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El gigante del petróleo y el gas todavía espera apelar el veredicto y cree que ha sido señalado injustamente, dijo su director ejecutivo
Royal Dutch Shell Plc acelerará sus recortes de emisiones de carbono luego de un fallo de un tribunal holandés el mes pasado que dijo que los planes climáticos de la compañía no eran suficientes.
El gigante del petróleo y el gas todavía espera apelar el veredicto y cree que ha sido señalado injustamente, dijo el miércoles el director ejecutivo Ben van Beurden. Sin embargo, la compañía también se siente "decidida a estar a la altura del desafío" planteado por el fallo, dijo.
Un tribunal de La Haya ordenó el 26 de mayo a Shell reducir sus emisiones con más fuerza y más rápido de lo planeado, después de determinar que la estrategia de la compañía no fue lo suficientemente lejos. El veredicto podría tener consecuencias de gran alcance para el resto de la industria mundial de combustibles fósiles.
"Buscaremos formas de reducir las emisiones aún más de una manera que siga siendo útil y rentable", dijo Van Beurden en un comunicado publicado en LinkedIn. "Es probable que eso signifique tomar algunas medidas audaces pero mesuradas en los próximos años".
Las grandes petroleras se han visto sometidas a una intensa presión para reducir los gases de efecto invernadero y aumentar las inversiones en fuentes de energía más limpias. El mismo día en que se ordenó a Shell que hiciera más en materia de emisiones, los inversores expulsaron a dos miembros de la junta de Exxon Mobil Corp. y los accionistas de Chevron Corp. votaron a favor de una propuesta para reducir la contaminación de sus propios clientes.
El propio plan de Shell implica reducir la intensidad de sus emisiones (una medida de la energía necesaria para producir una unidad de petróleo o gas, por ejemplo) en un 20% para 2030. Eso se compara con la orden del juez de reducir sus emisiones absolutas en 45 %, después de que la rama holandesa de Amigos de la Tierra demandara a Shell por violar los derechos humanos.
Van Beurden, de 63 años, no dijo cómo la compañía acelerará su plan de transición y no hay opciones fáciles. La petrolera podría aumentar el techo de US$3.000 millones al año que ha destinado a las energías renovables y tecnologías bajas en carbono, pero estos negocios siguen siendo menos rentables que su segmento principal de hidrocarburos. El secuestro de carbono y la producción de hidrógeno, clave para los planes de Shell, aún están en su infancia y dependen de los subsidios gubernamentales.
La principal forma en que Shell ha eliminado las emisiones de sus libros de contabilidad hasta ahora es la venta de activos. Pero, por supuesto, esos gases de efecto invernadero no se eliminan; simplemente se transfieren a los libros de quien compra los campos de petróleo y gas. Tales desinversiones pueden incluso resultar en mayores emisiones con nuevos operadores.
Shell planea reducir su producción de petróleo hasta en un 2% anual. Pero Van Beurden advirtió el miércoles contra centrarse en reducir la oferta. La compañía podría reducir su huella de carbono al no vender más gasolina y diésel, pero la demanda de esos combustibles no cambiaría, dijo. "La gente llenaba sus autos y camiones de reparto en otras estaciones de servicio".
Los propios accionistas de Shell han dado una reacción mixta a sus planes de transición. En su reunión general anual en mayo, la compañía recibió un 89% de apoyo para su estrategia climática, algo que el tribunal no tomó en consideración, dijo Van Beurden. Aún así, el 30% de los inversores también votó a favor de una propuesta competitiva que le pedía a la principal que estableciera objetivos de emisiones más estrictos.
La empresa angloholandesa está impulsando inversiones en fuentes de energía más limpias, pero espera seguir bombeando y vendiendo petróleo y gas "durante mucho tiempo", para "mantener una empresa financieramente sólida", según Van Beurden.
La estrategia no es diferente a la de su par europeo BP Plc, que, a pesar de apuntar a un recorte del 40% en la producción esta década, se refirió al petróleo y al gas como la “sala de máquinas” de la empresa que financiará su transición desde los hidrocarburos. BP y Shell han trabajado para convencer a sus inversores de que pueden impulsar los rendimientos de las energías renovables, que históricamente rondan el 5% al 6%, gracias a sus amplias organizaciones comerciales, entre otros factores.
Las acciones B de Shell subieron un 0,9% cotizando a 1.329 peniques a las 2:31 pm en Londres, en comparación con el índice Stoxx Europe 600 Oil & Gas, que se mantuvo plano en el día.
En última instancia, simplemente obligar a Shell a reducir sus emisiones no resolverá el problema, dijo Van Beurden. “La transición energética es un desafío demasiado grande para que una sola empresa lo aborde”.
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