto a precisión— situaban a Milei ligeramente por delante de Massa en las preferencias para la segunda vuelta, aunque su ventaja parece estar dentro del margen de error. El candidato libertario tenía un 52% de las intenciones de voto frente al 48% de Massa, según una encuesta publicada el 10 de noviembre por la consultora brasileña AtlasIntel, que estuvo entre las más precisas en la primera vuelta del mes pasado.
Los argentinos enfrentan una polarizadora decisión en las elecciones del próximo fin de semana entre el modelo de continuidad propuesto por Massa y la radical reestructuración que promete Milei. El ministro de Economía no ha logrado enfriar la inflación de tres dígitos, presentar un plan económico creíble y cumplir con el programa de US$43.000 millones del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Por otro lado, Milei asusta a la mayoría de los economistas tradicionales en Buenos Aires, que creen que sus propuestas políticas, incluido el cambio del peso por el dólar estadounidense, podrían terminar en hiperinflación.
Gane quien gane, el próximo presidente asumirá el cargo el 10 de diciembre y heredará desafíos titánicos. Más del 40% de los argentinos vive en la pobreza y se estima que la economía se contraerá nuevamente este año; mientras tanto, el Gobierno no tiene acceso a los mercados internacionales de capital y las menguantes reservas del banco central se encuentran en su nivel más bajo en casi dos décadas.
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